Las zonas rurales españolas soportan una larga y profunda revolución silenciosa de insospechadas dimensiones. Su manifestación más llamativa es la fuerte emigración, factor responsable de un irreversible envejecimiento de la población
La búsqueda de la necesaria repoblación se enmarca en un proceso que plantea una triple exigencia. En primer lugar, debe asumirse que este proceso de regeneración está condicionado por el grado de receptividad de la población de un espacio concreto ante uno o varios factores estimulantes a nivel global
El objetivo de este trabajo se concreta en presentar, en primer lugar, el posicionamiento oficial del debate político con una idea básica: invitar a la reflexión sobre el camino a seguir en el intento de encontrar la ansiada repoblación que saque de la espiral de declive al medio rural. Analizar y poner de manifiesto que el gran reto ante el medio rural es sacarlo de su depresión. Por esta razón, en segundo lugar, se presentan los resultados de un interesante trabajo de campo, realizado en una de las provincias españolas (Teruel) donde con mayor crudeza ha impactado la revolución silenciosa, para conocer el posicionamiento sociocultural ante las medidas señaladas por el debate político, que de alguna manera pretenden dar respuestas a las consecuencias de la revolución silenciosa. En una palabra, se trata de confrontar ambos posicionamientos para buscar los macrofactores de la repoblación capaces de romper el círculo vicioso de la despoblación, modificando la dinámica de todos y cada uno de los actores y agentes que intervienen en el proceso.
El posicionamiento del debate político se presenta sobre la base de las propuestas de la Ponencia del Senado: “Ponencia de estudio para la adopción de medidas en relación a la despoblación rural en España” (Boletín Oficial de las Cortes Generales, SENADO núm 505 de 17-4-2015). Una Ponencia que se desarrolla en ocho sesiones (del 3 de junio de 2014 al 24 de marzo de 2015), y cuya lectura lleva al convencimiento de que el fenómeno de la despoblación es algo reciente, puesto que el segundo criterio señala: (2)
Las cincuenta conclusiones de la Ponencia deben asumir que el verdadero cambio consiste en el acercamiento de las pautas urbanas a las rurales, y eliminar la gran diferencia que existe entre las características que definen lo rural y lo urbano desde el punto de vista social. Lo rural no puede seguir considerándose como antagónico a lo urbano.
El posicionamiento social ante el desarrollo del espacio rural coincide plenamente con lo expresado por la abundante literatura especializada originada a lo largo de los últimos decenios
Conforme a estas consideraciones, y en relación con el contenido de la Ponencia anteriormente mencionada, el objetivo de este punto se concreta en presentar algunas de las principales conclusiones obtenidas de una investigación llevada a cabo en el conjunto de la provincia de Teruel, eminentemente rural, y que ha sido definida como ejemplo de área remota de baja densidad con una base económica que afronta serios retos y con poco más que sus propios recursos para garantizar un futuro desarrollo económico
Para descubrir y comprender la relación que existe entre la experiencia de vida, los conocimientos tácitos y los objetivos que se marca la Ponencia, es imprescindible recurrir al diálogo con quienes tienen la experiencia, quienes detentan los conocimientos tácitos acerca de lo que es su relación y hacia donde conviene caminar, pero todo ello confrontado con los objetivos que se plantea el debate político. La metodología para descifrar esta relación es muy simple, pero al mismo tiempo constituye una ardua tarea de búsqueda de un guion con el que entrar en conversación con aquellas personas capaces de expresar adecuadamente experiencia y conocimientos, tanto individuales como del conjunto de individuos que conviven con los mismos problemas e inquietudes. Las gentes con las que se ha tenido la fortuna de dialogar están en relación con la problemática y los intereses de sus convecinos, todas ellas relacionadas con alguna responsabilidad en ayuntamientos, en asociaciones, como agentes de desarrollo local y en empresas
Para iniciar el diálogo se elaboró un cuestionario, adecuado al territorio y a nuestros interlocutores, permitiendo reflexionar en torno a los siguientes aspectos: calidad ambiental; cohesión territorial; diversificación de la actividad; cambio climático; protección del paisaje; impacto ambiental del turismo; agricultura sostenible, capacidad de movilizar sinergias locales; y formación. En el caso de las encuestas de percepción, el método probado y más efectivo consiste en llevar a cabo encuestas directas y simultáneas a las diferentes partes involucradas. Se trata de un método de investigación subjetivo, que ofrece una información puntual, pero como ventaja destaca que la encuesta permite desglosar variables complejas (como es el caso) en distintos aspectos de las mismas, de tal manera que a través de diversas preguntas se puede conocer la variable compleja. Las preguntas planteadas han sido abiertas, en las que después del enunciado hay un espacio en blanco para que el encuestado responda lo que considere. El método de muestreo ha sido no probabilístico e intencional, y el número de participantes ha sido de 50 (actores locales de diferentes municipios de las comarcas Comunidad de Teruel y del Jiloca).
