RESUMEN
Los cambios experimentados desde mediados del siglo XX, como consecuencia de la industrialización de la agricultura, han favorecido la desconexión entre la producción de alimentos, la naturaleza y la sociedad. Esto nos sitúa frente a una serie de retos socio-ecológicos que necesitan ser resueltos para frenar la crisis de la agricultura de pequeña escala y el deterioro de los agroecosistemas. En contraposición a las lógicas que deslocalizan la producción del consumo y que rompen el vínculo con el territorio, diversas iniciativas están integrando prácticas crecientemente agroecológicas y adaptando sus formas de comercialización hacia modelos más sostenibles y territorializados. Con la necesidad de identificar las estrategias transformadoras en que los agricultores avanzan para crear sistemas alimentarios sostenibles, se analizan dos estudios de caso exploratorios en España (Extremadura y Asturias). Los resultados muestran cómo los enfoques cooperativos, las redes colaborativas enraizadas en el territorio y los acuerdos voluntarios de colaboración que se establecen entre diferentes agentes del sistema agroalimentario son factores clave para permitir a los pequeños productores mejorar su participación y empoderamiento en el sistema agroalimentario, a la vez que se fomentan estrategias sistémicas para cambiar los modos de producción y consumo hegemónicos.
Palabras clave: agricultura de pequeña escala, agroecología, gobernanza cooperativa, servicios de los ecosistemas agrarios, innovación social, custodia del territorio.
ABSTRACT
The changes experienced since the mid-20th century because of the industrialization of agriculture, have favored the disconnection between food production, nature and society. This places us in front of a series of socio-ecological challenges that need to be solved in order to stop the crisis of small-scale agriculture and the deterioration of agro-ecosystems. In contrast to the logics that delocalize production from consumption, breaking the link with the territory, various initiatives are integrating increasingly agro-ecological practices and adapting their forms of commercialization towards more sustainable and territorialized models. With the need to identify the transformative strategies in which farmers are advancing to create sustainable food systems, two case studies in Spain (Extremadura and Asturias) are analyzed. The results show how cooperative approaches, collaborative networks rooted in the territory and voluntary agreements established between different agents in the agri-food system, are key factors in enabling small producers to improve their participation and empowerment in the agri-food system while promoting systemic strategies to change hegemonic production and consumption modes.
Keywords: small-scale agriculture, agro-ecology, cooperative governance, agricultural ecosystem services, social innovation, land stewardship.
Los procesos de restructuración productiva asociados a la intensificación[1] y la especialización[2] de la agricultura en Europa desde mediados del siglo XX se han logrado a expensas
de la agricultura de base campesina, de fragmentar su organización social y de privatizar
y limitar el acceso a los bienes comunes. Globalmente, las estrategias de la Revolución
Verde se promovieron sin ninguna consideración hacia los contextos culturales o ecológicos
locales, mientras que su aplicación requería suministros crecientes de insumos y la
expansión de los mercados globales de materias primas. Esto creó una dependencia de
los agricultores, tanto en sus vínculos progresivos como regresivos (Sevilla, E., y Woodgate, G. (2013). Agroecología: Fundamentos del pensamiento social
agrario y teoría sociológica. Agroecología, 8(2), 27–34.Sevilla y Woodgate, 2013, p.30). En definitiva, la industrialización agrícola ha generado altos costes territoriales
entre el campo y la ciudad, incrementando la polarización entre zonas de producción
y de consumo y provocando la ruptura del equilibrio de los sistemas ecológicos (Matson, P.A., Parton, W.J., Power, A.G., y Swift, M.J. (1997). Agricultural Intensification
and Ecosystem Properties. Science, 277, 504–509. doi:
En este contexto, la financiarización del sistema agroalimentario ha reforzado la
posición de las grandes distribuidoras como actores dominantes, erosionando el poder
de los pequeños agricultores en relación con otros actores de la cadena alimentaria;
se han deteriorado sus rentas mientras han aumentado las cargas de trabajo (Ryan Isakson, S. (2014). Food and finance: the financial transformation of agro-food
supply chains. Journal of Peasant Studies, 41(5), 749–775. doi:
La primera consecuencia de la industrialización de la agricultura a escala local/regional es la desestructuración de las relaciones de proximidad espacial y organizativa entre los agentes de la cadena alimentaria. Este problema dificulta la posibilidad de vincular la narrativa histórica y la cultura del lugar a la producción de los alimentos allí donde fueron cultivados, cuestión que resulta esencial para diferenciar los alimentos tradicionales de aquellos producidos en masa y a distancia (Yacamán, C., Mata, O., y Matarán, A. (2020a). Los sistemas territoriales de innovación social para mejorar la viabilidad de la agricultura periurbana. En J. Farinós Dasí, J. Escribano, M. P. Peñarrubia, y S. Asins (Ed.), Desafíos y oportunidades de un mundo en transición; una interpretación desde la Geografía (pp.317-332). Valencia, España: Servicios de Publicaciones de la Universitat de València.Yacamán et al, 2020a). A escala de paisaje o de agroecosistema, como señalan González de Molina et al., (González de Molina, M., Soto, D., Gúzman, G., Infante, J., Aguilera, E., Vila, J., y García, R. (2019). Historia de la Agricultura Española. Desde una perspectiva biofísica 1900-2010. Madrid, España: Series Estudios 183, Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Recuperado de (PDF) Historia de la agricultura española desde una perspectiva biofísica, 1900-2010 (researchgate.net)2019), “la industrialización ha traído consigo una segregación creciente de los usos del suelo y la pérdida de sinergias productivas y funcionales que generaba la integración agrosilvopastoril” (González de Molina, M., Soto, D., Gúzman, G., Infante, J., Aguilera, E., Vila, J., y García, R. (2019). Historia de la Agricultura Española. Desde una perspectiva biofísica 1900-2010. Madrid, España: Series Estudios 183, Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Recuperado de (PDF) Historia de la agricultura española desde una perspectiva biofísica, 1900-2010 (researchgate.net)2019, p.117). En definitiva, se está perdiendo la calidad y heterogeneidad de los paisajes agrarios tradicionales y se está intensificando la ruptura de los equilibrios ecosistémicos previos.
