Estudios Geográficos 84 (295)
julio-diciembre 2023, e144
ISSN: 0014-1496 | eISSN: 1988-8546
https://doi.org/10.3989/estgeogr.2023149.149

ARTÍCULOS / ARTICLES

NUEVAS EVIDENCIAS SOBRE LA CALIDAD DE LA INFORMACIÓN GEOGRÁFICA CONTENIDA EN LAS FUENTES PRECATASTRALES: ANÁLISIS A PARTIR DE UN CABREVE DEL SIGLO XVIII

NEW EVIDENCE ON THE QUALITY OF THE GEOGRAPHIC INFORMATION CONTAINED IN THE PRE-CADASTRAL SOURCES: ANALYSIS FROM AN EIGHTEENTH-CENTURY CABREVE

Pablo Giménez-Font

Universitat d’Alacant

https://orcid.org/0000-0002-1171-715X

Benito Zaragozí

Universitat Rovira i Virgili

https://orcid.org/0000-0003-2501-484X

Resumen

Los registros precatastrales son una fuente histórica muy relevante para los estudios de historia agraria y evolución de la propiedad. No obstante, se trata generalmente de fuentes de tipo textual y sin representación gráfica, lo que supone limitaciones evidentes. En el caso de los territorios donde predominaba el contrato enfitéutico, la concurrencia de derechos sobre una misma parcela (dominios útil y directo), obligó a generar documentos de control de elevada precisión, entre los que destacan los cabreves. En este estudio analizamos un cabreve de la baronía de Sella (Alicante), datado en 1726, a partir del cual se ha realizado un estudio de caso en el valle de Tagarina, con una superficie aproximada de 1000 ha. Las relaciones de vecindad contenidas en este cabreve se han modelizado como grafos espaciales y, mediante un proceso iterativo, se ha logrado superponer la estructura parcelaria de 1726 sobre otras capas de información cartográfica (principalmente, toponimia, relieve y ortofotografía). Combinar el grafo espacial con otras fuentes geohistóricas (establiments de 1613 y el catastro de 1917) permite observar la evolución de la propiedad a través del seguimiento de familias de enfiteutas que se convirtieron en propietarios. Estas nuevas evidencias no hacen sino confirmar la calidad y las posibilidades de explotación de la información geográfica contenida en los cabreves.

Palabras clave: 
cabreve; geografía histórica; grafo espacial; estructura de la propiedad; SIG.
Abstract

Pre-cadastral records are a very relevant historical source for studies of agrarian history and ownership evolution. However, these are generally textual fonts without graphic representation, which implies obvious limitations. In the case of the territories where the enphyteutic contract predominated, the concurrence of rights over the same plot (freehold and copyhold), forced the generation of highly accurate control documents, among which the cabreves stand out. In this study we analyze a cabreve from the barony of Sella (Alicante), dated to 1726, from which a case study has been carried out in the Tagarina valley, with an approximate area of 1000 ha. The neighborhood relationships contained in this cabreve have been modeled as spatial graphs and through an iterative process it has been possible to overlay the parcel structure of 1726 above other layers of cartographic information (mainly toponymy, relief and orthophotography). Combining the spatial graph with other geohistorical sources (establiments from 1613 and the cadastre from 1917), allows us to observe the evolution of property through the monitoring of families of emphyteuts who became owners. These new evidences confirm the quality and the possibilities of exploitation of the geographic information contained in the cabreves.

Keywords: 
cabreve; historical geography; spatial graph; ownership structure; GIS.

Recibido: 19/01/2023; Aceptado: 29/10/2023; Publicado: 17/01/2024

Cómo citar este artículo/citation: Giménez-Font, Pablo y Zaragozí, Benito. (2023). Nuevas evidencias sobre la calidad de la información geográfica contenida en las fuentes precatastrales: análisis a partir de un cabreve del siglo XVIII, Estudios Geográficos, 84 (295), e144. https://doi.org/10.3989/estgeogr.2023149.149

CONTENIDO

INTRODUCCIÓN

 

En 2016 Nicholas Blomley publicó un sugerente ensayo sobre la dimensión territorial de la propiedad en el que alertaba de la escasa atención que, desde la Geografía, se había prestado al territorio como producto y resultado de las prácticas de propiedad (Blomey, 2016Blomley, N. (2016). The territory of property. Progress in Human Geography, 40(5), 593-609. https://doi.org/10.1177/0309132515596380 ). En España, sin embargo, existe una larga tradición de estudios geográficos sobre “la propiedad rústica de la tierra y su influencia en la organización del espacio”, haciendo uso del título de la monografía que, en 1981, recogió los resultados de un coloquio celebrado en la Universidad de Alicante donde participaron geógrafos y algunos historiadores de veintidós universidades españolas (Gil-Olcina y Morales, 1981Gil-Olcina, A. y Morales, A. (eds.) (1981). La propiedad rústica en España y su influencia en la organización del espacio. Alicante, España: Departamento de Geografía General de la Universidad de Alicante.). A partir de este momento, que podría considerarse un hito en el desarrollo de este tipo de estudios, se han sucedido los trabajos sobre propiedad y territorio desde diversas ópticas geográficas y con renovadas metodologías, destacando el análisis y estudio de una gran diversidad de fuentes geohistóricas, desde los documentos textuales precatastrales de distinta naturaleza -desarrollados, especialmente, en la edad Moderna- hasta los catastros planimétricos, surgidos, como tales, a mediados del siglo XVIII y desarrollados masivamente a partir de la segunda mitad del siglo XIX (Urteaga, 2008Urteaga, L. (2008). Dos décadas de investigación sobre historia de la cartografía catastral en España (1988-2008). CT Catastro, 63, 7-30. Recuperado de https://www.catastro.minhap.es/documentos/publicaciones/ct/ct63/ct63_2.pdf ; Camarero, 2018Camarero, C. (2018). Catastro, equidad fiscal y conocimiento del territorio: los catastros en la España del Siglo de las Luces. En Sobre el territorio. Aspectos de la configuración histórica del espacio: fuentes para su estudio, organización y conflictividad (pp. 129-192). Sevilla, España: Diputación de Sevilla. Recuperado de https://www.researchgate.net/publication/328796691_Catastro_equidad_fiscal_y_conocimiento_del_territorio_los_catastros_en_la_Espana_del_Siglo_de_las_Luces ; Garcia-Juan, 2020García-Juan, L. (2020). Afrontando el reto de la actualización catastral en clave histórica. CT: Catastro, 98, 75-96. Recuperado de https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=8610972 ; Frajer y Fiedor, 2021Frajer, J., y Fiedor, D. (2021). A historical curiosity or a source of accurate spatial information on historical land use? The issue of accuracy of old cadastres in the example of Josephian Cadastre from the Habsburg Empire. Land Use Policy, 100, 104937. doi: https://doi.org/10.1016/j.landusepol.2020.104937 ; Femenia-Ribera et al., 2022Femenia-Ribera, C., Mora-Navarro, G., y Santos, L. J. (2022). Evaluating the use of old cadastral maps. Land Use Policy, 114, 105984. doi: https://doi.org/10.1016/j.landusepol.2022.105984 ).