Los resultados se exponen a continuación:
Las conclusiones de la Ponencia están obligadas a considerar la diversidad de situaciones, de estructuras, de entornos ambientales y de dinámicas, circunstancia que impulsa a rechazar su voluntarismo generalizador. Unas propuestas que enlazan con el desarrollo endógeno. Las cincuenta conclusiones de la Ponencia arrastran un lastre que es urgente soltar y que se caracteriza por: escaso convencimiento de sus planteamientos; simplificación del fenómeno a la problemática de la natalidad en la actualidad; participación de una sola categoría de actores; la regeneración se confía exclusivamente a la intervención exógena; respuestas coyunturales a problemas estructurales; abunda en el antagonismo rural/urbano; no alude en ningún momento a la especificidad de cada espacio rural; debe concretar una serie de factores que posibiliten el paso de un
En cuanto al diálogo socio-cultural analizado, las mayores amenazas provienen de la estructura de la población, a la que subjetivamente definen por su envejecimiento. En todos los pueblos se descubren las mismas iniciativas para romper esa pesada amenaza, se proponen atraer inmigrantes, evitar la emigración de la mujer a la ciudad y crear empleo femenino, iniciativa que convierten en la panacea para generar sus oportunidades de continuar existiendo como pueblo. La pérdida de población en la mayoría de los pueblos sigue a un ritmo preocupante, por mucho que las estadísticas provinciales hablen de incrementos puntuales. Es conocida la continua rotación de personas que se empadronan sólo temporalmente: si la población autóctona se marcha, ¿qué puede esperarse del inmigrante? Otro tanto cabría decir de muchos jubilados que se han domiciliado en el pueblo en el que pasan una larga temporada, que coincide con el “buen” tiempo. Este ritmo se ve acelerado por la edad, por una parte, porque biológicamente las esperanzas de vida tienen un límite, y, por otra, aquellos que tienen hijos bien instalados en la ciudad son convencidos para que trasladen su residencia cerca de mejores servicios sanitarios. A todo ello se une el efecto de las prejubilaciones, donde se han dado severas reconversiones en la minería o la industria, y si tienen hijos en edad escolar o con pensamientos de ir a la universidad emigran a Zaragoza, donde se dan todas las oportunidades laborales, económicas, sociales, culturales y hasta políticas. Además, todos aquellos que salen a estudiar ya no vuelven al pueblo, o lo hacen como turistas, cuando se trata de una juventud particularmente preparada que podría impulsar serias oportunidades.
Es cierto que el turismo rural ha frenado, de momento, algunas salidas, lo que se traduce en cierta estabilización de la población. A esta estabilización debe unirse la oferta de trabajo y vivienda para reducir los desplazamientos cotidianos que acaban por ser definitivos. Según la localización de los pueblos, es frecuente que se trabaje en la ciudad o en “el núcleo comarcal funcional” más próximo y se resida en el pueblo de origen; pero cuando se contrae matrimonio, la edad de los hijos acaba por ser determinante para emigrar en busca de los servicios y oportunidades que demandan los más jóvenes. Esta emigración fuerza el cierre de la escuela para otros niños, y éste es, probablemente, el golpe más duro que soportan todos los pueblos que lentamente, pero de modo implacable, pierden población y oportunidades, hasta que llegue el día en el que se cuelgue el letrero de “cerrado porque no son vacaciones”.
En la elaboración de este trabajo tuvo un papel fundamental D. José Luis Andrés Sarasa, Catedrático de Geografía Humana de la Universidad de Murcia, fallecido en 2018.
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