A partir del comienzo de la industrialización de la agricultura, el papel de las actividades
agrarias en el metabolismo entre sociedad y naturaleza también se ha modificado (Infante, J., y González De Molina, M. (2013). Sustainable de-growth. in agriculture
and food: An agro-ecological perspective on Spain’s agri-food system (year 2000).
Journal of Cleaner Production, 38, 27–35. doi:
Como alternativa radicalmente crítica al paradigma productivista, el enfoque agroecológico
se empieza a consolidar como marco para el diseño y manejo de ecosistemas agrícolas
sostenibles (Altieiri, M. A. (2009). Agroecology, small farms, and food sovereignty. Monthly Review, 61(3), 102–111. doi:
En este artículo profundizamos desde el enfoque de la agroecología en el estudio de
los procesos sociales que están permitiendo a los pequeños productores llevar a cabo
cambios estructurales que contribuyen a crear sistemas agroalimentarios más sostenibles
de producción, distribución y consumo, mediante el fomento de una agricultura territorializada
y multifuncional. En particular, nos interesamos en conocer los factores que fomentan
o dificultan el desarrollo de la innovación a partir de enfoques participativos bottom-up. La hipótesis que guiará esta investigación es la planteada por Swagemakers et al., (Swagemakers, P., Domínguez García, M. D., Milone, P., Ventura, F., y Wiskerke, J.
S. C. (2019). Exploring cooperative place-based approaches to restorative agriculture.
Journal of Rural Studies, 68, 191–199. doi:
Diversos autores proponen que la innovación social debe tener un mayor protagonismo
en las estrategias para favorecer un desarrollo rural integrado (Di Iavoco, F., Moruzo, R., Rossignoli, C., y Scarpellini, P. (2014). Transition management
and social innovation in rural areas: lessons from social farming. Journal of Agricultural Education and Extension, 20(3), 327-347. doi:
La aproximación teórica sobre el análisis de las redes económicas alternativas, que
buscan superar las contradicciones y los conflictos asociados a los procesos de globalización
en el campo agroalimentario, son crecientes (Méndez, R. (2018). Prácticas económicas alternativas y nuevas dinámicas urbanas. Los
grupos de consumo agroecológico. En J. Delgadillo, y J. Sanz (Ed.), Sistemas agroalimentarios locales de proximidad. Contextos rururbanos en México y
España (pp. 21–42). Ciudad de México: Universidad Nacional Autónoma de México.Méndez, 2018; Méndez, R., y Monteserín O. (2017). Redes alimentarias alternativas en grandes ciudades:
los mercados de productores agrarios en Madrid. Cuadernos Geográficos, 56(1), 193–216.Méndez y Monteserín, 2017; Sánchez, J. L. (2009). Redes Alimentarias Alternativas: Concepto, Tipología y Adecuación.
Boletín de la Asociación de Geógrafos Españoles, 49, 185–208.Sánchez, 2009; Michelini, J. J., Méndez, R., y Abad, L. D. (2017). Movilización social y alternativas
alimentarias en áreas urbanas: los grupos de consumo agroecológico en Madrid. Ciudad y Territorio - Estudios Territoriales, XLIX (194)(1),679–698.Michelini et al., 2017). En concreto, las redes económicas alternativas se definen como” el conjunto de
prácticas relacionadas bien con la producción, el intercambio, el consumo o la financiación,
que cuestionan de algún modo la racionalidad hegemónica –ya sea la lógica capitalista
en su conjunto, o la manifestación específica de la globalización neoliberal” (Méndez, R. (2018). Prácticas económicas alternativas y nuevas dinámicas urbanas. Los
grupos de consumo agroecológico. En J. Delgadillo, y J. Sanz (Ed.), Sistemas agroalimentarios locales de proximidad. Contextos rururbanos en México y
España (pp. 21–42). Ciudad de México: Universidad Nacional Autónoma de México.Méndez, 2018, p. 8-9). Por el contrario, son redes que defienden una economía donde prevalecen los valores
como la solidaridad, la democracia, la reciprocidad, la inclusión y la sostenibilidad.
Esta definición evidencia que este tipo de redes excluyen las soluciones puras basadas
en el mercado y las de carácter jerárquico y, por el contrario, se basan en procesos
de cooperación en un entorno construido socialmente (Thompson, G. F. (2003). Between hierarchies and markets: The logic and limits of network forms of organization.
New York: Oxford University Press. doi: 10.1093/acprof:oso/9780198775270.001. 0001Thompson, 2003). En definitiva, la confianza se convierte en el principal mecanismo de dinamización
creado a partir de elementos como la proximidad, la autogestión, el
intenso compromiso político y la búsqueda de soluciones mutuas para satisfacer necesidades
económicas y socioambientales concretas en la escala local (Sánchez, J. L., y Espinosa, A. (2020). ¿Alternativa o adaptación? Los grupos de consumo
de alimentos ecológicos en el área urbana de Alicante. Scripta Nova, Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales, 24 (638). doi:
Un aspecto importante en el debate y reflexión sobre el potencial que pueden tener
estas redes para favorecer la transición hacia sistemas agroalimentarios más sostenibles
radica en identificar los factores que influencian el éxito o limitan la innovación
social. Méndez (Méndez, R. (2016). Renovar economías urbanas en crisis: un debate actual sobre la
innovación. Desenvolvimento Regional em debate, 6, (3), 4-31.2016) destaca la importancia de que tenga lugar una proximidad espacial entre los actores
de la innovación que permite mejorar el conocimiento y reconocimiento mutuo, que es
la base para establecer relaciones de reciprocidad sustentadas en cierto grado de
confianza mutua, que facilitarán el intercambio de conocimiento tácito y no codificable.
