INTRODUCCIÓN
⌅Como fundamento previo de lo que consideraba los enfoques inductivo y deductivo que dan pie en Biogeografía a buscar explicaciones, establecer generalizaciones, formular hipótesis y diseñar modelos de predicción, Ian R. Ball (1975)Ball, I.R. (1975): Nature and formulation of biogeographical hypotheses. Sytematic Zoology, 24 (4), 407-430. establecía que aquella disciplina ha de pasar necesariamente por una primera fase descriptiva o empírica. Indicaba que, en ella, ocuparse de los datos básicos supone una importante tarea, pues permite explicar la complejidad de las distribuciones (1975, p. 408Ball, I.R. (1975): Nature and formulation of biogeographical hypotheses. Sytematic Zoology, 24 (4), 407-430.). Si esta reflexión tan evidente como oportuna, llevada al ámbito vegetal, a España y avanzando casi veinte años en el tiempo, se vincula con la inquietud que expresaba Juan Carlos Simón (1994)Simón, J.C. (1994): La flora vascular española: diversidad y conservación. Ecología, 203-225. por el grado de conocimiento florístico del territorio, no sorprende su afirmación e interrogante siguientes: “No sólo es necesaria una valoración intrínseca de los taxones sino también, en términos de diversidad, inventarios florísticos exhaustivos y abundancias relativas. La pregunta es: ¿conocemos con suficiente detalle nuestro territorio?” (p. 213). Por último y para enlazar la necesidad de administrar la información florística con la emergencia de la era informática, otros casi veinte años después, Jerónimo Buades y Juan Antonio Marco (2012)Buades, J. y Marco, J.A. (2012): Integración de bases de datos espaciales para el registro de datos corológicos de taxones vegetales. En: R. Cunill, A. Pélachs, R. Pérez-Obiol y J.M. Soriano (Eds.). Las zonas de montaña: gestión y biodiversidad (pp. 226-232). Barcelona, España: Universitat Autònoma de Barcelona., por citar una de muchas referencias posibles, abordaban con nuevos instrumentos tecnológicos cuestiones sobre gestión, integración y diseño de la estructura de bases de datos corológicos vegetales.
El presente artículo trata un poco sobre estas tres cuestiones: atender a aquella parte descriptiva de la Biogeografía, paliar una diminuta parte de esas lagunas de conocimiento florístico y dar cuenta de la estructura informativa de un conjunto de datos geográficos sobre flora. En concreto, se expondrán ordenadamente datos básicos, levantados a escala local, en dos ámbitos de la Alcarria Occidental bastante emparentados pero diferentes: uno situado en la Alta y otro en la Baja Alcarria. Estará dedicado a su riqueza en plantas vasculares, vinculando todo ello con la cartografía corológica que representará en trabajos posteriores sus distribuciones.
En esta revista se presentaron sendos artículos tratando esas cuestiones y espacios (García-Abad, 2015García-Abad, J.J. (2015): Abundancia relativa, frecuencia y riqueza de plantas vasculares a escala local. Metodología de Índices de Ocupación de la Flora (Aplicación a la Alcarria Occidental). Estudios Geográficos, 76 (279), 499-530. https://doi.org/10.3989/estgeogr.201518 ; 2016García-Abad, J.J. (2016): Distribución de plantas vasculares a escala local. Taxones con mayor ocupación geográfica en Ambite y Utande (La Alcarria Occidental). Estudios Geográficos, 77 (280), 81-113. https://doi.org/10.3989/estgeogr.201604 ). Estos consisten en dos cuadrados UTM de 10×10 km, en los que se efectuaron inventarios florísticos en las cuadrículas de 1×1 km que contienen. A partir de estos datos primarios, el propósito era efectuar un análisis florístico que propiciara una comparación detallada de ambos recintos cartográficos. Además de explicar el método, formular índices y dar unos primeros resultados, se expuso también el catálogo de una primera parte de la flora (García-Abad, 2015García-Abad, J.J. (2015): Abundancia relativa, frecuencia y riqueza de plantas vasculares a escala local. Metodología de Índices de Ocupación de la Flora (Aplicación a la Alcarria Occidental). Estudios Geográficos, 76 (279), 499-530. https://doi.org/10.3989/estgeogr.201518 , Anexo), así como se mostraron y explicaron algunas distribuciones (García-Abad, 2016García-Abad, J.J. (2016): Distribución de plantas vasculares a escala local. Taxones con mayor ocupación geográfica en Ambite y Utande (La Alcarria Occidental). Estudios Geográficos, 77 (280), 81-113. https://doi.org/10.3989/estgeogr.201604 ). El presente artículo constituye su continuación, por lo que conviene consultarlos previamente. En García-Abad (2006)García-Abad, J.J. (2006): El inventario florístico con fines geográficos en C.U.T.M. de 1×1 km. Análisis de la riqueza vascular en la Alcarria Occidental y Mesa de Ocaña. Serie Geográfica, 13: 117-150. y García-Abad y Panareda (2012)García-Abad, J.J. y J.M. Panareda (2012): Fitodiversidad geográfica de Miralrío comparada con la flora de La Alcarria Occidental de Guadalajara. Análisis taxonómico y de riqueza. Boletín de la Asociación de Geógrafos Españoles, 59: 245-274., con diferentes propósitos y estrategias, se analizó la riqueza florística en cuadrados de 1×1, 2×2 km y 3×3 km, en pequeños ámbitos incluidos en esos dos cuadrados. Por último, otros artículos posteriores mostraron también distribuciones de algunas plantas en esos mismos cuadrados (García-Abad, García y Rodríguez, 2018, pp. 98-103García-Abad, J.J.; García, E.D. y Rodríguez, V.M. (2018): Corología vascular progresivamente sintética desde la resolución de 1 km². Muestra en la región oriental de Madrid. Cuadernos Geográficos, 57 (1), 87-109. doi: http://dx.doi.org/10.30827/cuadgeo.v57i1.5667.; García-Abad, 2019, pp. 189-190García-Abad, J.J. (2019): La cartografía corológica con niveles de abundancia: otra forma de representar y observar el paisaje vegetal. En E. Salinas y L. Seolin (Coords.), Cartografia Biogeográfica e da Paisagem (Vol. 1, pp. 169-194). Tupã (São Paulo), Brasil: ANAP.).
Provinientes de una diferente tradición botánica, arraigada secularmente, en las Islas Británicas, se vienen realizando trabajos corológicos exhaustivos a escala local que combinan aquellas mismas resoluciones. En lo que se lleva de siglo, se ha generalizado su publicación a nivel de condados, entidades asociadas o análogas. Sus fines son editar floras, presentar la riqueza de plantas, sus distribuciones y valorar la diversidad en aras de la conservación a partir del uso de la cuadrícula 1×1 km (Wilmore, Lunn y Rodwell, 2011Wilmore, G.T.D., Lunn, J. y Rodwell, J.S. (2011): The South Yorkshire Plant Atlas. York, Reino Unido: Yorkshire Naturalists’ Union.; Trueman, Poulton y Reade, 2013Trueman, I; Poulton, M. y Reade, P. (2013): Flora of Birmingham and the Black Country. Birmingham, Reino Unido: Pisces Publications.; Lockton y Whild, 2015Lockton, A. y Whild, S. (2015): The Flora and Vegetation of Shropshire. Shrewsbury, Reino Unido: Shropshire Botanical Society. Recuperado en https://issuu.com/shropshirebotany/docs/flora_and_vegetation_of_shropshire_ [consultado 15/Abril/2021]; French, 2020French, C. (2020): A Flora of Cornwall. Camborne, Reino Unido: Wheal Seton Press.), y/o de la de 2×2 km (Green, 2008Green, P. (2008): Flora of County Waterford. Glasnevin, Irlanda: National Botanic Gardens.; James, 2009James, T.J. (2009): Flora of Hertfordshire. Welwyn Garden City, Reino Unido: Hertfordshire Natural History Society.; Sandford y Fisk, 2010Sandford, M. y Fisk, R. (2010): A Flora of Suffolk. Dorchester, Reino Unido: The Dorset Press.; Hawksford y Hopkins, 2011Hawksford, J.E. y Hopkins, I.J. (2011): The Flora of Staffordshire. Stafford, Reino Unido: Staffordshire Wildlife Trust.; Lockton y Whild, 2015Lockton, A. y Whild, S. (2015): The Flora and Vegetation of Shropshire. Shrewsbury, Reino Unido: Shropshire Botanical Society. Recuperado en https://issuu.com/shropshirebotany/docs/flora_and_vegetation_of_shropshire_ [consultado 15/Abril/2021]; Willmot y Moyes, 2015Willmot, A. y Moyes, N. (2015): The Flora of Derbyshire. Newbury, Reino Unido: Pisces Publications.). A su vez, esas resoluciones geográfico-florísticas se agrupan en cuadrículas de 10×10 km, que se enlazan con un proyecto británico de ámbito transnacional (Preston, Pearman y Dines, 2002Preston, C.D., Pearman, D.A. y Dines, T.D. (Eds.). (2002): New Atlas of the British and Irish Flora. Oxford, Reino Unido: Oxford University Press.).