Del primer conjunto de fuentes de naturaleza paracatastral, que se pueden incluir en el grupo de fuentes textuales para el estudio de la propiedad agraria en España, destacan numerosos obstáculos que en este estudio sintetizamos en dos fundamentales: 1) la escasa representatividad espacial y temporal de la documentación, tratándose muchas veces de fuentes locales de difícil localización; y 2) la ausencia de cartografía, que limita enormemente el análisis más interesante para la geografía, esto es, el de la variable espacial.

La propia configuración histórica de España ha generado una importante variedad de documentos susceptibles de considerarse como fuentes geohistóricas de carácter precatastral (Romero y Mata, 1988 Romero, J. y Mata-Olmo, R. (1988). Fuentes para el estudio de la propiedad agraria en España (siglos XVIII-XX): Balance provisional y análisis crítico. Agricultura y sociedad, 49, 209-292. ), dándose una elevada diversidad regional tal y como refleja el estudio de Concha Domingo para el territorio valenciano (Domingo, 1988Domingo, C. (1998). Fuentes agrarias precatastrales valencianas. Su utilidad geográfica. Estudios geográficos, 59 (231), 225-244. doi: https://doi.org/10.3989/egeogr.1998.i231.602 ). Esto ha dificultado, tradicionalmente, el acceso a una información de gran valor dispersa en multitud de archivos y, en numerosas ocasiones, todavía inédita. Sin embargo, la creciente indexación armonizada y la digitalización de documentos en portales como PARES (Portal de Archivos Españoles), junto con una mayor madurez de las técnicas de minería de textos y geoetiquetado, está abriendo nuevas posibilidades en la geocodificación de fuentes históricas de amplia distribución. Este sería el caso de los cabreves, a los que dedicaremos el presente trabajo con un estudio de caso. De hecho, una investigación reciente realizó una propuesta metodológica para geoetiquetar los metadatos de los cabreves indexados en PARES (Zaragozí y Giménez, 2021Zaragozí, B. y Giménez-Font, P. (2021). A visual data analysis for determining the geographical extent of the cabreves. Journal of Cultural Heritage, 48: 141-152. doi: https://doi.org/10.1016/j.culher.2020.11.015 ), lo que ha servido para evidenciar, aún más, el grado de cobertura territorial que pueden alcanzar estos documentos localizados en numerosos archivos y con ello el interés de persistir en su estudio.

Esta creciente accesibilidad a documentos meramente textuales, que suelen presentar una estructura descriptiva simple (propietario-lindes, superficies, censos asignados), ha propiciado distintos intentos para superar la limitación que supone la ausencia de referencias espaciales. En este sentido destacan diversas propuestas para desarrollar metodologías estandarizadas y replicables para gestionar y asociar datos heterogéneos susceptibles de incorporarse en un sistema de información geográfica, que por su especificidad histórica ha adoptado la definición internacional de Historical-GIS o HGIS (Gregory y Healley, 2007Gregory, I. N. y Healey, R. G. (2007). Historical GIS: Structuring, mapping and analysing geographies of the past. Progress in Human Geography, 31(5), 638–653. doi: https://doi.org/10.1177/0309132507081495 ; Harvey et al., 2014Harvey, F., Kaim, D. y Gajda, A. (2014). Analysis of historical change using cadastral materials in the Carpathian foothills. European Journal of Geography, 5(3), 6-21. Recuperado de https://ruj.uj.edu.pl/xmlui/bitstream/handle/item/10331/EJG050301_ANALYSIS%20OF%20HISTORICAL%20CHANGE%20.pdf?sequence=1&isAllowed=y ; Carrion et al., 2016Carrion, D., Migliaccio, F., Minini, G., y Zambrano, C. (2016). From historical documents to GIS: A spatial database for medieval fiscal data in Southern Italy. Historical Methods, 49(1), 1–10. doi: https://doi.org/10.1080/01615440.2015.1023877 ). En el caso concreto de España, destacan los trabajos realizados en torno al Catastro del Marqués de la Ensenada, dentro del proyecto SIGECAH (García-Juan et al., 2008García-Juan, L., Escalona, J., y Camarero, C. (2008). Propuesta metodológica para la reconstrucción del parcelario antiguo mediante sistemas de información geográfica. CT: Catastro, 63, 203-214. Recuperado de https://www.catastro.meh.es/documentos/publicaciones/ct/ct63/ct63_10.pdf , 2012 García-Juan, L., Álvarez, Á. J., Camarero, C., y Escalona, J. (2012). Generación de una metodología para la gestión y recreación cartográfica a partir de información del Catastro de Ensenada. GeoFocus. Revista Internacional de Ciencia y Tecnología de la Información Geográfica, 12, 268-302. Recuperado de http://www.geofocus.org/index.php/geofocus/article/view/246 ) y en el grupo de investigación IDE-GEOHIS, liderado desde la Universidad Autónoma de Madrid. Las Respuestas Generales del Catastro de Ensenada, realizadas a escala municipal para la Corona de Castilla entre 1750 y 1754, contienen la extensión y la precisión necesarias como para considerarla una fuente histórica excepcional para su análisis geográfico (Camarero, 2002Camarero, C. (2002). Averiguarlo todo de todos: el Catastro de Ensenada. Estudios geográficos, (248-249), 493-531. Recuperado de https://doi.org/10.3989/egeogr.2002.i248-249.236 ), pero lamentablemente no tiene parangón en otros años ni en otros extensos territorios de España, como es el caso de la Corona de Aragón. Quizás, los Libros Padrones de Riqueza -en sus distintas modalidades y definiciones, mayoritariamente relacionados con el cobro de impuestos como el Equivalente- son los que, con la instauración de la dinastía borbónica, tuvieron una mayor implantación y son susceptibles de integrarse en análisis espaciales por la distribución sistematizada de su información (Romero, 1981 Romero, J. (1981). Les estructures de la propietat de la terra i de les unitats d’explotació al País Valencià. Mètode i fonts per al seu estudi. En Economia agrària i Història local. I assemblea d’Història de la Ribera (pp. 161-183). Sueca, Espanya: Alfons el Magnànim. ), aunque adolecen de elementos espaciales concretos. Sin embargo, atendiendo a un periodo de tiempo más prolongado en su aplicación y a una fórmula de recopilación de información extendida en diversos territorios de España -con significativos paralelismos en Europa, según Béaur et al. (2018)Béaur, G., Congost, R. y Luna, P. F. (2018). Emphyteusis: a practical question? En Congost, R. and Luna, P.F. Agrarian Change and Imperfect Property: Emphyteusis in Europe (16th to 19th centuries) (pp. 11–38). Turnhout, Bélgica: Brepols Publishers. doi: https://doi.org/10.1484/M.RURHE-EB.5.116116 - destacan los ya mencionados cabreves, una fuente documental tradicionalmente analizada por los historiadores (Alberola, 1981Alberola, A. (1981). Aportación al estudio de la enfiteusis en tierras realengas. Comentario a unas instrucciones de cabrevación. En A. Gil-Olcina y A. Morales (ed.). La propiedad rústica en España y su influencia en la organización del espacio (pp. 141-152). Alicante, España: Departamento de Geografía General de la Universidad de Alicante.; Benítez, 1984 Benítez, R. (1984). Formas de transmisión de la propiedad en el País Valenciano (siglos XVII y XVIII). Aproximación metodológica a un nuevo tratamiento de una fuente notarial clásica: los cabreves. En Eiras Roel, A. (coord.). La documentación notarial y la historia (pp. 353–370). Universidad de Santiago de Compostela. Recuperado de https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4409655 ; Congost, dir. 2008Congost, R. (ed.) (2008). Dels capbreus al registre de la propietat. Drets, títols i usos socials de la informació a Catalunya (segles XIV-XX). Girona, Espanya: Documenta Universitaria. Recuperado de http://hdl.handle.net/10256/18988 ) pero con un gran potencial geográfico.