Para Moulaert et al. (Moulaert, F., Martinelli,F., Swyngedouw, E. y Gonzales, S. (2005). Towards alternative
model(s) of local innovation. Urban Studies, 42, (11), 1969–1990. doi:
En este mismo sentido, Davies et al. (Davies A, Simon J, Patrick R y Norman W. (2012). Mapping citizen engagement in the process of social innovation. A deliverable of the project: ‘The theoretical, empirical and policy foundations for building social innovation in Europe’. (TEPSIE) European Commission – 7th Framework Programme, European Commission, DG Research, Brussels. Recuperado de Mapping-citizen-engagement-in-the-process-of-social-innovation.pdf (youngfoundation.org)2012) señalan que es necesario que las redes movilicen el potencial endógeno para favorecer la identidad local, tanto para impulsar el desarrollo regional como el desarrollo endógeno. Para Caravaca (Caravaca Barroso, I. (2017). Globalización neoliberal y crisis en los espacios ganadores y emergentes. Ciudad y Territorio: Estudios Territoriales, 49(194), 613–628. Recuperado de Revista Ciudad y Territorio, Estudios Territoriales. C y TET nº 194 ; Vol. XLIX. Cuarta época, invierno (fomento.gob.es)2017), el éxito de estos procesos se ve fortalecido mediante el impulso de iniciativas de carácter colectivo y comunitario que facilitan diferentes formas de generación de la creatividad social y el conocimiento colectivo para resolver algunos de los retos actuales. Asimismo, según Méndez y Monteserín (Monteserín, O., y Méndez, R. (2019). Prácticas económicas alternativas en Madrid: una aproximación. En S. H. José Luis (Ed.), Espacios y prácticas económicas alternativas en las ciudades españolas (pp. 147–164). España.2019), desde la dimensión política, las redes que se construyen en oposición al paradigma productivista de la agricultura deben impulsar procesos emancipadores en la escala local que vayan más allá de la resistencia o la protesta frente a las injusticias del sistema.
Como destaca Neumeir (Neumeier, S. (2017). Social innovation in rural development: identifying the key factors
of success. Geographical Journal, 183(1), 34–46. doi:
Todas las respuestas mencionadas constituyen ventajas alternativas que permiten integrar las especificidades y el carácter de un territorio concreto en el valor añadido de los productos locales, así como optimizar la eficiencia en los circuitos cortos alimentarios; también son de interés para estimular el conocimiento y las habilidades de pequeños productores que permitan construir una alternativa sólida a las formas de distribución dominante de las grandes áreas urbanas. Son estrategias cooperativas indispensables para favorecer un modelo de producción y consumo territorialmente más sostenible y social y económicamente más justo. Se pone así en evidencia la doble aportación del enfoque cooperativo y de las redes económicas alternativas para fortalecer los aspectos organizativos de los pequeños productores y aumentar su potencial transformador.
Los enfoques emergentes para mejorar el suministro de los servicios de los ecosistemas
y la conservación de la biodiversidad en los paisajes agrarios se están orientando
a promover estrategias de gobernanza territorial para favorecer la agricultura multifuncional
(Groenfeldt, D. (2006). Multifunctionality of agricultural water: looking beyond food
production and ecosystem services. Irrigation and Drainage, 55(1), 73-83. doi:
Debemos tener en consideración que los agroecosistemas son el resultado de las interacciones
humanas con el medio ambiente y que su gestión condiciona en buena medida la capacidad
futura del suelo para producir alimentos y la posibilidad de seguir proporcionando
a la sociedad múltiples beneficios (Horrigan, L., Lawrence, R.S., y Walker, P. (2002). How sustainable agriculture can
address the environmental and human health harms of industrial agriculture. Environmental Health Perspectives, 110(5), 445–456. doi:
La custodia del territorio es una estrategia útil para fomentar la conservación de
la naturaleza en terrenos privados, que está alcanzando cierto desarrollo y un importante
prestigio en los últimos años. Lo que resulta innovador y marca la diferencia con
otras estrategias de conservación, como es el caso de los contratos territoriales
de explotación promovidos por las administraciones públicas, es que la iniciativa
para formalizar los acuerdos surge por parte de la sociedad civil organizada. Para
ello, la custodia del territorio busca establecer, a través de los acuerdos, compromisos
de mantenimiento y mejora de los valores naturales, patrimoniales y paisajísticos
entre los propietarios de la tierra y/o agricultores y las entidades de custodia.
Las entidades de custodia funcionan como agentes dinamizadores para fomentar sistemas
de gestión agraria integrales que puedan acercar objetivos de viabilidad económica
con la preservación de los valores y la funcionalidad de los agroecosistemas (Yacamán, C., Sanz, E., y Mata, R. (2020b). Agricultura periurbana y planificación territorial. De la protección al proyecto agrourbano.
Valencia, España: Publicaciones de la Universidad de Valencia, Colección Desarrollo
Territorial. Yacamán et al., 2020b). Otro aspecto que diferencia el marco contractual de la custodia del territorio
de los contratos territoriales de explotación es que los primeros se regulan mediante
acuerdos voluntarios entre la entidad de custodia y la propiedad. Los acuerdos de
custodia son flexibles y negociables (objeto, duración, compromisos entre ambas partes,
régimen jurídico del contrato, etc.) entre las partes firmantes y se
adaptan a las características de cada explotación. Esto permite que se adapten a la
diversidad de los sistemas agrarios, integrando de forma sistémica las cualidades
de los paisajes agrarios y contribuyendo al suministro de un conjunto de bienes públicos
agroambientales (paisaje, patrimonio, variedades locales, razas autóctonas, suelo,
agua, identidad y cultura) (De la Varga, A., y Pons, J. (2018). Innovative legal tools applied in land stewardship
for the conservation of ecosystem services in Catalonia. Ecosystem Services, 29, 395–403. doi:
Para evitar la desconexión entre la producción de alimentos, la naturaleza y la sociedad,
las entidades de custodia agraria ponen a disposición de las explotaciones agrarias
asesoramiento técnico y soluciones para que los productores adopten prácticas concretas
en torno la conservación de hábitats, para evitar la contaminación de los acuíferos
y aguas superficiales, mejorar la fertilidad del suelo y favorecer la conservación
de los elementos patrimoniales vinculados con los paisajes de la agricultura Para más información sobre acuerdos de prácticas agrarias sostenibles ver: Grup Balear
d’Ornitologia i Defensa de la Naturalesa (GOB) (2008). Custodia del territorio. El acuerdo de prácticas agrarias sostenibles en Menorca.
GOB Menorca. Recuperado de
Sin embargo, hay un creciente número de investigaciones que enfatizan la necesidad
de fomentar los incentivos entre diversos agricultores para un suministro más eficiente
a nivel de paisaje (Goldman, R.L., Thompson, B.H., y Daily, G.C. (2007). Institutional incentives for
managing the landscape: Inducing cooperation for the production of ecosystem services.