Los objetivos específicos que ahora prosiguen ese análisis comparativo son: a) completar el catálogo de plantas (Parte II, y última) de ambos cuadrados, incorporando las plantas No Permanentemente Visibles y Reconocibles; b) destacar hallazgos singulares de plantas; c) completar la síntesis cuantitativa de la riqueza, semejanza florística e índices presentada inicialmente; y d) exponer y comentar los datos básicos de la riqueza de plantas.
ÁREAS DE ESTUDIO, FUENTES Y MÉTODOS
⌅Se denominaron “Utande” y “Ambite” los dos cuadrados de 10×10 km donde se inventarió la flora (30TWL02, Guadalajara; y 30TVK86, Guadalajara y Madrid, respectivamente). Situado el primero 63 km al NNE del segundo, en ámbitos bioclimáticos y biogeográficos ligeramente diferenciados de la Alcarria, su localización y caracterización pueden consultarse en García-Abad (2015, p. 500García-Abad, J.J. (2015): Abundancia relativa, frecuencia y riqueza de plantas vasculares a escala local. Metodología de Índices de Ocupación de la Flora (Aplicación a la Alcarria Occidental). Estudios Geográficos, 76 (279), 499-530. https://doi.org/10.3989/estgeogr.201518 y Fig. 1; 2016, pp. 82-89García-Abad, J.J. (2016): Distribución de plantas vasculares a escala local. Taxones con mayor ocupación geográfica en Ambite y Utande (La Alcarria Occidental). Estudios Geográficos, 77 (280), 81-113. https://doi.org/10.3989/estgeogr.201604 y Fig. 1). La fuente empleada proviene de trabajos de campo realizados entre 2005 y 2012, continuados después por labores de confirmación taxonómica en Laboratorio y depuración de la base de datos.
NOTA: El hallazgo de esta planta constituye uno de los datos corológicos más sobresalientes. Se encontró en 30TVK8567 (fecha de la fotografía), en Ambite (Madrid), paraje de Valdealcalá, a 825 m s.n.m., en borde de encinar mésico con carretera, junto a Bupleurum rigidum, Geum sylvaticum y Saponaria ocymoides.
Los planteamientos, antecedentes, métodos, consideraciones sobre cartografía corológica y valoraciones fitogeográficas ya fueron abordados en esos artículos (García-Abad, 2015, pp. 502-508García-Abad, J.J. (2015): Abundancia relativa, frecuencia y riqueza de plantas vasculares a escala local. Metodología de Índices de Ocupación de la Flora (Aplicación a la Alcarria Occidental). Estudios Geográficos, 76 (279), 499-530. https://doi.org/10.3989/estgeogr.201518 ; 2016, pp. 89-91García-Abad, J.J. (2016): Distribución de plantas vasculares a escala local. Taxones con mayor ocupación geográfica en Ambite y Utande (La Alcarria Occidental). Estudios Geográficos, 77 (280), 81-113. https://doi.org/10.3989/estgeogr.201604 ). Al respecto, se recuerdan cuestiones fundamentales. Dentro del espectro florístico, se abordan todas las plantas vasculares con excepción de los pleustófitos, por requerir estas plantas acuáticas una especial estrategia de inventario (sumersión de elementos vegetativos, necesidad de emplear medios especiales, entre otros). Los inventarios no incluyeron ámbitos urbanos, y los hizo un solo prospector. En Utande se inventariaron las cien cuadrículas 1×1 km, pero en Ambite fueron noventa y ocho por impedimentos de accesibilidad en dos de ellas. El método contempló la temporalidad y fenología como una cuestión crucial en los planteamientos iniciales, lo que llevó a distinguir la flora en dos grandes contingentes (García-Abad, 2015; pp. 509-511García-Abad, J.J. (2015): Abundancia relativa, frecuencia y riqueza de plantas vasculares a escala local. Metodología de Índices de Ocupación de la Flora (Aplicación a la Alcarria Occidental). Estudios Geográficos, 76 (279), 499-530. https://doi.org/10.3989/estgeogr.201518 ). Unas son plantas “Permanentemente Visibles y Reconocibles” (PVR) cuyo avistamiento y determinación taxonómica están de muy poco a nada influidos por el momento en que se hacen los inventarios. Frente a este, existe otro contingente más amplio que sí lo está: plantas que no es posible avistar o/y determinar taxonómicamente en cualquier época del año (“No Permanentemente Visibles y Reconocibles” o No PVR).
De lo anterior se deduce que los valores de riqueza están mediatizados por las restricciones fenológicas, de modo que las cifras deben ser siempre relativizadas y ponderadas. Al ser visitadas las cuadrículas de 1×1 km en un solo momento del año, los avistamientos de plantas No PVR están sujetos a inconvenientes de temporalidad, que son severos de diciembre a febrero. Se inventarió todos los meses del año, pero con mayor profusión en los más propicios para avistar poblaciones y determinar taxones. Por ello, la riqueza con resolución de 1 km² es bastante variable, pues el 25% de las cuadrículas se visitó en el periodo A (abril y mayo), el 25% en el B (junio y julio), otro 25% en el C (agosto y septiembre) y el último 25% en el D (resto de meses), con el fin de recabar toda la composición florística posible y disponer de más tiempo para avanzar en el cubrimiento geográfico. Así, la distribución de plantas PVR puede compararse desde la resolución espacial de 1 km², pero las ETC correspondientes a plantas No PVR solo pueden hacerlo desde la de 4 km².
Por último, a efectos de representar distribuciones equilibradas, cuando se estimó necesario, algunas plantas No PVR se fusionaron en agrupaciones supraespecíficas, de modo que se atribuyó una denominación técnica al conjunto de plantas y agrupaciones (Entidades Taxonómicas Cartográficas o ETC). Ello implica que el número de ETC es un poco inferior al de plantas catalogadas.