El Cabreve o Libro Cabreve (en catalán, Capbreu) es un documento notarial ligado al contrato enfitéutico que se desarrolló con profusión en la Corona de Aragón, especialmente en Cataluña y Reino de Valencia. En los cabreves se hace constar el reconocimiento que hace el enfiteuta de los derechos que su señor, detentor del dominio directo, posee sobre los inmuebles y tierras que el primero tiene en dominio útil (Gil-Olcina, 1998Gil-Olcina, A. (1998). Control del dominio util y salvaguarda del directo en la enfiteusis señorial valenciana: Los Cabreves. Estudios Geográficos, 231, 201-224. doi: https://doi.org/10.3989/egeogr.1998.i231.601 ). El documento consta de una descripción de los bienes afectados, con datos de ubicación (topónimos), superficie y límites, especificando los lindes (otros enfiteutas o elementos físicos) y las obligaciones tributarias. Aunque pueden considerarse un tipo de catastro al servicio de particulares (Señoríos) o -puntualmente- de la Corona, su objetivo fundamental era el del control de los bienes y el de dar seguridad jurídica a los propietarios del dominio directo frente a los que se encargaban de su explotación económica y detentaban el dominio útil. Esta es la razón principal por la que carecen de apuntes cartográficos, aunque las referencias espaciales son abundantes. Como fuente documental, los cabreves -especialmente si aparecen libros sucesivos sobre un mismo territorio- se han utilizado abundantemente en historia agraria con el fin de analizar la evolución del tamaño del parcelario, el tipo y cambio de los cultivos e, incluso, el inventario de toponimia (Dantí, 2004Dantí, J. (2004). Pagesos, menestrals i drets senyorials al segle XVIII. El capbreu del marquès de Rupit. Estudis d’història agrària, 17, 349-358. Recuperado de https://raco.cat/index.php/EHA/article/view/100008 ; To, 2008 To, Ll. (2008). Posar al dia un capbreu: el control de les transaccions de terres del capítol de la seu de Girona (vall d’Aro, segles XIV-XV). En Congost, R. (ed.). Dels capbreus al registre de la propietat. Drets, títols i usos socials de la informació a Catalunya (segles XIV-XX). Girona, España: Documenta Universitaria. Recuperado de http://hdl.handle.net/10256/18988 ; Grau, 2018Grau, J. M. (2018). L’expansió agrària dels terratinents de Montblanc al terme de Prenafeta segons el capbreu del Monestir de Poblet de 1698. Aplec de treballs, 36, 117-134. Recuperado de https://raco.cat/index.php/Aplec/article/view/344152 ). Sin embargo es en los estudios sobre la propiedad (estructura, distribución y transmisión) y el proceso de consolidación de la misma, cuando los cabreves se erigen como la fuente fundamental anterior al catastro moderno y al registro de la propiedad (Gil-Olcina, 1998Gil-Olcina, A. (1998). Control del dominio util y salvaguarda del directo en la enfiteusis señorial valenciana: Los Cabreves. Estudios Geográficos, 231, 201-224. doi: https://doi.org/10.3989/egeogr.1998.i231.601 ; Congost, 2008Congost, R. (2008). Més o menys informats, més o menys propietaris: una mirada diferent a la història de les relacions socials. En R. Congost, R. (ed.). Dels capbreus al registre de la propietat. Drets, títols i usos socials de la informació a Catalunya (segles XIV-XX) (pp. 11-29). Girona, Espanya: Documenta Universitaria. Recuperado de http://hdl.handle.net/10256/18988 ). Como se ha dicho, esto resulta evidente en los territorios de la Corona de Aragón y, especialmente, en Cataluña y Valencia, donde la enfiteusis, a través de la figura del establiment, fue la fórmula jurídica predominante para fijar población y roturar tierras de cultivo desde la edad Media y hasta finales de la edad Moderna. Precisamente, es en el Reino de Valencia donde se observa un notable impulso a partir de la expulsión de los moriscos (1609), dada la magnitud demográfica y territorial que supuso la deportación de unas 130000 personas. La importancia del proceso colonizador inmediatamente posterior, con el predominio de la enfiteusis, unido a que casi el 75% de los municipios valencianos eran de señorío (Gil-Olcina, 1988Gil-Olcina, A. (1988). Declive y ocaso de la enfiteusis señorial valenciana. Agricultura y Sociedad, 49, 293-318.), generó un progresivo afianzamiento del dominio útil que desembocó, con intensidades distintas, en su plena consolidación durante la Revolución Liberal del siglo XIX. En este largo proceso, acelerado a partir de la década de 1830, se redimió masivamente el dominio directo o señorial y el dominio útil pasó a convertirse en pleno dominio. Los enfiteutas que aparecían en los cabreves, o sus descendientes directos, se convirtieron en propietarios, manteniendo sus tierras la estructura parcelaria original, únicamente fragmentada o unificada según las particiones hereditarias o la evolución del mercado de la tierra (Gil-Olcina, 2012Gil-Olcina, A (2012). Singularidades del régimen señorial valenciano: Expansión, declive y extinción de la señoría directa. Alicante, España: Universidad de Alicante.). De esta forma, la enfiteusis, como forma jurídica predominante en el aprovechamiento de una gran parte del territorio valenciano, tiene una relación directa con la configuración del paisaje y la naturaleza de los cambios ocasionados en su devenir histórico (Giménez, 2008Giménez-Font, P. (2008). Las transformaciones del paisaje valenciano en el siglo XVIII. Una perspectiva geográfica. Valencia, España: Alfons el Magnànim.).