Ecological Economics, 64(2), 333–343. doi:
El Valle del Jerte, ubicado al norte de Extremadura, constituye un paisaje agrario singular y heterogéneo compuesto por mosaicos de cultivos, intercalado por prados, viñas y plantaciones de frutales (Figura 1). En el paisaje, puede observarse un largo proceso histórico derivado de la actividad agraria, que se ve plasmado en el aterrazamiento de las parcelas y en la construcción de un denso sistema de senderos y caminos rurales. La propiedad de la tierra ha estado generalmente sometida a un alto nivel de parcelación como resultado de las actividades realizadas por las explotaciones familiares. La agricultura familiar y de pequeña escala cumple una importante tarea de gestionar un rico patrimonio territorial y paisajístico, que ha favorecido el arraigo y la complicidad de la comunidad local. El cultivo tradicional está cargado de valores materiales e inmateriales que han servido para activar el carácter multifuncional de los paisajes agrarios, lo que ha favorecido la diversificación de la economía rural en las últimas décadas. El fuerte arraigo y sentido de pertenencia por parte de los productores, junto con los valores mencionados anteriormente, son aspectos que favorecen la articulación territorial, lo que sin duda se convierte en un atributo propio del carácter del paisaje y de la agricultura del Valle. Pero, al igual que muchas zonas rurales de España, es una región que se encuentra fuertemente amenazada por el envejecimiento y la despoblación.
Un elemento característico de la producción frutícola en esta zona es el importante
asociacionismo agrario que, sin duda, ha servido como motor de desarrollo endógeno
y transformación del sector productivo. Gracias al impulso de las cooperativas agrarias
que tuvo lugar a partir de la década de los sesenta del siglo pasado, se introdujeron
los productos del Jerte en los mercados de las grandes ciudades españolas, antes que
los productos de otras regiones. Por este motivo, las picotas (cereza del Valle del
Jerte) ganaron posición en el mercado, lo que favoreció la especialización productiva
en la comarca (Caballero, G., y Molina, K. (2019). ¿Hacia dónde camina el Valle del Jerte? Soberanía Alimentaria, Biodiversidad y Culturas, 36, 44–49. Recuperado de
Las características superiores de las picotas, el cuidado en cada una de las fases
de la cadena de distribución, la recolección a mano de los frutos que están maduros,
la fuerte vinculación entre la calidad y la localización montañosa de las explotaciones,
junto con la consolidación del tejido asociativo, han permitido que los productores
locales puedan obtener un buen precio que asegure la rentabilidad de muchas explotaciones
(Figura 2). El resultado es que, en la actualidad, el Valle del Jerte concentra una de las
producciones frutícolas más importantes de España. Según Caballero y Molina (Caballero, G., y Molina, K. (2019). ¿Hacia dónde camina el Valle del Jerte? Soberanía Alimentaria, Biodiversidad y Culturas, 36, 44–49. Recuperado de
Las condiciones orográficas y bioclimáticas de los paisajes montañosos de Asturias
favorecieron los usos forestales y pecuarios. Los usos extensivos y tradicionales
han creado paisajes singulares ganaderos de alta montaña con construcciones adaptadas
al aprovechamiento de pastos en verano, en un espacio dominado por la propiedad colectiva
de titularidad pública (Mata, R., y Sanz, C. (coord.). (2003). Atlas de los Paisajes de España. Madrid, España: Ministerio de Medio Ambiente.Mata y Sanz, 2003). “Las producciones ganaderas extensivas del ganado vacuno autóctono y el sistema
de trashumancia entre los pastos de altura y los valles, contribuyeron a la actual
organización territorial, consistente en pequeños núcleos de población (aldeas y caseríos)
distribuidos a lo largo de las rutas de trashumancia, desde los alojamientos invernales
en caseríos y aldeas hasta las cabañas de las majadas más altas, utilizadas hoy para
periodos temporales cortos pero múltiples a lo largo del verano” (Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación-MAPA. (2017). Pliego de condiciones de la Indicación Geográfica Protegida “Ternera. Asturias. Recuperado de
En los paisajes de la montaña asturiana, el pastoreo extensivo ha desarrollado un importante papel en la economía de la sociedad rural. A su vez, la configuración de normas vecinales para la gestión del aprovechamiento en régimen colectivo de los pastos en cuestas y puertos de montaña ha sido esencial para la conservación de los valores paisajísticos de los mismos. En concreto, los vaqueros trashumantes tuvieron especial incidencia en las formas de organización y en la configuración del carácter de las cuencas vaqueras. Las cuencas vaqueras se definen como una variante de paisaje simbólico asturiano caracterizado por ceñirse a un ámbito territorial de un núcleo de población, en el que su actividad económica dominante es la ganadería bovina de carne, que se distribuye en pisos altitudinales que, en la mayoría de los casos, discurren por fondos de valle hasta el límite de las cumbres (Rodríguez, F., y Martínez, L. (2009). Paisajes singulares de Asturias. ERÍA, 78–79, 125–138.Rodríguez y Martínez, 2009). Según las entrevistas realizadas, este sistema de gestión, característico de los pequeños ganaderos, hace que su viabilidad dependa mucho de la superficie comunal que puedan aprovechar. Pero, debido a la reducción de la actividad ganadera extensiva y a la reducción del pastoreo, se ha ido produciendo el avance de la matorralización de la montaña asturiana.