Las adscripciones taxonómicas siguen lo establecido en Castroviejo (1986-2021)Castroviejo, S. (Coord.) (1986-2021): Flora iberica 1-21. Madrid, España: Real Jardín Botánico. CSIC. y, en su defecto, en Bolòs y Vigo (2001)Bolòs, O. y Vigo, J. (2001): Flora dels Països Catalans. Vol. IV (Monocotiledònies). Barcelona, España: Barcino.. Respecto a la complejidad de determinar plantas directamente en campo, se contempla con más detalle lo considerado por Romero (1985)Romero, C. (1985): Revisión del género “Arrhenatherum” Beauv. (“Gramineae”) en la península ibérica. Acta Botánica Malacitana, 10, 123-154., Villar (1990)Villar, L. (1990): “Polygonum” L. En S. Castroviejo y L. Villar (Eds.), Flora iberica 2: 571-586. Madrid, España: Real Jardín Botánico. CSIC., Foley (2001)Foley, M.J.Y. (2001): “Orobanche” L. En S. Castroviejo, C. Aedo, I.C. Hedge, A. Herrero y M.F. Sales (Eds.), Flora iberica 14 (pp. 32-72). Madrid, España: Real Jardín Botánico. CSIC., Mateo (2001)Mateo, G. (2001): Flora banal del Sistema Ibérico. Flora Montiberica, 18, 14-18., Neves (2003)Neves, S. (2003): “Bupleurum” L. En S. Castroviejo, A. Herrero, S.L. Jury y G. Nieto (Eds.), Flora iberica 10 (pp. 241-265). Madrid, España: Real Jardín Botánico. CSIC., Blanco (2005)Blanco, P. (2005): “Salix” L. En S. Castroviejo y C. Soriano (Eds.), Flora iberica 3 (pp. 477-517). Madrid España: Real Jardín Botánico. CSIC., Benedí y Güemes (2009)Benedí, C., y Güemes, J. (2009): “Chaenorhinum” (DC.) Rchb. En S. Castroviejo, C. Benedí, J. Güemes, A. Herrero y E. Rico (Eds.), Flora iberica 13 (pp. 167-198). Madrid, España: Real Jardín Botánico. CSIC., Martínez, Sánchez y Rico (2009)Martínez, M.M., Sánchez, J.A. y Rico, E. (2009): “Veronica” L. En S. Castroviejo, C. Benedí, J. Güemes, A. Herrero y E. Rico (Eds.), Flora iberica 13 (pp. 360-434). Madrid, España: Real Jardín Botánico. CSIC., Ortega (2009)Ortega, A. (2009): “Scrophularia” L. En S. Castroviejo, C. Benedí, J. Güemes, A. Herrero y E. Rico (Eds.), Flora iberica 13 (pp. 97-134). Madrid, España: Real Jardín Botánico. CSIC., García (2012)García, M.A. (2012): “Cuscuta” L. En S. Castroviejo, M.J. Gallego, A. Quintanar y S. Silvestre (Eds.), Flora iberica 11 (pp. 292-310). Madrid, España: Real Jardín Botánico. CSIC. y Galán (2018)Galán, A. (2018): “Taraxacum” F.H. Wigg. En S. Castroviejo, C. Benedí, J.A. Devesa, E. Rico y S. Talavera (Eds.), Flora iberica 16. Recuperado de http://www.rjb.csic.es/floraiberica/.. Se aplica la operación de supraescalado (“upscaling”, en inglés) que, empleada por primera vez en España por Panareda (1996, p. 26)Panareda, J.M. (1996): Cartografía de la vegetación. Serie Geográfica, 6, 11-34., Panareda, Carbó, Alemany y Torallas (1997)Panareda, J.M., Carbó, S.; Alemany, F. y Torallas, J. (1997): Cartografía corológica del Delta del Ebro. Planteamiento y primeros resultados. En XV Congreso de Geógrafos Españoles (pp. 181-189). Santiago de Compostela, España: AGE. y Boccio y Panareda (2013)Boccio, M. y Panareda, J.M. (2013): Variación de la biodiversidad en relación con la escala en base a la retícula UTM. Su aplicación a los fanerófitos del macizo del Montseny (Cordillera Prelitoral Catalana). En AGE. Espacios insulares y de frontera, una visión geográfica (pp. 525-534). Palma de Mallorca, España: Universitat de les Illes Balears., permite agregar los datos originales en resoluciones espaciales más generales (García-Abad, 2019, pp. 180-183García-Abad, J.J. (2019): La cartografía corológica con niveles de abundancia: otra forma de representar y observar el paisaje vegetal. En E. Salinas y L. Seolin (Coords.), Cartografia Biogeográfica e da Paisagem (Vol. 1, pp. 169-194). Tupã (São Paulo), Brasil: ANAP.).
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
⌅La aplicación del método produjo un amplio conjunto de datos. Ello permite obtener bastantes resultados sobre la riqueza en plantas, pero también sobre la frecuencia y abundancia relativa de cada una de ellas. Al ser un método todavía poco empleado, brinda la oportunidad de estructurar toda esta información ex novo. Y conviene hacerlo con criterios de sencillez y simplificación en aras de las síntesis. Sin embargo, ello no es objeción para mostrar puntualmente algunos datos absolutos, relativos y balances derivados de cómputos exhaustivos. Por razones de extensión, el tratamiento de la frecuencia y abundancia se efectuará en otro artículo. En el presente, los resultados sobre riqueza se sintetizan en los siguientes apartados.
Catálogo de plantas y hallazgos de interés
⌅El primer resultado, necesario en Geografía de las plantas, es conocer el conjunto de todas las plantas encontradas. El catálogo exhibido en García-Abad (2015)García-Abad, J.J. (2015): Abundancia relativa, frecuencia y riqueza de plantas vasculares a escala local. Metodología de Índices de Ocupación de la Flora (Aplicación a la Alcarria Occidental). Estudios Geográficos, 76 (279), 499-530. https://doi.org/10.3989/estgeogr.201518 contempló solo las plantas PVR. Ahora, en el Anexo, se completa la parte que faltaba. Incluye el grupo florístico mayoritario en número: plantas No PVR. Este catálogo utiliza la misma sistemática, valores (índices, frecuencia) y ordenación empleados en el anterior. Se dispone de más de 340 pliegos de herbario de este grupo No PVR que se están depositando en el AH Herbarium (Universidad de Alcalá).
Se expone a continuación un ejemplo de cómo hacer la lectura del catálogo: en Labiatae, véase Lamium amplexicaule; el asterisco indica que está en ambos cuadrados; los primeros datos corresponden a los de Utande, donde obtuvo un valor IOP o Índice de Ocupación de la Planta de 4,5 (García-Abad, 2015, pp. 511-513García-Abad, J.J. (2015): Abundancia relativa, frecuencia y riqueza de plantas vasculares a escala local. Metodología de Índices de Ocupación de la Flora (Aplicación a la Alcarria Occidental). Estudios Geográficos, 76 (279), 499-530. https://doi.org/10.3989/estgeogr.201518 ), lo que la sitúa en el 132º puesto de las plantas No PVR de ese territorio, se encontró en 24 cuadrículas de 2×2 km (de las veinticinco posibles) y en 45 de 1×1 km (entre paréntesis, de las cien posibles); tras el punto y coma, siguen los datos de Ambite, donde el IOP fue mayor (6,2), ocupa un mejor puesto (el 63º), se encontró en los 25 recintos de 2×2 km y en 62 de 1×1 km. Se desprende, pues, que es una planta que ocupa ampliamente todo (casi) el territorio cuando se represente su distribución en mapas con resolución de 4 km²; si bien, por ser planta No PVR, solo se avistó en torno a la mitad de las cuadrículas de base (resolución cartográfica de 1 km²). Se colige también que, aunque está “por todas partes”, es algo más frecuente y abundante en el cuadrado de Ambite. Para otras alternativas, léase la introducción del Anexo.
Si se tienen en cuenta el desconocimiento de la presencia de la planta, la singularidad y/o las muy pocas citas o/y antiguas en esos territorios, han resultado ser muchos los hallazgos florísticos que tienen interés biogeográfico regional (Alcarria), subregional (Alcarria occidental) o comarcal (Alta y Baja Alcarria). Una vez consultadas las webs corológicas de ANTHOS (2021)ANTHOS (2021). Anthos. Sistema de información sobre plantas de España. Real Jardín Botánico (CSIC)-Fundación Biodiversidad. http://www.anthos.es (consulta el 5/Febrero/2021)., GBIF (2021)GBIF.ES (2021). Portal de Datos de Biodiversidad. Nodo Nacional de Información sobre Biodiversidad. CSIC. https://datos.gbif.es (consulta el 4/Febrero/2021). y SIVIM (2021)SIVIM (2021). Sistema de Información de la Vegetación Ibérica y Macaronésica. http://www.sivim.info/sivi/ (consulta el 4/Febrero/2021)., además de la propia experiencia corológica en la región (García-Abad et al., 2018García-Abad, J.J.; García, E.D. y Rodríguez, V.M. (2018): Corología vascular progresivamente sintética desde la resolución de 1 km². Muestra en la región oriental de Madrid. Cuadernos Geográficos, 57 (1), 87-109. doi: http://dx.doi.org/10.30827/cuadgeo.v57i1.5667.), destacamos a continuación solo los más sobresalientes (en el caso de Ambite, se especifica en qué provincias se halló: Gu, Guadalajara; M, Madrid).