A estas destacadas aplicaciones de los cabreves para los estudios de geografía histórica de la propiedad, se han sumado otros intentos para la reconstrucción cartográfica del paisaje agrario descifrable en la información de un cabreve, a partir de la permanencia de algunos elementos estructurales y la comparación con la realidad territorial actual. Para ello se han ensayado diversos métodos de carácter semi-automático para la definición de un patrón espacial que permita convertir una fuente textual en otra espacial, con posibilidades de producir cartografía, es decir, de localizar elementos físicos referidos en el documento. Precisamente, este estudio parte de un trabajo anterior (Zaragozí et al., 2019Zaragozí, B., Giménez-Font, P., Belda, A. y Ramón, A. (2019). A graph-based analysis for generating geographical context from a historical cadastre in Spain (17th and 18th centuries). Historical Methods, 52-4. doi: https://doi.org/10.1080/01615440.2019.1590269 ) en el que se crearon las herramientas necesarias para crear grafos topológicos a partir de las relaciones de vecindad recogidas en un cabreve del siglo XVIII. Estos grafos topológicos dependen fuertemente de la calidad de la información y de la cobertura territorial del cabreve -puesto que también había propietarios de pleno derecho sin obligación de cabrevar-, de modo que son herramientas cuya utilidad principal puede ser la de explorar conjeturas que después se puedan validar por otros medios. En un estudio posterior (Giménez et al., 2020Giménez-Font, P.; Zaragozí, B. y Ramón, A. (2020). Aplicació de TIG i anàlisi de documentació històrica per a la localització de jaciments: El Poblet de Tagarina (Serra d’Aitana, Alacant). Recerques del Museu d’Alcoi, 29, 17-29. Recuperado de https://raco.cat/index.php/RecerquesMuseuAlcoi/article/view/381562 ) se utilizaron estas herramientas para determinar el origen del asentamiento de un agrupado de casas que, gracias a la interpretación del cabreve, se pudo confirmar que ya existía en 1726.

En la presente investigación se exploran nuevas evidencias que pueden ser extraídas a partir de los cabreves. Sobre la base de estudios previos (Zaragozí et al., 2019Zaragozí, B., Giménez-Font, P., Belda, A. y Ramón, A. (2019). A graph-based analysis for generating geographical context from a historical cadastre in Spain (17th and 18th centuries). Historical Methods, 52-4. doi: https://doi.org/10.1080/01615440.2019.1590269 ; Giménez et al., 2020Giménez-Font, P.; Zaragozí, B. y Ramón, A. (2020). Aplicació de TIG i anàlisi de documentació històrica per a la localització de jaciments: El Poblet de Tagarina (Serra d’Aitana, Alacant). Recerques del Museu d’Alcoi, 29, 17-29. Recuperado de https://raco.cat/index.php/RecerquesMuseuAlcoi/article/view/381562 ) se pretende ahora incrementar la utilidad de los grafos generados a partir de los cabreves, aportándoles un componente espacial y no solo topológico, como ya se había explorado anteriormente. De este modo, los nodos del grafo pasarán a ubicarse en coordenadas geográficas reales, lo cual ayudará a entender mejor las relaciones detalladas del cabreve. A partir de la creación de dichos grafos espaciales, este trabajo se plantea los siguientes objetivos:

  1. Localizar geográficamente heredades, parcelas y personas, determinando así áreas con mayor concentración de tierras establecidas para el cultivo y con mayor presencia de determinados apellidos de enfiteutas.

  2. Comprobar aquellos casos en que la estructura del dominio útil del cabreve ha evolucionado hasta convertirse en la estructura de la propiedad posterior, una vez disuelto el régimen señorial y cómo ha podido influir todo este proceso en la evolución del paisaje.

El primero de estos objetivos se logrará con la creación de un grafo espacial robusto y apoyado sobre toda variedad de indicios (toponimia, geomorfología, otros documentos históricos, etc.), mientras que el segundo objetivo requerirá la comparación de los resultados obtenidos por el grafo con otras fuentes complementarias, anteriores y posteriores a la fecha del cabreve.

A partir de aquí, en la sección 2 se presenta la zona de estudio y se describen las fuentes de información analizadas. En la subsección 2.3 se detalla el proceso de creación del grafo espacial. En la sección 3, ya como resultados de la investigación, se muestran los grafos espaciales obtenidos, se discute su importancia en la generación de nuevas hipótesis de trabajo geohistóricas y sus limitaciones. Finalmente, en la sección 4 se presentan brevemente las conclusiones y se proponen futuras líneas de trabajo.

METODOLOGÍA

 

Área de estudio

 

El valle de Tagarina, localmente conocido como Barranco de Tagarina (Figura 1) es una depresión tectónica localizada entre los bloques calcáreos culminantes de Aitana (1558 msnm) y la Penya de Sella (1160 msnm), formando parte de la vertiente meridional del horts de la Sierra de Aitana, en la actual provincia de Alicante (Marco, 1990Marco, J.A. (1990). Aitana. Análisis morfoestructural. Alicante, España: I.C. Juan Gil-Albert.). Su extensión es de, aproximadamente, 1000 ha y destacan las margas oligocenas -con algunos estratos calcáreos de una serie alternante- y los recubrimientos cuaternarios que contactan con los referidos bloques calizos que la delimitan por el norte y por el sur. El valle, de esta forma, tiene una disposición paralela E-O y una precipitación media por encima de los 600 mm anuales, que en un par de episodios al año es en forma de nieve. Se trata de un valle con querencia forestal, especialmente en la umbría, más húmeda, como demuestra la rápida recuperación de los bosques de pinos y carrascas después de los incendios forestales de 1981 y 1995, que arrasaron gran parte de su superficie. No obstante esto, el aprovechamiento agrícola histórico ha sido muy intenso, especialmente a partir del siglo XVII y de forma progresiva hasta la primera mitad del siglo XX, momento a partir del cual comienza un proceso de abandono de los campos de cultivo y de reforestación que se aceleró a partir de la década de 1960. En la actualidad el bosque predomina sobre el paisaje agrario y el valle contiene un elevado valor ambiental, como demuestra su catalogación como Lugar de Interés Comunitario (LIC) dentro de la Directiva Habitats de la Unión Europea y Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA).

FIGURA 1.  LOCALIZACIÓN DEL VALLE DE TAGARINA
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Fuente: elaboración propia.

Desde el punto de vista histórico, la hipótesis de trabajo actual considera que, hasta el siglo XVI, el aprovechamiento del valle fue fundamentalmente ganadero y forestal, con pequeñas parcelas agrícolas de fondo de valle que se surtían de las aguas de tres pequeñas surgencias de agua constante (fuentes de Gregori, Nicolau y Ametleral). La progresiva consolidación de la colonización agraria impulsada por los establiments de principios del siglo XVII condujo a un conjunto de roturaciones -basadas en la construcción de terrazas de cultivo en secano- que alcanzó un máximo de expansión entre 1860 y 1890, calculando que un 68% del total del valle se hallaba roturado en ese momento (Giménez et al., 2021Giménez-Font, P., Ramón, A., Marco, J.A., Padilla, A., y Sánchez, A. (2021). Determining maximum agricultural spread in a terraced landscape of a Mediterranean mountain range (Sierra de Aitana, Alicante, Spain). En 6th Landscape Archaeology Conference LAC 2020+1 (póster). Madrid, España: CSIC. doi: https://doi.org/10.13140/RG.2.2.34941.08160 ). Sin embargo, incluso en esta época de máxima intensificación agraria, se mantuvo el mosaico agroforestal en el que la agricultura cerealícola y de frutales leñosos mediterráneos se combinó con el aprovechamiento de pastos y leñas (Marco et al., 2018Marco, J.A., Giménez-Font, P. y Padilla, A. (2018). Organización tradicional de una ladera de montaña mediterránea: fuentes geohistóricas y trabajo de campo para el análisis de la dinámica del paisaje vegetal. En Ubaldo, R. et al. (coords.). Bosque mediterráneo y humedales: paisaje, evolución y conservación. Aportaciones desde la Biogeografía (pp. 199-207). Ciudad Real, España: Almud.).