Con el descenso de la población rural que comienza a partir de la segunda mitad del
siglo XX y los profundos cambios producidos sobre los modos de producción, especialmente
por la sedentarización y la especialización de la ganadería, se crearon nuevas dinámicas
en las áreas de montaña. Las especializaciones lechera y cárnica produjeron la práctica
desaparición de ganados menores como las cabras y las ovejas que, antes de las recientes
transformaciones, servían hacían de complemento productivo en régimen de semilibertad
en el monte bajo (González, D. (2007). Aproximación etnoarqueológica a los vaqueiros d´lazada: un grupo
ganadero trashumante de la montaña astuariana. Arqueoweb, 8(2). Recuperado de
En primer lugar, se realizó una revisión bibliográfica sobre la innovación social, en la que se destacó el papel de las redes económicas alternativas y las entidades de la custodia del territorio para ayudar a movilizar el conocimiento y los procesos colectivos orientados hacia sistemas agroalimentarios sostenibles. El objetivo de esta revisión fue elaborar un estado de la cuestión que sirviera de base para contribuir a mejorar la identificación de las prácticas colectivas que están jugando un papel clave a escala de paisaje. Adicionalmente, se realizó una revisión bibliográfica para conocer la evolución de los paisajes agrarios de cada estudio de caso exploratorio, con el objetivo de realizar una aproximación territorializada del sistema agroalimentario a escala local-regional y para comprender las dinámicas socioeconómicas en las que están insertas las iniciativas analizadas.
A continuación, se realizó un análisis descriptivo de dos iniciativas localizadas en ámbitos rurales en España. Los dos estudios de caso exploratorios seleccionados representan ejemplos de buenas prácticas para fortalecer la viabilidad de pequeños productores, crear nuevos productos de calidad y mejorar el suministro de bienes públicos agroambientales. Para la selección de los estudios de caso exploratorios, se buscaron iniciativas que agruparan pequeños productores y que llevaran a cabo acuerdos de custodia del territorio. Una vez realizada una primera selección de iniciativas en España, se seleccionaron dos que cumplieran con los siguientes criterios: trabajo en red, participación y horizontalidad en la toma de decisiones, acuerdos de custodia, estrategias de arraigo con el territorio y enfoque integrado del sistema agroalimentario.
La investigación adoptó un enfoque cualitativo. La principal fuente de información fueron las entrevistas en profundidad realizadas a las personas coordinadoras de las redes, al ser las personas que tienen una visión más global de las iniciativas y un cuestionario entregado a cada iniciativa para ser rellenado por sus socios. Esta aproximación cualitativa no tiene por objeto recoger la diversidad de visiones aportada por distintos miembros dentro de cada iniciativa, sino seleccionar a una persona que actuase como informante clave en cada estudio de caso; aportando información en profundidad para caracterizar a las iniciativas. Las entrevistas tuvieron como objetivo conocer el origen de las iniciativas, los objetivos y su ámbito de actuación, su participación en el tejido social de sus comarcas y los principales factores de éxito y dificultades en el desarrollo de los procesos colectivos puestos en marcha. La descripción de las principales características de las iniciativas analizadas sirvió para elaborar la Tabla 1.
Asociación Tierra Sana | Foro Asturias Sostenible | |
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Estrategias cooperativas asociadas a la producción, distribución y consumo. |
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Networking |
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Medidas sobre prácticas agrarias sostenibles vinculadas a los acuerdos de custodia agraria |
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Fuente: Elaboración propia
Las entrevistas se complementaron con un cuestionario para identificar las acciones concretas relacionadas con el enfoque cooperativo y los acuerdos de custodia del territorio, a partir de tres dimensiones del sistema agroalimentario que consideramos fundamentales: la económica, la territorial/ambiental y la cultural/política. La información obtenida de los cuestionarios sirvió para elaborar la Tabla 2, que sintetiza tanto las estrategias relativas a la innovación social aplicadas como los resultados que se obtienen cuando se aplica un enfoque colectivo y acuerdos de custodia. Los cuestionarios recogen información relativa a las estrategias asociadas al modelo cooperativo y a los acuerdos de custodia del territorio; los compromisos adquiridos por los miembros de la red; los servicios de los ecosistemas derivados de los acuerdos de custodia; y las sinergias generadas entre el enfoque cooperativo y las prácticas de custodia.
Asociación Tierra Sana | Foro Asturias Sostenible | |
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Servicios de los ecosistemas vinculados con los acuerdos de buenas prácticas agrarias |
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Resultados generados de aplicar el enfoque cooperativo y los acuerdos de custodia |
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Factores que limitan aprendizajes y procesos colectivos para producir soluciones más integrales |
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Fuente: Elaboración propia
A continuación, se presentan los dos estudios de caso exploratorios seleccionados, localizados en el Valle del Jerte, en Extremadura, y en las zonas de montaña de Asturias. El foco del análisis se centra en el papel que tienen el enfoque cooperativo y los acuerdos de custodia para movilizar el conocimiento y los procesos colectivos orientados a fortalecer sistemas agroalimentarios multifuncionales y territorializados. Para sintetizar estos puntos, organizamos la información en una tabla comparativa de los dos estudios de caso (Tabla 1).
Tierra Sana, ubicada en el Valle del Jerte, es una asociación sin ánimo de lucro cuyo objetivo es difundir y compartir prácticas agroecológicas entre pequeños productores para favorecer un sistema agroalimentario sostenible y la promoción de una agricultura arraigada al territorio. La principal función de Tierra Sana es facilitar la cooperación entre sus asociados sobre diversos aspectos productivos, formativos y de comercialización. Se constituyó en los años 90, pero, tras un periodo de inactividad, en el año 2016, un grupo de jóvenes productores y productoras interesadas en la promoción de la soberanía alimentaria tomaron el relevo de la asociación para dinamizarla.
La tipología de los productores que componen la asociación corresponde a pequeñas explotaciones. En total, son 45 productores/as especializados en el cultivo ecológico de cereza (en un 75%) y, en menor medida, en el cultivo de olivo, castaño e higos. Son explotaciones en su mayoría en régimen de propiedad, que no superan las 2-3 hectáreas. Catorce de las socias son mujeres (60% a dedicación completa, 30% a media jornada y 10% puntualmente), mientras que los hombres en su mayoría están a jornada completa (90%). El cultivo en mosaico de algunas propiedades ha permitido que un pequeño porcentaje (aproximadamente el 10%) complemente sus rentas con actividades de educación ambiental. La mayoría de sus asociados realiza una comercialización mixta: a través de otras cooperativas de la comarca a gran escala, mediante comercialización directa a grupos de consumo (Agrupación de Cooperativas del Valle del Jerte, Cooperativa del Campo en Navaconcejo, Cooperativa Agroecológica de Montaña y Grupo EcoJerte), en supermercados y mediante ventas por internet. Cuando la venta es mediante otros intermediaros se utiliza la marca “Jerte” de la Agrupación de Cooperativas del Valle del Jerte, que sirve como estrategia para identificar el origen del producto.