Para ambos cuadrados (30TWL02 y 30TVK86), son especialmente relevantes los hallazgos de Aegilops ventricosa (Gu y M), Allium oleraceum (Gu y M), Alopecurus pratensis subsp. arundinaceus (Gu y M), Anthyllis vulneraria subsp. sampaioana (M), Asphodelus serotinus (M), Astragalus hypoglottis (Gu), Bromus intermedius (Gu), Bupleurum praealtum (Gu), Campanula lusitanica (M), Conopodium arvense (Gu y M), Eupatorium cannabinum (M), Festuca inops (M), Poa flaccidula (M), Polycnemum arvense (Gu), Smyrnium perfoliatum (M), Solidago virgaurea (Gu y M), Trifolium striatum (Gu y M), Xeranthemum cylindraceum (M) y Ziziphora aragonensis (Gu y M); para el recinto 30TVK86 (Ambite), lo son Abutilon theophrasti (Gu y M), Aira cupaniana (M), Alyssum linifolium (M), Anemone palmata (Gu y M), Aphanes microcarpa (M), Astragalus echinatus (M), A. glaux (Gu y M), Bifora testiculata (Gu y M), Callipeltis cucularis (M), Chaenorhinum minus (M), Convolvulus humilis (M), Corynephorus divaricatus (M), Cota triumfetti (Gu y M), Euphorbia lagascae (Gu y M), Euphrasia hirtella (M), Festuca paniculata subsp. paui (Gu y M), Garidella nigellastrum (M), Helianthemum aegyptiacum (M), Lagoecia cuminoides (M), Lathyrus tuberosus (M), Lens nigricans (M), Lepidium cardamines (Gu), Linum trigynum (M), Micropus supinus (Gu), Nepeta tuberosa (Gu y M), Odontitella virgata (Gu y M), Phleum phleoides (M), Prunella vulgaris (Gu y M), Sarcocapnos enneaphylla (M), Stipa bromoides (Gu y M), Tulipa sylvestris subsp. australis (M), Valeriana tuberosa (Gu y M), Veronica tenuifolia subsp. tenuifolia (M) -Fig. 1− y V. triphyllos (M); y finalmente, para el de Utande (30TWL02), Adiantum capillus-veneris, Aegonychon purpureocaeruleum, Alisma lanceolatum, A. plantago-aquatica, Anacamptis pyramidalis, Aquilegia vulgaris, Arabis scabra, Asplenium ruta-muraria, Aster sedifolius, Bupleurum gerardi, Campanula decumbens, C. glomerata, Carex hirta, C. muricata subsp. pairae, C. tomentosa, Catananche caerulea, Centaurea nigra subsp. carpetana, Conopodium subcarneum, Convolvulus cantabrica, Doronicum plantagineum, Epipactis helleborine, Euphorbia platyphyllos, Fragaria viridis, Hordeum secalinum, Hypericum tetrapterum, Hypochaeris glabra, Juncus sphaerocarpus, Lappula patula, L. squarrosa, Lathyrus latifolius, L. pratensis -Fig. 2−, L. sphaericus, Luzula forsteri, Moehringia pentandra, Molinierella laevis, Myosotis hervei, M. sicula, Mysopates orontium, Nepeta nepetella subsp. aragonensis, Onobrychis argentea subsp. hispanica, Origanum vulgare subsp. virens, Picris hieracioides subsp. rielli, Poa nemoralis, Polygala nicaeensis subsp. gerundensis, Primula veris subsp. columnae, Prunella hyssopifolia, Ptychotis saxifraga, Reseda barrelieri, Rochelia disperma, Scutellaria galericulata, Sedum forsterianum, Silene nutans, Stachys germanica, Tamus communis, Trifolium gemellum, T. resupinatum, Trigonella gladiata, Vicia lathyroides, V. onobrychioides, V. parviflora y Vincetoxicum hirundinaria.
NOTA: Leguminosa extremadamente rara en la Alcarria, lo que dota de especial singularidad al hallazgo. Se encontró en 30TWL0521 (fecha de la fotografía), en Utande (Guadalajara), paraje de La Dehesa, fondo del valle del río Badiel, a 805 m s.n.m., en carrizal.
Riqueza conjunta y comparada
⌅Se contempla el concepto de riqueza de un territorio en los términos más sencillos, como número de especies presentes (Brown, 1988, p. 58Brown, J.H. (1988): Species diversity. En Myers, A.A. y Giller, P.S. (Eds.), Analytical Biogeography. An integrated approach to the study of animal and plant distributions (pp. 57-89). Londres, Reino Unido: Springer.; French, 2020, p. 50French, C. (2020): A Flora of Cornwall. Camborne, Reino Unido: Wheal Seton Press.). Una vez se dispone del catálogo completo de las plantas, la Tabla 1 ofrece la síntesis cuantitativa de la riqueza de ambos cuadrados con los dos contingentes florísticos desagregados, los índices de Semejanza de Jaccard resultantes, así como las cifras del conjunto. Respecto a García-Abad (2015, p. 514García-Abad, J.J. (2015): Abundancia relativa, frecuencia y riqueza de plantas vasculares a escala local. Metodología de Índices de Ocupación de la Flora (Aplicación a la Alcarria Occidental). Estudios Geográficos, 76 (279), 499-530. https://doi.org/10.3989/estgeogr.201518 , Tabla 1), las cifras incluyen unas muy ligeras variaciones, debidas a revisiones y depuraciones taxonómicas posteriores; además de la rectificación de un par de erratas. Destaca la elevada riqueza detectada en total: 1194 plantas que, con las agrupaciones operativas para efectuar cartografía corológica, se convierten en 1150 ETC. Y, por cada cuadrado, entre 950 y 1030 (920-990, en ETC). En cuanto a la procedencia, las cifras arrojan un porcentaje un poco mayor de flora alóctona en Ambite (12,2%) que en Utande (11,2%). Y, redondeando las cifras, 3 de cada 10 son plantas PVR. En el conjunto de toda la flora, el Índice de Semejanza entre ambos cuadrados se obtuvo a partir de los siguientes datos: 788 plantas son comunes en Utande y Ambite, 240 solo están en el primer cuadrado y 166 únicamente en el segundo. El valor global resultante (γ= 0,660) apenas es matizado por uno ligerísamente menor en las plantas PVR (γ= 0,655), y ligerísimamente mayor en los taxones autóctonos No PVR (γ= 0,674). Se demuestra, pues, una semejanza muy homogénea en ambos contingentes. Cuando se computa en ETC, aquellos datos se convierten en: 763, 227 y 160, respectivamente, no afectando apenas a la semejanza, que se mantiene pareja.
TIPOS DE FITODIVERSIDAD E ÍNDICES FLORÍSTICOS | 30TWL02 Utande-100C | 30TVK86 Ambite-98C | Conjunto 198C Utande+Ambite | Semejanza | |||
---|---|---|---|---|---|---|---|
N | % | N | % | N | % | γ | |
Fuente:
Trabajos de campo (2005-2012)
ABREVIATURAS: PVR, Permanentemente
Visibles y Reconocibles. ETC, Entidades Taxonómicas Cartográficas. N,
Número. %, Porcentajes (aparecen subrayados los referidos al N del
Conjunto Utande+Ambite, dentro de su misma fila; en negrita los
que se refieren al N de plantas total, en su misma columna; y el resto
lo hacen respecto al N total en su mismo apartado y columna). γ, Índice
de Semejanza de Jaccard.