El caso de Tagarina reproduce, así, el esquema evolutivo de gran parte de la montaña mediterránea europea (Agnolleti, 2014), aunque el régimen de propiedad resulta fundamental al tratarse de una colonización dirigida por la enfiteusis, después de que la expulsión de los moriscos permitiera el establecimiento de nuevos colonos y notables transformaciones en el paisaje. Al tratarse de un espacio bien acotado desde el punto de vista físico, con una intensa prospección en lo que se refiere a la toponimia, infraestructuras históricas viarias, agrarias y ganaderas, junto con la documentación de archivo y la memoria oral, el valle representa una interesante unidad de análisis con disponibilidad de trabajos previos (Domenech et al., 2007Doménech, A., Giménez-Font, P. y Llorca-Ibi, F. X. (2007). Als peus de l’Aitana. Toponimia i paisatge des de Sella. Alacant, Espanya: Ajuntament de Sella.; Hermosilla, dir. 2015Hermosilla, J. (dir.) (2015). Los regadíos tradicionales de la Marina Baixa: la cuenca del Río Amadorio. València, España: Departament de Geografia de la Universitat de València.; Giménez y Marco, 2017Giménez-Font, P. y Marco, J.A. (2017). La dinámica del paisaje en la Serra d’Aitana (Alacant, España): síntesis de transformaciones históricas en una montaña mediterránea (1600-2010). Estudios Geográficos, 282, 105-133. doi: https://doi.org/10.3989/estgeogr.201704 ; Giménez et al., 2020Giménez-Font, P.; Zaragozí, B. y Ramón, A. (2020). Aplicació de TIG i anàlisi de documentació històrica per a la localització de jaciments: El Poblet de Tagarina (Serra d’Aitana, Alacant). Recerques del Museu d’Alcoi, 29, 17-29. Recuperado de https://raco.cat/index.php/RecerquesMuseuAlcoi/article/view/381562 ).

Fuentes de información

 

El cabreve de la baronía de Sella

 

La pequeña baronía de Agres y Sella (Reino de Valencia) fue creada en 1527 y desde sus inicios ha estado vinculada a la familia Calatayud, proveniente de la ciudad de Valencia y, durante unas generaciones, relacionada con la casa de Cirat. Formada mayoritariamente por mudéjares y moriscos, la expulsión de 1609 dejó la población de Sella y su término prácticamente despoblada, lo que obligó a emitir unos capítulos de población bajo el régimen enfitéutico con el fin de atraer nuevos colonos.

El Capbreu (cabreve) de la baronía de Sella está datado en 1726, momento en el que el conde de Cirat, Joseph Zapata de Calatayud, tomó posesión de la baronía tras la muerte de su padre1Archivo Municipal de La Vila Joiosa (AMVJ). Protocolos notariales de Francisco Juan Llorca (1726).. El nuevo Conde de Cirat ostentaba en ese momento la baronía de Agres y Sella desde el exilio, puesto que se hallaba refugiado en Viena por su apoyo a los Austracistas en la guerra de Sucesión. De esta forma, fue su madre, Teresa Ceveiro y Folch de Cardona, quien realizó distintas cabrevaciones de sus posesiones, incluida la de Sella (Gimeno, 2022Gimeno, M.J. (2022). De caballeros del rey a grandes de España. Los servicios a la Corona de los condes de Cirat y Villafranqueza. En Felipo, A. y Pérez-Aparicio, C. (eds.). Nuevas perspectivas sobre la nobleza valenciana en la Edad Moderna (pp. 19-75). València, España: Diputación de Castelló.). El documento en cuestión, custodiado en el Archivo Histórico Provincial de Alicante2Archivo Histórico Provincial de Alicante (AHPA). Hacienda HB 1700-1864, libro núm. 773., recoge la relación de 133 enfiteutas del señorío, aunque parece incompleto en sus últimas páginas. No obstante, una relación de vecinos para el pago del impuesto del Equivalente en 17273Arxiu del Regne de València (ARV). Bailia, Letra PI, núm. 176. arroja una cifra de 161 vecinos, de los cuales hay unos 34 que no coinciden con los enfiteutas del cabreve4La cifra es aproximativa, puesto que hay dudas con los nombres de tres enfiteutas.. Este dato hace pensar que, a principios del siglo XVIII, la mayoría de los vecinos del señorío tenían una relación de vasallaje con el barón a través de contratos enfitéuticos, existiendo una reseñable proporción de vecinos (21%) con una vinculación distinta. Para el caso concreto del valle de Tagarina, el área de estudio analizada en este trabajo, únicamente se han localizado tres nombres -en forma de lindes de propiedad- que no aparecen en la relación de enfiteutas y que, potencialmente, son propietarios o están sometidos a otro régimen de tenencia diferente al de la enfiteusis. Un hecho que permite considerar los datos del cabreve como una relación cuasi completa de las tierras establecidas para su aprovechamiento agropecuario en este valle durante el primer cuarto del siglo XVIII, donde constan 42 enfiteutas y una superficie declarada de 452 jornales (unas 219 ha)5Se ha trabajado con la equivalencia de 1 jornal = 0,4842 m2.

Otras fuentes complementarias

 

De forma adicional al cabreve de 1726, se dispone de los establecimientos de 1613, realizados tras la expulsión de los moriscos que dejó prácticamente despoblada toda la baronía de Sella, incluyendo el valle de Tagarina. El documento6Localizado y transcrito por el investigador Vicent Olcina en el Archivo Municipal de Ontinyent (Valencia), que prepara una edición comentada (Olcina, e.p.) , que acompaña a la Carta Puebla, establece casas y tierras a los nuevos colonos mediante contrato enfitéutico y su estructura es similar a las declaraciones de cabrevación posteriores, salvo que no determina la cuantía del censo. De esta forma, se dispone del nombre del enfiteuta, el tipo de tierra (secano o secano campa), la extensión en jornales y los lindes de la parcela, todo ello con formato únicamente textual. No obstante, hay que tener en cuenta los problemas habituales para consolidar población y el fracaso frecuente de muchos de estos establecimientos iniciales, en los que eran habituales los abandonos de enfiteutas y la elevada movilidad entre colonos durante las primeras décadas del s. XVII (Silvestre, 2019 Silvestre, S. (2019). El procés repoblador postmorisc al comtat de Cocentaina: entre la mobilitat i la consolidació. Tesis Doctoral. Valencia, España: Universitat de València. Recuperado de https://roderic.uv.es/handle/10550/70136 ).