La asociación desarrolla una serie de iniciativas orientadas principalmente a fortalecer a la agricultura sostenible, multifuncional y territorializada. En especial, destaca la promoción de la custodia agraria orientada a mejorar la biodiversidad y la conservación del patrimonio natural en las explotaciones agrarias. Algunas de las medidas más destacadas sobre prácticas agrarias sostenibles, vinculadas a los acuerdos verbales de custodia agraria, son: promover la agricultura ecológica, la diversidad vegetal y la conservación de variedades tradicionales; conservar zonas húmedas para la fauna silvestre; proteger el patrimonio ligado a la agricultura; conservar bosquetes y setos vegetales; y mantener cubiertas vegetales a lo largo del año. Gracias a la aplicación de estas medidas en diversas fincas, se está logrando incidir en la calidad del suministro de los servicios de los ecosistemas a escala de paisaje (Tabla 2). También se organizan formaciones orientadas a mejorar la innovación en el manejo de las fincas mediante la aplicación de técnicas agroecológicas. Para ello, la asociación realiza de forma continua cursos para promover el intercambio de experiencias entre los socios y otros agentes, según las demandas y necesidades de la comarca. Entre sus principales señas de identidad está la aplicación de metodologías que integran el conocimiento técnico y especializado con los saberes “de campesino a campesino”. Además, coordinan mercados y eventos para mejorar la visibilidad de los pequeños productores. A lo largo de los últimos años, las actividades se han vertebrado a través de dos espacios: un espacio informal creado a partir de encuentros festivos y lúdicos, para fomentar la cohesión social y el sentido de pertenencia, y otro más formal relativo a reuniones y asambleas para tratar temas relacionados con la producción, distribución y transformación de los productos.
Las asambleas y la horizontalidad en la toma de decisiones, la co-construcción de conocimiento resultante de las formaciones orientadas a la transformación multifuncional y territorializada de los sistemas agrarios locales y la identificación de soluciones comunes e individuales sobre la comercialización y la visibilidad en el mercado, son entendidos como ejemplos de innovación social frente a otras cooperativas agrarias de la comarca (Tabla 2). Las iniciativas de carácter comunitario para fortalecer el sentido de pertenencia, el espíritu crítico y el empoderamiento de los pequeños productores son, según las entrevistas, los elementos fundamentales para impulsar el proceso de transición agroecológica. Con respecto a los problemas identificados en las entrevistas, que limitan el aprendizaje colectivo y la escalabilidad de las prácticas agroalimentarias sostenibles entre los miembros de la red y otros productores locales, se señalan la heterogeneidad en el tamaño de las fincas, las limitaciones derivadas del distanciamiento físico de algunas explotaciones y las diferencias en aspectos formativos y políticos de sus miembros, así como la dificultad percibida para poder incorporar en la asociación explotaciones agrarias con mayores dimensiones.
La segunda experiencia analizada es el Foro “Asturias Sostenible”. Esta red está orientada a fomentar el desarrollo de una agricultura y ganadería extensivas y sostenibles desde una triple perspectiva: social, ambiental y económica. Uno de sus principales objetivos es garantizar la viabilidad de las pequeñas granjas familiares asturianas para apoyar el mantenimiento de un tejido rural cohesionado y digno. La tipología de los productores que componen el Foro “Asturias Sostenible” son también pequeñas explotaciones: está compuesta por 22 productores rurales (5 mujeres y 17 hombres) que se han agrupado para desarrollar funciones de comercialización conjunta. Las explotaciones que conforman la red crían ganado tradicional y extensivo y trashumante de montaña con pastos propios, arrendados y en régimen comunal. Sus productos tienen un valor añadido que se identifica a través de la marca comercial propia “Asturias Sostenible” y por la Indicación Geográfica Protegida “Ternera Asturiana”, que comprende la totalidad del Principado de Asturias y asegura que el manejo y la alimentación de los animales conserven los métodos tradicionales basadas en el aprovechamiento de pastos naturales.
Son explotaciones mayoritariamente trabajadas en régimen familiar y dedicadas a la ganadería para producción de carne (vacuna, ovina, caprina), leche y derivados (yogures, quesos y cremas), miel y, en menor grado, explotaciones hortofrutícolas que venden producto fresco y procesado en conservas. Siete explotaciones ganaderas tienen certificación ecológica: ocupan una superficie entre las 2 hectáreas (cultivo hortícola) y las cerca de 50 hectáreas (ganadería extensiva). Las tierras del terrazgo son comúnmente de propiedad y arrendadas a vecinos o familiares no residentes (unas 240 hectáreas manejadas por los socios productores). Las explotaciones ganaderas de carne son siempre extensivas y disponen de terreno comunal (200 hectáreas aproximadamente de comunales manejadas por los socios). Algunas queserías realizan además actividades de agroturismo y educación ambiental para complementar sus rentas. La comercialización conjunta de los socios se realiza a través de diferentes canales, especialmente mediante distribución directa: grupos de consumo (12 grupos con 180 socios consumidores individuales o familiares), cuatro restaurantes y ventas por internet. Para mejorar la confianza y comunicación directa entre sus consumidores, se realizan visitas a pie de finca.
La importante participación en otras redes, como la “Plataforma por la Ganadería Extensiva y el Pastoralismo” y la “Iniciativa Comunales” (ICCA Consortium), ha sido considerada esencial para consolidar su apuesta por un sistema agroalimentario más territorializado, capaz de hacer frente a los desafíos que tiene el actual modelo de producción y distribución industrial y el consumo deslocalizado. En su apuesta por fomentar la custodia del territorio en Asturias, además de participar en la “Red Transcantábrica de Custodia del Territorio”, llevan fomentando desde el año 2012 acuerdos entre los socios con el objetivo de mejorar el suministro de bienes públicos agroambientales (Tabla 1).