NOTAS: Análoga a la Tabla 1 de García-Abad (2015, p. 514)García-Abad,
J.J. (2015): Abundancia relativa, frecuencia y riqueza de plantas
vasculares a escala local. Metodología de Índices de Ocupación de la
Flora (Aplicación a la Alcarria Occidental). Estudios Geográficos, 76 (279), 499-530. https://doi.org/10.3989/estgeogr.201518 , esta Tabla corrige erratas detectadas en aquella
(filas “Plantas PVR” y “Taxones autóctonos PVR”).
Las filas sombreadas
implican una modificación metodológica de los datos respecto a los
originales.
* Hasta el rango de variedad, se incluyen taxones autóctonos,
alóctonos (excepto herbáceos cultivados) e híbridos.
** Salvo Populus x canadensis, todos los híbridos son autóctonos.
*** Se expusieron en el Catálogo (Parte I) del Anexo de García-Abad (2015: 519-529)García-Abad,
J.J. (2015): Abundancia relativa, frecuencia y riqueza de plantas
vasculares a escala local. Metodología de Índices de Ocupación de la
Flora (Aplicación a la Alcarria Occidental). Estudios Geográficos, 76 (279), 499-530. https://doi.org/10.3989/estgeogr.201518 .
**** Se exponen en el Catálogo (Parte II) del Anexo del presente artículo.
La riqueza florística en la Base de Datos
⌅Una vez se conocen todas las plantas hasta el rango en que pudieron ser determinadas (especie, subespecie o variedad, más nothotaxones), se aplican agrupaciones supraespecíficas en los casos necesarios para representar cartográficamente todas las distribuciones posibles. Aquellas se convierten, así, en ETC y con ellas se genera la base de datos (Microsoft Excel 2016 MSO). La Tabla 2 muestra las cifras principales.
Ámbitos | Grupo de Plantas | Registros | RESOLUCIONES (supraescalado) | |||
---|---|---|---|---|---|---|
1 km² | 4 km² | 25 km² | 100 km² | |||
PVR | total posibles | 29400 | 7350 | 1176 | 294 | |
de presencias | 10528 | 3941 | 921 | |||
No PVR | total posibles | 69600 | 17400 | 2784 | 696 | |
de presencias | 15584 | 7813 | 2047 | |||
PVR | total posibles | 26362 | 6725 | 1076 | 269 | |
de presencias | 9119 | 3303 | 828 | |||
No PVR | total posibles | 64092 | 16350 | 2616 | 654 | |
de presencias | 15099 | 7613 | 2034 | |||
CONJUNTO | PVR | total posibles | 67122 | 16950 | 2712 | 676 |
de presencias | 19647 | 7244 | 1749 | 563 | ||
No PVR | total posibles | 160578 | 40550 | 6488 | 1622 | |
de presencias | 30683 | 15426 | 4081 | 1350 |
Fuente: Trabajos de campo (2005-2012)
De los 227700 registros posibles totales (resultado de multiplicar todas las ETC −1150− por las 198 cuadrículas de base analizadas), el número de citas ascendió a 50330 con resolución de 1 km². 47480 corresponden a plantas autóctonas, frente a 2850 de alóctonas. Es una forma de expresar la riqueza en bruto. Dicho de otra manera, son los datos confirmados frente a las omisiones, incluyendo estas tanto las ausencias reales como las presencias no avistadas/confirmadas. Ello evidencia un grado de incertidumbre corológica debido principalmente a razones fenológicas, entre otras de menor calado (fallos perceptivos o/y de apreciación, despistes o/y errores; e imposibilidad de ser plenamente ubicuos para avistar todos los ejemplares o/y poblaciones).
Aplicando la operación de supraescalado a partir de las cuadrículas de 1×1 km, por fusión de estas según el sistema UTM, se derivan veinticinco cuadrículas de 2×2 km y cuatro cuadrantes de 5×5 km encajables en cada cuadrado de 10×10 km. Así pues, resultan otras tres resoluciones menores (4, 25 y 100 km², respectivamente). Según se aminora la resolución, decrece substancialmente el número de registros. Pero, lo más destacable de la Tabla 2 es comprobar cómo, a medida que se reduce aquella, los registros de presencias se aproximan cada vez más a los registros posibles. Ello revela una tendencia creciente en las resoluciones menores a la mejora de la bondad corológica efectiva para identificar distribuciones y, por tanto, del conocimiento de la Geografía de las plantas. Pese a la imposibilidad de averiguar la riqueza de manera exacta en todo un cuadrado de 100 km², pues siempre hay plantas que estando presentes no fueron avistadas en ninguna cuadrícula; es evidente que también se mejora mucho el grado de ajuste de aquella con la realidad. Dicho de otro modo, las incertidumbres son importantes a la más fina resolución, pero se disipan paulatina y substancialmente en las más groseras derivadas de aquella. Por eso, como se aprecia en la Tabla 2, a la menor resolución (100 km²), no cabe desdoblar el número de registros de presencia con los posibles, pues ambos coinciden y se ajusta al número de ETC o riqueza. Solo en “Conjunto” aparece desdoblado, pero se debe a una razón técnica: a los registros particulares de cada cuadrado, se suman las ETC no comunes con la del otro cuadrado.
Riqueza y fenología
⌅Los mayores niveles de riqueza se detectaron en los periodos B (junio y julio), A (abril y mayo) y C (agosto y septiembre), respectivamente. Los promedios de riqueza de las cuadrículas visitadas en ellos dan valores relativamente similares: periodo B (298,3 ETC), A (271,8) y C (262,5), quedando el periodo D (resto de meses) bastante alejado (185,2). Sin embargo, esos promedios esconden realidades variadas dependiendo de las quincenas en que se inventarió (el 82% de las visitas se concentraron de IIIb a IXb), pues concurrentemente con la diversidad ecogeográfica particular de cada cuadrícula, opera el indefectible decurso fenológico en el desarrollo vegetal.
La Figura 3 muestra los valores de riqueza de la totalidad de cuadrículas de 1×1 km. Los datos presentan por separado los dos contingentes florísticos diferenciados (consúltense sus porcentajes en Tabla 1). Globalmente, una lectura sumativa de ambos grupos muestra que junio (301,2) y mayo (301,0) son los meses más eficaces para los avistamientos, estando julio (294,4) muy próximo. Opuestamente, marzo (168), bastante rezagado, octubre (229,1) y abril (234,6) serían los menos prolíficos del gráfico. Pese a ello, dentro del periodo D, se prospectó más en marzo que en octubre pues convenía recabar bien la flora de los (nano)terófitos primo-vernales, más numerosos que los otoñales, con objeto de equilibrar la composición floral en el conjunto del cuadrado.
NOTAS: Depués del nombre del mes aparece un número que indica las cuadrículas que se visitaron. No se incluyen los meses visitados con una frecuencia <10 (noviembre y febrero, 6 veces; diciembre y enero, 2 veces).
La Figura 3 pone en evidencia que el apunte de la flora PVR, por mantenerse visible, depende poco de la temporalidad. Su mayor o menor riqueza en las cuadrículas deriva fundamentalmente de la geodiversidad particular que tengan. Apenas importa el momento de la prospección. Aunque ciertamente algo se hace notar de diciembre a marzo, meses en que algunas plantas de baja talla, aunque permanentes, a veces pueden pasar desapercibidas. De abril a septiembre la variación es muy reducida y, por tanto, no se puede considerar factor influyente.
Sin embargo, la flora No PVR presenta una clara variación temporal, siendo la responsable de que de mayo a julio la riqueza detectable en este grupo sea la más elevada (promedios entre 180 y 200), seguido por el resto del verano (entre 150 y 175). El comienzo de la primavera no es especialmente prolífico. Se ha comprobado cierto comportamiento diferencial entre ambos cuadrados, de modo que Utande presenta cierto retardo fenológico en marzo y abril, explicable por su carácter más supramediterráneo respecto a la meridional Ambite. Como dato sintético relevante, aproximadamente, se puede afirmar que en los meses más propicios (V, VI y VII) se avista casi el doble de plantas que en los menos propicios (I y II). En cuanto a quincenas (tras el número romano del mes, se indica con “a” la primera, con “b” la segunda), las más prolíficas son VIb (324,5 ETC), Vb (322,5) y VIIa (300,5).