De otro lado, el primer catastro disponible data de 19177Archivo Municipal de Sella (AMS). Renta y Exacciones, caja 280, exp. 10: “Avance catastral de la riqueza rústica y pecuaria”. y contiene información cartográfica sobre las parcelas, así como el nombre del propietario, el tipo de aprovechamientos (subparcelas), la calidad de los mismos y la extensión en metros cuadrados. Esta fuente se ha complementado con el Bosquejo Planimétrico (Minutas cartográficas) de 1898 realizado por el Instituto Geográfico y Estadístico.

Del grafo topológico al grafo espacial

 

El cabreve de 1726 ya ha sido analizado mediante grafos topológicos para estudiar la estructura de las heredades del valle de Tagarina (Zaragozí et al., 2019Zaragozí, B., Giménez-Font, P., Belda, A. y Ramón, A. (2019). A graph-based analysis for generating geographical context from a historical cadastre in Spain (17th and 18th centuries). Historical Methods, 52-4. doi: https://doi.org/10.1080/01615440.2019.1590269 ) y también para añadir evidencias sobre la localización de elementos antrópicos mencionados por los enfiteutas como El Poblet (Giménez et al., 2020Giménez-Font, P.; Zaragozí, B. y Ramón, A. (2020). Aplicació de TIG i anàlisi de documentació històrica per a la localització de jaciments: El Poblet de Tagarina (Serra d’Aitana, Alacant). Recerques del Museu d’Alcoi, 29, 17-29. Recuperado de https://raco.cat/index.php/RecerquesMuseuAlcoi/article/view/381562 ). En la Figura 2 se explica detalladamente el proceso para recrear las relaciones de vecindad entre heredades a partir de los datos indicados por los enfiteutas a escala de parcela. A partir de la información de cada parcela de los cabreves se pueden extraer, por lo menos, relaciones de vecindad de distintos tipos. A efectos prácticos hablamos de relaciones explícitas y relaciones implícitas. Las relaciones explícitas son las que vienen directamente detalladas en el cabreve, mientras que las relaciones implícitas se pueden inferir por un sencillo razonamiento lógico. Este tipo de razonamiento permite realizar un primer esbozo de la estructura topológica del parcelario del valle de Tagarina y representarla en forma de grafo topológico mediante herramientas como visNetwork o iGraph, como ya se hizo en los estudios antes mencionados. No obstante, y a pesar de las virtudes de este tipo de herramientas para representar y analizar grafos, hay elementos cartográficos que se gestionan mejor con un Sistema de Información Geográfica, ya que permite cruzar la información del grafo con todo tipo de capas de información geográfica (p. ej. toponimia, relieve, vías de comunicación, entre otras). Por este motivo, en este estudio se trasladan los nodos (parcelas y heredades, pero también relieve, hidrografía, elementos antrópicos, etc.) y arcos (relaciones) a dos capas espaciales de puntos y líneas, respectivamente, utilizando el software QGIS 3.22.4+dfsg.

FIGURA 2.  RELACIONES EXPLÍCITAS
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Fuente: basado en Zaragozí et al. (2019)Zaragozí, B., Giménez-Font, P., Belda, A. y Ramón, A. (2019). A graph-based analysis for generating geographical context from a historical cadastre in Spain (17th and 18th centuries). Historical Methods, 52-4. doi: https://doi.org/10.1080/01615440.2019.1590269 .

Como punto de partida, se asignan coordenadas geográficas aleatorias dentro de los límites del Valle de Tagarina a cada nodo y se utiliza una capa de puntos con los atributos necesarios para representar cada nodo (id, tipo, etiqueta y superficie). Los arcos o relaciones se materializan en QGIS como una capa virtual, es decir, que cada vez que se mueve un nodo de sus coordenadas, la capa de arcos se recalcula automáticamente, creando el efecto de que los arcos acompañan topológicamente a los nodos. Sobre esta estructura de datos, los nodos se desplazan de uno en uno a la localización más probable, siempre teniendo en cuenta las evidencias disponibles. Mediante este proceso se logra recrear los grafos topológicos generados en estudios anteriores como grafos espaciales de partidas y heredades (Figura 3).

FIGURA 3.  GRAFOS ESPACIALES DE PARTIDAS Y HEREDADES DEL VALLE DE TAGARINA
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Fuente: elaboración propia.

El primer grupo de evidencias a tener en cuenta son las explícitas: por ejemplo, las referencias a la hidrografía se pueden colocar directamente en el cauce del barranco de Tagarina, mientras que los lindes con el Marquesado de Guadalest deben hacer referencia a caminos o sendas que abandonan el valle. Además, la toponimia resulta también de la mayor utilidad, habiendo topónimos actuales como Font d’Alemany o El Alt que coinciden con nombres de heredades del cabreve. El segundo grupo de evidencias son las implícitas que vienen dadas por la superficie declarada de cada parcela o heredad, así como la distancia física o topológica entre cada heredad. También se puede deducir que las parcelas o heredades que lindan con el barranco estarán más próximas a éste, mientras que las que no lindan directamente con el barranco se encontrarán en las partes medias y altas de las vertientes. Por este motivo, al desconocer la forma exacta de cada parcela, los nodos de los grafos topológicos se han representado como círculos proporcionales a la mitad de la superficie declarada en el cabreve. De este modo se facilita la legibilidad de las relaciones pero se evitan los solapamientos de varios nodos en un mismo espacio.

Si bien el grafo topológico de heredades aportaba información de interés sobre la localización relativa de estos topónimos sobre el valle, el resultado genera también algunas dudas. El principal problema es que hay una gran heredad llamada Tagarina que parece tener relación con heredades aparentemente muy distantes, que se encuentran en la parte alta, media o baja del valle de Tagarina. Por este motivo, era necesario ordenar también el grafo de parcelas para profundizar aún más en el análisis, encontrando en el proceso nuevos tipos de relaciones que no tenían efecto en el grafo de heredades.

En los grafos de parcelas es necesario tomar decisiones para: 1) descartar relaciones altamente improbables o, 2) añadir relaciones incompletas que pueden mejorar la estructura del grafo, es decir, que apoyen otras evidencias disponibles. Estos razonamientos se han explicado detalladamente en las Figuras 4 y 5. Las relaciones de este tipo se han descrito como 1) relaciones explícitas indeterminadas, cuando una relación de vecindad se puede interpretar de más de un modo y, 2) relaciones explícitas incompletas, cuando no sé tiene toda la información de lindes para concretar una relación explícita como las descritas en la Figura 2.

FIGURA 4.  RELACIONES EXPLÍCITAS INDETERMINADAS
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Fuente: elaboración propia.
FIGURA 5.  RELACIONES EXPLÍCITAS INCOMPLETAS
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Fuente: elaboración propia.