Algunas de las medidas más destacadas sobre prácticas agroecológicas vinculadas a los acuerdos de custodia agraria son: fomentar la producción ecológica; conservar bosquetes, muros de piedra seca y construcciones tradicionales; mantener razas en peligro de extinción (vacas casinas, ovejas xaldas, cerdos asturceltas y caballos asturcones); promover el pastoreo en montes comunales; y conservar cierres tradicionales en piedra y vegetales. Estas medidas realizadas por varias explotaciones han generado una mejora a nivel de paisaje en los servicios de los ecosistemas: conservación de semillas locales, conservación de elementos identitarios de los ecosistemas silvopastoriles, mantenimiento de la biodiversidad silvestre emblemática y protección del acervo genético de razas ganaderas autóctonas (Tabla 2).
El enfoque de planificación colaborativa, bajo objetivos comunes orientados a fortalecer la comercialización colectiva a través de canales cortos, y una apuesta decidida por apoyar formas de vida tradicionales son elementos esenciales para asegurar la innovación social sostenible en el medio rural (Tabla 2). Según las entrevistas realizadas, los beneficios percibidos por los socios de pertenecer al Foro “Asturias Sostenible” son múltiples, entre los que destacan los siguientes: la creación de nuevos nichos de mercado en torno al consumo sostenible, el aumento del valor añadido de los productos, así como aspectos económicos vinculados con un mayor rendimiento económico y el reconocimiento social que aporta un valor agregado al producto por su labor de mantenimiento y gestión del paisaje. Se observa además que, cuando se combina el enfoque cooperativo con las estrategias de custodia del territorio, se tiende a mejorar la calidad de los productos, se empodera el tejido asociativo y, en definitiva, se puede llegar a fortalecer el desarrollo rural integrado (Tabla 2). Sin embargo, los entrevistados resaltan que quedan muchos retos por afrontar para consolidar los procesos colectivos puestos en marcha. Entre ellos, destacan los siguientes: incrementar la participación activa por parte de todos los miembros, reducir los problemas de coordinación entre los socios por la falta de proximidad espacial, mejorar la rentabilidad económica de algunas explotaciones (lo que debilita la capacidad para integrar nuevas innovaciones) e incrementar el compromiso estable por parte de los consumidores a lo largo del tiempo.
De acuerdo con la hipótesis que ha guiado la investigación, existen ciertos procesos desarrollados por las redes analizadas que podrían desempeñar un papel destacado en la movilización y la estabilización de las innovaciones sociales sostenibles. Por ejemplo, los acuerdos voluntarios alcanzados al interior de las redes parecen desarrollar un papel esencial para consolidar aspectos organizativos orientados a fomentar la creatividad y el aprendizaje, así como para fomentar un cambio de procedimientos sobre los métodos de producción y comercialización, lo que puede identificarse como innovación social frente al comportamiento observado en otras cooperativas agrarias tradicionales. Al analizar los estudios de caso, podemos observar que la innovación social, entendida como nuevas formas de trabajo cooperativo arraigadas al territorio, puede llegar a generar nuevas soluciones para la cadena alimentaria, lo que resulta esencial para empoderar a los pequeños productores: marcas territorializadas; nuevos aprendizajes y habilidades colectivas que surgen del propio colectivo; imagen común, recursos, estrategias y objetivos compartidos; participación en la toma de decisiones; producción de alimentos saludables y de calidad; y fortalecimiento del desarrollo local.
Históricamente, los servicios de extensión agraria desempeñaron un papel fundamental
en la acumulación y transferencia de conocimientos técnicos; en la actualidad, este
servicio ha sido principalmente privatizado y se ha centrado en difundir prácticas
industriales (Laurent, C., Cerf, M., y Labarthe, P. (2006) Agricultural extension services and market
regulation: Learning from a comparison of six EU countries. J. The Journal of Agricultural Education and Extension 12, 5–16. doi:
La custodia del territorio tiene potencial para llegar a ser considerada como una
herramienta idónea para movilizar el potencial endógeno y para revalorizar los elementos
identitarios regionales mediante el empoderamiento de la sociedad civil. Todos estos
aspectos han sido considerados fundamentales para fortalecer sistemas agroalimentarios
territorializados y multifuncionales. Específicamente, los acuerdos de custodia son
impulsores de una innovación social sostenible, como afirma Bock (Bock, B (2016). Rural marginalisation and the role of social innovation: a turn towards
nexogenous development and rural reconnection. Sociologia Ruralis, 56(4), 552-573. doi:
Asimismo, al analizar los resultados, se observa que las entidades de custodia son esenciales para reconciliar la agricultura con la conservación de los servicios de los ecosistemas, mediante la trasferencia de conocimiento sobre nuevas técnicas y manejos a escala de finca compatibles con la conservación de la biodiversidad. En este sentido, podemos concluir que el trabajo en red de actores con diferentes perfiles (entidades de custodia, productoras, técnicas, etc.), con diferentes intereses y experiencias previas, puede tener mayor capacidad de trasladar el conocimiento en acción que las redes endogámicas (por ejemplo, compuestas exclusivamente por productores o por entidades conservacionistas). Como indican Meinzen-Dick et al. (2009), los grupos reducidos que comparten los mismos valores y objetivos, la existencia de motivación, la confianza y las habilidades para la gestión colectiva y el conocimiento, son aspectos claves para fortalecer la acción colectiva.