Supraescalado geográfico de la riqueza
⌅Esos datos de riqueza en bruto se perfilan geográficamente cuando se refieren a los concretos recintos cartográficos de base y, de estos, se derivan por supraescalado a otros de más tamaño y menor resolución espacial. Ya se ha comentado el inconveniente fenológico en las cuadrículas de 1×1 km, pero este se reduce bastante en las cuadrículas de 2×2 km con la estrategia temporal de inventario arbitrada para estos recintos (García-Abad, 2015, punto 13bGarcía-Abad, J.J. (2015): Abundancia relativa, frecuencia y riqueza de plantas vasculares a escala local. Metodología de Índices de Ocupación de la Flora (Aplicación a la Alcarria Occidental). Estudios Geográficos, 76 (279), 499-530. https://doi.org/10.3989/estgeogr.201518 y Fig. 2, pp. 505-506). Ello permitió conseguir cierto equilibrio en la composición florística detectada con resolución de 4 km² y de la riqueza consecuente. La Figura 4 muestra la riqueza resultante del supraescalado en las cuatro resoluciones.
NOTAS: En la parte superior, se muestra la figuración de las cuadrículas UTM de 1×1 km insertas en los recintos de 2×2 km en que se integran. En la parte inferior, aparecen a la izquierda las de 2×2 km; en el centro, los cuadrantes de 5×5 km; y a la derecha, el cuadrado de 10×10 km. En azul, coordenadas UTM. En el interior de cada recinto se indica el número de plantas inventariadas (computadas en ETC). Los valores en rojo indican cifras no definitivas y no comparables, porque las cuadrículas 30TVK8689 y 8789 no se pudieron inventariar.
Las restricciones fenológicas explican, pues, una buena parte de la variabilidad que arrojan los datos de riqueza en los inventarios de base. Esta problemática ya ha sido expuesta y son bien conocidas las dificultades que genera en las campañas de rastreo (Mateo, 2001Mateo, G. (2001): Flora banal del Sistema Ibérico. Flora Montiberica, 18, 14-18.; García-Abad, 2006, p. 122García-Abad, J.J. (2006): El inventario florístico con fines geográficos en C.U.T.M. de 1×1 km. Análisis de la riqueza vascular en la Alcarria Occidental y Mesa de Ocaña. Serie Geográfica, 13: 117-150.; Joseph y Possigham, 2008Joseph, L.N. y Possigham, H.P. (2008): Grid-based monitoring methods for detecting population declines: Sensitivity to spatial scale and consequences of scale correction. Biological Conservation, 141: 1868-1875.; James, 2009, p. 4James, T.J. (2009): Flora of Hertfordshire. Welwyn Garden City, Reino Unido: Hertfordshire Natural History Society.; Martínez, 2013Martínez, J.M. (2013): ¿Qué esfuerzo hay que hacer para conocer la flora de un territorio?. En VI Congreso de Biología de la Conservación de Plantas. Murcia, España: Universidad de Murcia.; Lockton y Whild, 2015, p. 1-6Lockton, A. y Whild, S. (2015): The Flora and Vegetation of Shropshire. Shrewsbury, Reino Unido: Shropshire Botanical Society. Recuperado en https://issuu.com/shropshirebotany/docs/flora_and_vegetation_of_shropshire_ [consultado 15/Abril/2021]; French, 2020, p. 9French, C. (2020): A Flora of Cornwall. Camborne, Reino Unido: Wheal Seton Press.).
La Tabla 3 expone las estadísticas básicas que, en las primeras tres resoluciones, revela el alcance cuantitativo de la labor realizada en dos ámbitos geográficos y en los dos contingentes florísticos dirimidos precisamente por aquel escollo.
TODAS LAS ETC | ETC PVR | ETC NO PVR | ||||
---|---|---|---|---|---|---|
1×1 km | UTANDE | AMBITE | UTANDE | AMBITE | UTANDE | AMBITE |
Máximo | 410 | 463 | 159 | 144 | 275 | 329 |
Mínimo | 109 | 112 | 58 | 43 | 39 | 48 |
Mediana | 267 | 242 | 106 | 93 | 151 | 147 |
RIC | 104 | 99 | 31 | 34 | 81 | 89 |
Media | 261,1 | 247,1 | 105,3 | 93,1 | 155,8 | 154,1 |
DT | 67,5 | 73,5 | 21,3 | 22,5 | 53,3 | 58,2 |
CV | 0,259 | 0,297 | 0,202 | 0,242 | 0,342 | 0,377 |
2×2 km | UTANDE | AMBITE | UTANDE | AMBITE | UTANDE | AMBITE |
Máximo | 558 | 581 | 189 | 172 | 379 | 419 |
Mínimo | 388 | 344 | 122 | 91 | 257 | 226 |
Mediana | 479 | 431,5 | 162 | 127,5 | 312 | 303 |
RIC | 61 | 87 | 23 | 37 | 46 | 51 |
Media | 470,2 | 444,8 | 157,6 | 133,7 | 312,5 | 311,1 |
DT | 41,6 | 62,4 | 15,5 | 22,9 | 33,3 | 45,5 |
CV | 0,088 | 0,140 | 0,098 | 0,171 | 0,106 | 0,146 |
5×5 km | UTANDE | AMBITE | UTANDE | AMBITE | UTANDE | AMBITE |
Máximo | 818 | 766 | 241 | 221 | 577 | 545 |
Mínimo | 677 | 658 | 223 | 196 | 454 | 456 |
Mediana | 737 | 719 | 229 | 206 | 506 | 517 |
RIC | 78 | 80 | 11 | 12 | 67 | 65 |
Media | 742,0 | 715,5 | 230,3 | 207,0 | 511,8 | 508,5 |
DT | 54,1 | 45,6 | 7,3 | 9,3 | 46,8 | 38,2 |
CV | 0,073 | 0,064 | 0,032 | 0,045 | 0,092 | 0,075 |
Fuente:
Trabajos de campo (2005-2012)
PARÁMETROS: CV, coeficiente de variación
-o de Pearson- (cociente de dividir la desviación típica entre la
media); DT, Desviación típica; y RIC, Rango intercuartílico (diferencia
entre el tercer y el primer cuartil). En la resolución de 10×10 km los
cómputos se efectúan entre los valores particulares de ambos cuadrados.
Reduciendo los promedios obtenidos en los dos cuadrados y redondeándolos a la unidad, la riqueza florística marca la siguiente progresión: 254 (en 1 km²), 458 (4 km²), 729 (25 km²) y 957 (100 km²). Estas cifras plasman para el caso de estudio esa máxima biogeográfica que indica cómo a escala local el número de hábitats presentes dependiente del territorio abarcado determina el número de especies (Rosenzweig, 1995Rosenzweig, M.L. (1995): Species diversity in space and time. Cambridge, Reino Unido: Cambridge University Press.). De ese aumento supraescalar de la riqueza desde la primera a la última resolución, resultan los estimadores estadísticos multiplicativos aproximados del siguiente cuadro (multiplíquese de manera sucesiva y acumulativa de izquierda a derecha):
ESTIMADORES SUPRAESCALARES | De 1 km² | a 4 km² | a 25 km² | a 100 km² | De 1 a 100 |
---|---|---|---|---|---|
Superficie geográfica | 1 × | 4 × | 6,25 × | 4 | = 100 |
Riqueza florística (en ETC) | 1 × | 1,8 × | 1,6 × | 1,3 | = 3,74 |
La equivalencia que se hace con respecto al aumento del tamaño territorial es elocuente. Así, se puede expresar que, globalmente, multiplicar por 100 la superfice supone multiplicar por casi 3,8 el número de plantas y, del mismo modo, pueden expresarse los pasos intermedios. Al anidamiento territorial continuo del cuadro anterior, podría en un contexto “intra-subregional” discontinuo añadirse, por la suma de Utande y Ambite, el estimador aproximado que supondría doblar la superficie en la Alcarria Occidental: pasar de 100 a 200 km² implica multiplicar la riqueza por 1,2.