Mediante este tipo de razonamientos se puede utilizar el grafo espacial de parcelas para elaborar conjeturas detalladas de la localización aproximada de las parcelas y también de la distribución de las parcelas de cada enfiteuta dentro del valle.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

 

La generación del grafo espacial para 1726 (Figura 6) permite aproximarnos mejor a la realidad del valle en un momento de consolidación del paisaje agrario, justo en la fase previa al gran crecimiento agrícola que se registrará entre mediados y finales del siglo XIX. De igual forma, permite asumir este momento central para realizar análisis retrospectivos con fuentes precatastrales (1613) y prospectivos, a través de catastros históricos (1917), que pueden ofrecer diversos resultados sobre el origen y la consolidación de la propiedad.

FIGURA 6.  GRAFOS ESPACIALES DE LAS PARCELAS DE LOS ENFITEUTAS EN 1726
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Fuente: elaboración propia. Con letras en color púrpura, se señalan las parcelas cuyo dominio detentaban los cinco miembros de la familia Cerdá y los dos de la familia Giner en 1726, poco más de un siglo después de su establecimiento en el valle.

Cabe destacar algunos elementos del propio grafo para su correcta interpretación: 1) Los elementos de hidrografía anotados como río, barranco, río o barranco de en medio, se han ajustado sobre el cauce actual del arroyo; 2) Los elementos anotados como montes o montaña de la señoría se han ajustado para que coincidan con zonas forestales de difícil acceso en la actualidad; 3) Los topónimos reconocibles como nombres de heredades han hecho preferible el situar todas las parcelas de dichas heredades alrededor de dichos topónimos; 4) Las parcelas sin lindes con el barranco se han situado en las vertientes siguiendo los aterrazamientos visibles en la actualidad (en producción o abandonados); 5) A pesar de que no conocemos la forma exacta de las parcelas, se ha tratado de evitar solapamientos entre los nodos o la presencia de arcos de longitud desproporcionada. También se han limitado las intersecciones entre dos o más arcos que aparecen junto con las que anteriormente hemos presentado como relaciones explícitas indeterminadas; 6) Finalmente, se han añadido las relaciones explícitas incompletas en aquellos casos que no se contradijera al resto de relaciones explícitas completas. Estas relaciones aparecen representadas en color rojo dentro de los grafos.

La principal ventaja de la elaboración del grafo espacial es la de poder relacionar la información del cabreve con otras fuentes documentales y con la toponimia. Por ejemplo, durante la elaboración del grafo ya se ha podido comprobar que algunos topónimos actualmente en uso mantienen correspondencia con antiguas heredades del siglo XVIII, como sería el caso de El Fondo Morales (“Heredad de Morales”) e incluso con el apellido de familias enfiteutas: Les Alberoles (Josep Alberola), Ombria de Seva (Francisco Seva de Juan) o el propio Racó d’Andreu, que podría estar haciendo referencia al enfiteuta Andrés Giner. Esto señalaría la importancia de este periodo en la configuración del paisaje del valle. De hecho, la distribución espacial del parcelario que ofrece el grafo indica ya una elevada ocupación de todas las tierras arables del valle, alcanzando las 232.9 ha declaradas en el cabreve, casi 104 ha más que las establecidas en 1613. No obstante, la información no permite establecer qué cantidad de estas tierras eran incultas, es decir, si estaban por roturar y eran destinadas a aprovechamientos ganaderos y forestales. Los datos de 1917, que alcanzan una superficie de 1010 ha, declaran 427 ha cultivadas, siendo el resto de dedicación forestal y ganadera.

Sobre la evolución de la propiedad: de enfiteutas a propietarios

 

La expulsión de los moriscos en 1609 dejó despoblado, casi en su totalidad, el pueblo y término de Sella, en un proceso similar al de muchas zonas del interior montañoso valenciano (Pla, 1991Pla, P. (1991). Despoblación y repoblación. La crisis del XVII en el Cuartel de La Marina y Las Montañas. En Nadal, J. (ed.). Evolución demográfica bajo los Austrias (pp. 195-239). Alicante, España: I.C. Juan Gil-Albert.). En 1613 se realizó el primer establecimiento de enfiteutas, que en el valle de Tagarina fue de 21 colonos, con parcelas comprendidas entre los 5 y los 20 jornales (la media es de 11 jornales) (Olcina, e.p.Olcina, V. (en prensa). Un lloc feudal: Sella 1613. Els establiments als nous pobladors. Alicante, España.). Algunos de estos colonos iniciales definirán heredades que aparecen posteriormente -a inicios del s. XVIII- con antropónimos: heredad de Berenguer, de Pérez, de Llinares, de Giner o de Cerdá. Precisamente, queremos centrar la atención principal en estas dos últimas, intentando averiguar su relación con los primeros enfiteutas Onofre Giner y Vicente Cerdá, por su trascendencia posterior. En el caso de Giner, se le establecen 12 jornales que lindan con Anthoni Perez, Vicentiy Cerda, penyes e itinere font tagarina, lo que nos permite situar la parcela en un lugar central del valle, en el entorno de la Font de Nicolau, que es la única surgencia de agua constante y generosa de Tagarina. No parece casualidad, teniendo en cuenta que los Giner eran la única familia de cristianos viejos en la Sella morisca -es decir, anterior a la expulsión de 1609- y colaboradores estrechos con los Calatayud, tenedores de la baronía.

Por lo que respecta a Vicente Cerdá, en 1630 ya aparece como jurat major8Magistrado municipal, elegido posiblemente por el barón y una de las máximas representaciones municipales. Archivo Parroquial de Sella (APS). Quique Libri 1624-1696. Agradecemos a Albert Rubio la información. y posiblemente en 1613 llegó a Sella desde Agres, la segunda población de la baronía y con habitantes cristianos desde, al menos, el siglo XVI. Es el primer Cerdá y a partir de su estirpe (dos hijos varones), se desarrollan el resto de líneas familiares, en progresión con su incremento de poder local (bailes o alcaldes ordinarios, notarios, abogados y doctores). Pronto aparecen enlazados con los Giner: el nieto de Vicente es Salvador Cerdá Giner (1674-1749), que en 1726 es alcalde (Payá, 2017Payá, J. (2017). Toma de posesión de la baronía de Sella. En Papers de La Vila. Crónicas históricas de los siglos XVII a XX (pp. 709-713). Sella, España: Associació d’Estudis de la Marina Baixa (AeMaBa).) y principal enfiteuta en Tagarina con 7 parcelas y 66 jornales (31,9 ha), destacando una sola parcela de 30 jornales (14.5 ha), una superficie inédita en el resto de los enfiteutas y muy por encima de la media del cabreve, que es de 3.6 ha.