Los dos estudios de caso son buenos ejemplos de la importancia de dinamizar nuevos
procesos y modelos de organización social, como son los promovidos por la agroecología
y por la custodia del territorio, dado que se pueden adecuar mejor a los intereses
y las necesidades locales, garantizando simultáneamente un suministro diversificado
de servicios de los ecosistemas (Duru, M., Therond, O., y Fares, M. (2015) Designing agroecological transitions: A
review. Agronomy for Sustainable Development, 35, 1237–1257. doi:
A pesar de todas las sinergias obtenidas cuando se aplican enfoques colectivos en
los acuerdos de custodia, también existen ciertas barreras que limitan los procesos
de innovación social, como son la escasa confianza en los procesos participativos,
la dificultad de fomentar dinámicas cooperativas entre agentes con perfiles heterogéneos,
el limitado compromiso por parte del consumidor con respecto a los productos diferenciados,
la insuficiente capacidad para movilizar a las comunidades locales para rediseñar
y mejorar la organización territorial y las escasas experiencias de referencia sobre
las cuales inspirarse. A ellos se pueden sumar otras limitaciones señaladas por la
literatura, como el efecto free-rider o el escaso apoyo institucional (OECD (2013). Providing Agri-Environmental Public Goods through Collective Action; OECD Publishing: Paris, France; ISBN 978-92-64-19720-6. Recuperado de:
En definitiva, los estudios de caso exploratorios señalan que a través de la cooperación
se puede obtener un beneficio mayor que no podría lograrse mediante el esfuerzo individual
de pequeños productores con capacidad económica limitada. Esto es también especialmente
pertinente para transformar el sistema agroalimentario y para mejorar el suministro
de los servicios de los ecosistemas a escala de paisaje (por ejemplo, el control de
plagas, los hábitats para especies, la conectividad ecológica o la conservación de
variedades y razas locales). En este sentido, es pertinente reconocer la necesidad
de redefinir la escala de los procesos, de manera que las explotaciones, primero,
realicen los manejos de forma coordinada a escala de paisaje en lugar de como unidades
independientes y, en segundo lugar, que incorporen los diversos servicios de los ecosistemas
en sus prácticas agrarias con una base agroecológica (Goldman, R.L., Thompson, B.H., y Daily, G.C. (2007). Institutional incentives for
managing the landscape: Inducing cooperation for the production of ecosystem services.
Ecological Economics, 64(2), 333–343. doi:
Los cambios más importantes para favorecer la transición del sistema agroalimentario resultan de las interacciones multinivel a diferentes escalas (finca, paisaje, comunidad y mercado), entre diferentes agentes y mediante el reconocimiento de la contribución de los sistemas agrarios rurales en la seguridad alimentaria. A su vez, el enfoque cooperativo y la custodia del territorio se presentan como dos oportunidades con capacidad para favorecer las innovaciones sostenibles orientadas a potenciar el desarrollo rural integrado, el empoderamiento de los pequeños productores, la mejora de su visibilidad y el apoyo a una agricultura territorializada y multifuncional. Cuando las estrategias cooperativas se combinan con la custodia del territorio, se pueden llegar a impulsar cambios más radicales y duraderos: por ejemplo, sirven para reducir la continuada pérdida de cuota de mercado, incentivar la producción de alimentos saludables y conservar la biodiversidad y los paisajes agrarios tradicionales. A su vez, el valor añadido asociado a la protección del medio ambiente y la trazabilidad del origen de los alimentos, son nuevas oportunidades de mercado que los pequeños productores pueden aprovechar.
Cuando se logran crear sinergias entre el enfoque cooperativo y la custodia del territorio, bajo el marco de la agroecología, se contribuye a mejorar el enfoque sistémico del sistema agroalimentario desde el origen, es decir incidiendo en la base del metabolismo de los sistemas de producción de alimentos. En concreto, la custodia agraria aprovecha los recursos endógenos y las prácticas culturales asociadas a la gestión del paisaje, mientras que el enfoque cooperativo logra transformar estructuralmente la gobernanza del sistema agroalimentario dominante al equilibrar las fuerzas de poder entre los agentes de la cadena alimentaria. La sinergia de estas dos estrategias ayuda a redefinir el modelo de producción y consumo desde una perspectiva territorializada. Además, bajo el marco de la agroecología, las explotaciones agrarias introducen tanto innovaciones técnicas como organizativas, necesarias para asegurar un uso más eficiente de los recursos naturales en el sistema agrario a escala local-regional. En este sentido, los procesos construidos bottom-up, que integran las especificidades del territorio con la generación de bienes públicos agroambientales en la producción agraria, pueden generar soluciones transformadoras para contrarrestar las presiones producidas por la intensificación, la especialización y la deslocalización alimentaria.
Analizando la importancia de la escala en los procesos de innovación social orientados a la transformación del sistema agroalimentario globalizado, vemos que la escala local-regional favorece alianzas más estructurales como resultado de la interacción social y la proximidad espacial. Surgen nuevas soluciones a problemas locales, identificadas por un grupo de personas. Aunque la escala local-regional permite cambios más micro, los cambios que genera en los patrones de producción y consumo pueden ser más renovadores y, podríamos decir, más radicales, pues se basan en fomentar cambios en el sistema de valores de la comunidad, sobre todo en aquellas cuestiones que tienen que ver con la percepción sobre la “calidad del producto”. En este sentido, la confianza se convierte en un pilar fundamental, junto con el sentido de pertenencia y el arraigo al territorio, para recomponer las alianzas a escala local-regional del sistema agroalimentario. Finalmente, podemos concluir de nuestro análisis que, si bien las estrategias de innovación social que se tejen son contexto-dependientes y específicas de cada territorio, su éxito (o fracaso) depende fundamentalmente de la existencia de redes sociales y de su capacidad para revalorizar los recursos endógenos de los territorios.
Agradecemos a las dos entidades que han dedicado su tiempo a realizar la entrevista y por las fotografías cedidas para ilustrar los estudios de caso. Este estudio recibió financiación del programa de investigación e innovación Horizonte 2020 de la Unión Europea, en el marco del convenio de subvención Nº 81819, por el proyecto titulado: Codiseño de nuevos modelos de contrato para medidas innovadoras agroambientales y climáticas y para la valorización de bienes públicos ambientales y del proyecto SAVIA-Sembrando Alternativas de Innovación Agroecológica, financiado por las ayudas de la convocatoria 2019 a proyectos de I+D para jóvenes investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid (ref: SI1/PJI/2019-00444).
[1] |
La intensificación a escala de finca es entendida en este artículo como el incremento en los aportes externos (fertilizantes y pesticidas de origen químicos) usados por hectárea de suelo, con el objetivo de incrementar el nivel de producción por unidad de cultivo y unidad de trabajo. |
[2] |
La especialización a escala de finca ocurre cuando un único tipo de cultivo domina
la renta agraria. También se asocia con el aumento del uso de insumos químicos (por
unidad de área), lo que puede causar una variedad de problemas ambientales, cuando
los restos de los aportes suministrados a los cultivos no pueden absorberse y pueden
filtrarse en el agua, el suelo y el aire (EUROSTAT (2019). Agri-environmental indicator - fact sheet of the European Union (EU) agri-environmental indicator specialisation.
Recuperado de
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[3] |
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