Pero, en esta progresión teórica debe objetarse que los promedios y rangos absolutos en la resolución más fina no reflejan adecuadamente la verdadera realidad floral por las razones ya comentadas. Se constató en la Tabla 1 que la media de plantas No PVR son superiores a las de las plantas PVR, pues constituyen el 70% de la flora. Sin embargo, en la Tabla 3 se observa que media y mediana de ambos grupos no responden a esa proporción en aquella resolución, de lo que se deduce que en esa primera singladura supraescalar el estimador de 1,8 realmente debe ser más bajo.
Empero, a partir de ahí, haciendo una lectura de arriba abajo en la Tabla 3, esas diferencias se acrecientan en las resoluciones inferiores, debido a que se contrarrestan bastante aquellos inconvenientes fenológicos en el avistamiento de plantas. Las visitas en cuatro momentos diferentes del año, con la estrategia aplicada, propicia una mejora en la resolución de 4 km² y se amplifica más aún en las de 25 y 100 km². Los datos de dispersión son reveladores al respecto. Apréciese cómo, proporcionalmente a la mediana correspondiente, el rango intercuartílico se reduce según desciende la resolución espacial; cómo la desviación típica, respecto a la media, lo hace también; y, en definitiva, cómo los coeficientes de variación, con una reducción aún más palpable, confirman esa tendencia de mejorar el ajuste de la riqueza con la realidad. Recuérdese el caso de Lamium amplexicaule ejemplificado más arriba.
Una lectura de izquierda a derecha de la Tabla 3 revela que la riqueza es algo más variable en Ambite que en Utande, con la única excepción de las plantas No PVR en la resolución de 25 km², lo que revelaría en este nivel de agregación geográfica una cierta mayor semejanza entre los cuatro recintos ambiteños de 5×5 km. En todo ello, un hecho es notorio: de las cuatro cuadrículas en las que se detectó una riqueza >400, tres están en el cuadrado de Ambite. Y una de ellas destaca sobremanera: 30TVK8069 (Nuevo Baztán y Olmeda de las Fuentes, M), con 463 ETC. Supera, además, con gran diferencia a las otras tres: 30TVK8866 (Mondéjar, Gu), con 417; 30TWL0923 (Valfermoso de las Monjas -Ledanca- y Gajanejos, Gu), con 410; y 30TVK8065 (Villar del Olmo, M) con 407.
La Figura 5 muestra el doble histograma de frecuencias (a modo de pirámide) de la riqueza en ambos cuadrados. Se observa cómo la “hoja” que aparenta formar tiene una disimetría tal que la semi-lámina utandina tiende a una forma próxima a ser oblanceolada (más ancha en las categorías medias y media-altas), mientras que la ambiteña tiende a ser lanceolada (más ancha en las medias y media-bajas). En Ambite se aprecia el “despegue” en un rango de la cuadrícula extraordinariamente más rica en plantas, teniendo casi el doble de cuadrículas con las más altas riquezas, pero también con las más bajas. En suma, la Figura 5 desvela visualmente aquella disimetría de manera clara, aunque menos la mayor variabilidad en Ambite.
Con cuadrículas de 2×2 km, tal disimetría se mantiene en unos términos similares, mientras que la variabilidad de Ambite se hace un poco más evidente. Destacaría en Utande el predominio del rango de 476-500 plantas, con 8 cuadrículas, seguido de 426-450 con 5; frente a Ambite, con un reparto dominante igualado en tres categorías (376-400, 401-425 y 426-450), con 5 cuadrículas.
A la hora de comparar los resultados de riqueza obtenidos en cuadrículas de 1 km² con otras referencias, surge el problema de que no se encuentran estudios de riqueza que se refieran a recuentos de un solo día y/o momento del año y por un solo prospector, como en el método aquí empleado. Si, además de esta prevención fundamental, se tiene en cuenta que las cifras de la Fig. 4 y Tabla 3 incluyen algunos inventarios efectuados en el periodo D (el peor para los avistamientos) y que se expresan en ETC, se puede valorar de manera ponderada que el rango absoluto (109-463) y promedio (254,2) obtenidos son niveles sobradamente coherentes respecto a los alcanzados en las pocas referencias existentes en España. Estos oscilan entre 300 y 526 pero con recuentos derivados de varias visitas dentro del ciclo anual y normalmente con más de un prospector (Mateo, 2001Mateo, G. (2001): Flora banal del Sistema Ibérico. Flora Montiberica, 18, 14-18.; Navarro, Jiménez, Ripoll, Bocio y Simón, 2003Navarro, F.B.; Jiménez, M.N.; Ripoll, M.A.; Bocio, I. y Simón, E. (2003): Análisis de la riqueza florística en cultivos agrícolas abandonados de la Depresión de Guadix-Baza (Granada). Monografías de Flora y Vegetación Béticas, 13, 13-34.; García-Abad, 2006García-Abad, J.J. (2006): El inventario florístico con fines geográficos en C.U.T.M. de 1×1 km. Análisis de la riqueza vascular en la Alcarria Occidental y Mesa de Ocaña. Serie Geográfica, 13: 117-150., 2009García-Abad, J.J. (2009): Geografía de las plantas en la Alcarria Occidental y Mesa de Ocaña (I). Análisis florístico en cinco localidades representativas. Anales de Geografía de la Universidad Complutense, 29 (2), 127-153.; García-Abad y Panareda, 2012García-Abad, J.J. y J.M. Panareda (2012): Fitodiversidad geográfica de Miralrío comparada con la flora de La Alcarria Occidental de Guadalajara. Análisis taxonómico y de riqueza. Boletín de la Asociación de Geógrafos Españoles, 59: 245-274.). Respecto a los estudios corológicos británicos análogos, con las mismas prevenciones, se observa que en cuadrículas de 1×1 km de Birmingham y Black Country la riqueza de las 715 cuadrículas inventariadas (completas e incompletas) estuvieron comprendidas en el rango absoluto 90-403 plantas, con un promedio estimado de 191 plantas (Trueman et al., 2013, p. 136Trueman, I; Poulton, M. y Reade, P. (2013): Flora of Birmingham and the Black Country. Birmingham, Reino Unido: Pisces Publications., a partir de los datos de la Fig. 4.1, y p. 138); mientras que en Cornualles, de las casi 4000 cuadrículas, solo el 1% registró valores >350, estando comprendidas la mayor parte de ellas en el rango 201-250 (French, 2020, p. 9 y 50French, C. (2020): A Flora of Cornwall. Camborne, Reino Unido: Wheal Seton Press.). Pese a que las cifras tampoco son plenamente comparables por emplear estrategias diferentes (es habitual que colaboren decenas de prospectores, incorporen datos históricos, etc.), unido a los distintos rasgos geográficos de los territorios (mayor biodiversidad botánica peninsular respecto a la británica por encontrarse a menor latitud, entre otras), sí cabe constatar que los resultados de Utande y Ambite superan claramente a los británicos.
En cuadrículas de 2×2 km faltan referencias directas en España, salvo la obtenida por García-Abad y Panareda (2012, p. 252)García-Abad, J.J. y J.M. Panareda (2012): Fitodiversidad geográfica de Miralrío comparada con la flora de La Alcarria Occidental de Guadalajara. Análisis taxonómico y de riqueza. Boletín de la Asociación de Geógrafos Españoles, 59: 245-274. precisamente para la misma cuadrícula aquí estudiada (30TWL0426, Miralrío); lo que nos permite una comparación clara y directa: 638 plantas (riqueza registrada por dos prospectores, en un total de doce visitas, en tres periodos del año: A, B y C); frente a las 491 ETC registradas en el presente trabajo (un prospector, cuatro visitas, en los cuatro periodos del año). Obviamente, la recurrencia de visitas en los tres mejores periodos del año explica la mayor parte de esa diferencia. En cuanto a las Islas Británicas, en Cornualles, de las 1003 cuadrículas de 2×2 km inventariadas, la mayor parte de los datos dan >300 plantas, sin mayor especificación (French, 2020, p. 6French, C. (2020): A Flora of Cornwall. Camborne, Reino Unido: Wheal Seton Press.); en Suffolk, la media fue de 241 (Sandford y Fisk, 2010, p. 74Sandford, M. y Fisk, R. (2010): A Flora of Suffolk. Dorchester, Reino Unido: The Dorset Press.); mientras que en Derbyshire presentaron el rango 200-300 como el más habitual (Willmot y Moyes, 2015, p. 408Willmot, A. y Moyes, N. (2015): The Flora of Derbyshire. Newbury, Reino Unido: Pisces Publications.). En conjunto, pues, se ratifica que el promedio de casi las 458 ETC (rango absoluto 344-581) obtenidas entre Utande y Ambite superan los valores británicos. No conocemos referencias con resolución de 25 km².
CONCLUSIONES
⌅El rastreo detallado de la flora ha resultado eficaz para hallar bastantes plantas singulares poco, muy poco o no conocidas hasta ahora. Esto es así no solo para los concretos espacios analizados, sino también para la región natural de la Alcarria que los contiene. Ha contribuido en ella a ampliar bastante el conocimiento florístico actual registrado en las webs corológicas. Utande ha contribuido un poco más a esclarecerlo.
El método aplicado permite evaluar y comparar los valores de riqueza en dos vertientes diferentes: la espacial y la vegetativo-fenológica. En la primera, a su vez, caben dos planos: el dimensional, en cuatro niveles (cuadrado de 10×10 km, cuadrantes de 5×5 km y cuadrículas de 2×2 y de 1×1); y el biogeográfico, en dos ámbitos separados de una misma subregión natural. En la segunda vertiente, dos son también los planos: plantas PVR y plantas No PVR. Vertientes, planos y niveles se pueden cruzar, por lo que la casuística a valorar/comparar es amplia. De una valoración conjunta de todo ello y teniendo en cuenta también aspectos tratados en los trabajos precedentes (García-Abad, 20015García-Abad, J.J. (2015): Abundancia relativa, frecuencia y riqueza de plantas vasculares a escala local. Metodología de Índices de Ocupación de la Flora (Aplicación a la Alcarria Occidental). Estudios Geográficos, 76 (279), 499-530. https://doi.org/10.3989/estgeogr.201518 y 2016García-Abad, J.J. (2016): Distribución de plantas vasculares a escala local. Taxones con mayor ocupación geográfica en Ambite y Utande (La Alcarria Occidental). Estudios Geográficos, 77 (280), 81-113. https://doi.org/10.3989/estgeogr.201604 ), puede concluirse sintéticamente lo siguiente:
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La riqueza de los dos cuadrados de 10×10 (30TWL02 y 30TVK86) inventariados con detalle local presenta niveles relativamente similares, tal y como podría esperarse de dos territorios que pertenecen a una misma subregión natural (Alcarria occidental) y sector biogeográfico (Celtibérico-Alcarreño), pero decantadamente diferenciados por encontrarse en dos comarcas geográficas (Alta y Baja Alcarria) y subsectores biogeográficos (Alcarreño y Manchego) distintos.
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De este modo, Utande (30TWL02), de ámbito supramediterráneo dominante pero con áreas del piso mesomediterráneo que mantienen cierto número relevante de taxones característicos (Artemisia herba-alba, Atractylis cancellata, A. humilis, Bassia prostrata, B. scoparia, Bupleurum fruticescens, Plantago lagopus, Stipa tenacissima, entre varios más), unido a que alberga una pequeña introgresión guadarrámica de carácter acidófilo (Cistus ladanifer, Cytisus scoparius, Erica scoparia, Trifolium gemelum, T. retusum, etc.), registra una riqueza ligeramente superior a la de Ambite (30TVK86), en la que el piso supramediterráneo es incipiente y aporta pocas plantas de este carácter.
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Basicamente, por estos mismos factores, que se manifiestan algo más en los fanerófitos y hemicriptófitos vivaces de las formaciones arbóreo-fruticosas, se destaca esa mayor riqueza de Utande en las plantas PVR. Sin embargo, en el grupo No PVR Ambite y Utande presentan una riqueza prácticamente idéntica.
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La semejanza florística es media-alta (γ= 0,660) y consistente, pues apenas registra ligerísimas variaciones casi nada relevantes en las diferentes variedades de cómputo efectuadas con resolución de 100 km². Este valor servirá de referencia comparativa para otros cuadrados de la Alcarria.
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Ambite presenta una ligera mayor variabilidad interna en riqueza que Utande en las dos resoluciones más finas (1 km² y 4 km²), pero se equilibra en la menos fina de 25 km². Las causas se presumen multifactoriales (particulares configuraciones topográficas puntuales, un ligero mayor grado de antropización, ligera mayor aloctonía, entre otras concurrentes). Pero son de pequeño calado, pues se contrarrestan al ampliar el territorio abarcado y normalizarse en consecuencia las pautas repetitivas del paisaje.
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El supraescalado (“upscaling”, en inglés) mediante recintos UTM constituye un instrumento válido para cuantificar a escala local el alcance particular de cómo la riqueza aumenta con el aumento de territorio abarcado. Los promedios de riqueza más confiables (computadas en ETC) que se acaban de evidenciar en estos dos territorios típicos de la Alcarria Occidental han sido: 458 (en recintos de 4 km²), 729 (25 km²) y 957 (100 km²). Expresado de otra manera, implica que, con el método de inventario implementado, de manera redondeada aproximada y partiendo de una resolución de 4 km², para doblar el número de plantas, la superficie ha de multiplicarse por 25. Se establece como hipótesis que muy probablemente esta proporción multiplicativa aproximada de 2 baje a un estimador menor (cercano a 1,6), si se aplica un método de inventario en cuadrículas de 1×1 km² que amplíe el espectro temporal.
Aparte de las permanentes restricciones fenológicas, existen otros obstáculos que impiden una estricta normalización de las prospecciones florísticas en términos de alcanzar la perfecta comparabilidad en riqueza entre las cuadrículas de 1×1 km. No cabe duda. Las restricciones de accesibilidad (vallados, entornos residenciales, paredones de escarpes, proximidad a áreas privadas y otros problemas de acceso), junto a otros inconvenientes menos transcendentes que, aunque inevitables, no deben descuidarse (ubicuidad, errores de percepción, pérdidas de concentración, estados de ánimo variables, cansancio, despistes, entre otros), impiden alcanzar cifras aceptablemente comparables en la resolución de 1 km². En todo caso, se ha cuidado aplicar niveles equitativos en el esfuerzo e intensidad en los inventarios, aspecto crucial y determinante para mantener el necesario equilibrio. Este conjunto de impedimentos se transmite ya menos en las cuadrículas de 2×2 km por la ponderación que suponen cuatro visitas y, desde luego, mucho menos a los cuadrantes de 5×5 km y se pueden calificar de anecdóticos en el cuadrado de 10×10 km.
Otras contrapartidas positivas del método consisten, por un lado, en que para las plantas PVR la resolución de 1×1 km sí da buenos resultados, aptos para representar distribuciones fiables; y, por otro, en brindar cierto control de los desarreglos fenológicos de la riqueza florística, al estructurar la flora en los dos contingentes diferenciados. Por último y bien importante, aporta muy afinados datos de riqueza y composición floral en el conjunto de los territorios y en resoluciones espaciales medias a groseras.
Globalmente, con todos estos datos, la calidad de los resultados en relación con una hipotética riqueza real en un ciclo anual completo y con la bondad de las distribuciones puede valorarse con la siguiente escala semicuantitativa:
ESCALA: nula a deficiente (0 a 10% de la riqueza real), muy mala (10-30%), mala (30-50%), aceptable (50-67%), buena (67-85%), muy buena (85-95%), excelente (≥95%).
Todavía queda margen para mejorar.