En el mismo cabreve, el enfiteuta Andrés Giner, con numerosas posesiones en la baronía, declara en Tagarina 16 jornales que lindaban, entre otros, con Salvador Cerdá y Pedro Juan Cerdá (que tenía corral y era). Otro de los lindes descritos es un nodo explícito de tipo hidrográfico, registrado como agua dicha el badall enmedio, topónimo vivo (el badall) que ha permitido localizar las tierras en las inmediaciones de la Fuente de Nicolau, es decir, posiblemente la herencia del primer colono Onofre Giner, al igual que sus vecinos Cerdá lo eran del Vicente Cerdá de 1613 (Figura 7).

FIGURA 7.  HIPÓTESIS EVOLUTIVA DE LA PROPIEDAD (1613-1917)
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Fuente: elaboración propia. Entorno de los primeros establecimientos (en rojo) de Vicente Cerdá y Onofre Giner (1613) junto a los principales manantiales, en el centro del valle. En naranja, los enfiteutas de 1726. En ambos casos se señalan registros documentales de 1613 y 1726 que permiten la localización. En el plano se representa el parcelario y propietarios de 1917: en gris, se destacan las parcelas pertenecientes a Cerdá y Giner a principios del s. XX. Las casas representadas aparecen en el Bosquejo de 1898.

Desde este primer Cerdá de 1613 (10 jornales establecidos: 4.8 ha), en 1726 ya aparecen 5 enfiteutas con el mismo apellido, que concentran un total de 99,5 jornales (48,1 ha). Este dato representa el 22% del total establecido a principios del s. XVIII, aunque con un protagonismo principal del referido Salvador Cerdá Giner, quien también es el único enfiteuta del valle que declara una casa (el resto son corrales). En 1791, la relación conocida como Informe Fabian y Fuero (Galiana, ed. 2015Galiana, A. (ed.) (2015): La Marina Baixa en 1791. Informe del Obispo Fabián. Sella, España: Associació d’Estudis de la Marina Baixa (AeMaBa).), destaca, al menos, siete casas en Tagarina, y todas pertenecientes a miembros de la familia Cerdá, que durante el siglo XVIII se consolidan como los principales enfiteutas del valle.

Aunque la disolución del régimen señorial y del dominio directo de la pequeña baronía de Sella y Agres es todavía un capítulo desconocido, posiblemente los Cerdá -algunos de ellos letrados y administradores de la baronía- tuvieron un papel destacado en el proceso. Los enfiteutas, que desde el siglo XVII habían ido incrementando exponencialmente su poder económico y político local, se convirtieron en grandes propietarios plenos a mediados y finales del siglo XIX9Por ejemplo, en el Padrón de riqueza urbana (que también incluye masías) de 1893-1894, de los 28 propietarios registrados, 13 de ellos son Cerdá. AMS. Estadística: padrones y censos. Padrón de urbana. 1893-94.. Les acompañaban, entre otros, los Giner, con quien seguían emparentados en una calculada política de matrimonios.

En los Bosquejos Planimétricos de 1898 (Figura 8), se representan algunas de esas casas propiedad de los Cerdá y de los Giner-Cerdá, certificando la continuación del dominio sobre las grandes propiedades de Tagarina a finales del siglo XIX. En el catastro de 1917 (Figura 9) ya aparecen 24 propietarios con el apellido Cerdá, con 105,6 ha (solo el 10,4% del total), aunque son poseedores de 74 de las 200 parcelas del valle y alguna de las de mayores dimensiones.

FIGURA 8.  DETALLE DEL BOSQUEJO PLANIMÉTRICO DE TAGARINA EN 1898
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Fuente: Instituto Geográfico Nacional (INE/CNIG). En rojo se destacan los propietarios Cerdá.
FIGURA 9.  PARCELAS PROPIEDAD DE LAS FAMILIAS CERDÁ, GINER Y GINER-CERDÁ
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Fuente: elaboración propia a partir del Avance catastral de 1917 (AMS).

La dimensión social del cabreve

 

Los resultados derivados del grafo (Figura 6) tienen un gran valor interpretativo al ofrecer una hipótesis bastante sólida -mejorada en distintos ensayos- de la ocupación del territorio y del reparto de la propiedad en los inicios del siglo XVIII. Una fecha que, en este territorio analizado, representa el momento previo al intenso crecimiento demográfico y la expansión de las tierras de cultivo sobre antiguos pastizales y bosques, que alcanzaría su cénit a finales del siglo XIX. Pero resulta indudable que también ofrece una lectura, fundamentalmente espacial, sobre las características de la sociedad del momento, más allá de las formas y estructuras de la propiedad: en el grafo aparecen claras diferencias entre enfiteutas, con establecimientos de distinto tamaño en localizaciones más favorables al aprovechamiento de los principales recursos del valle (agua y tierras de regadío), al camino principal o la vía pecuaria central (con corrales para almacenar abono). De nuevo es la familia Cerdá la más privilegiada en este sentido.

Junto a ello, podemos considerar que el Cabreve, como documento que refleja una realidad histórica es, en sí mismo, el configurador de determinadas dinámicas sociales. Primeramente, porque la concurrencia de derechos sobre una misma parcela (dominios útil y directo), obligó a generar herramientas de control -en forma de documentos- de elevada precisión, aunque probablemente con grados de ocultación por determinar. La presencia de estos documentos supuso un elemento fundamental en el acceso a la propiedad plena durante el siglo XIX, pero también generó, en su momento, una “seguridad de la tierra” (Deininger et al., 2012Deininger, K., Selod, H., y Burns, A. (2012). The Land Governance Assessment Framework: Identifying and monitoring good practice in the land sector. World Bank Publications. Recuperado de https://doi.org/10.1596/978-0-8213-8758-0 ) fundamental para entender los procesos de construcción de nuevos campos de cultivo, a base de complejos aterrazamientos de las laderas que requirieron una inversión de tiempo y energía sólo comprensible a escala intergeneracional. Este hecho, que se reproduce actualmente en numerosas regiones del planeta (Silva-Castañeda, 2016 Silva-Castañeda, L. (2016). In the shadow of benchmarks. Normative and ontological issues in the governance of land. Environment and Planning A: Economy and Space, 48(4), 681-698. doi: https://doi.org/10.1177/0308518X15615767 ), aquí resulta fundamental para entender la configuración del paisaje a lo largo de los últimos siglos.

Igualmente, de análisis preliminares previos (1613) y posteriores (1917) al Cabreve, se pueden extraer interesantes lecturas con respecto al progresivo afianzamiento del dominio útil frente al directo. Este hecho consolida la tenencia campesina en un marco de formación de élites locales de enfiteutas que, aquí y dada la dimensión del proceso, tendrían su origen en la repoblación derivada de la expulsión de los moriscos. Este hecho, verificable desde el punto de vista espacial gracias a nuestros resultados, desemboca en las mutaciones que la revolución liberal introdujo en la organización social y territorial y, especialmente, en su manifestación principal, en forma de cambios en la propiedad promovidos por la redención de los censos enfitéuticos y la liberalización de la propiedad del suelo. El cabreve de 1726 ya demuestra la presencia e importancia, a escala local, de una serie de enfiteutas ricos, con un creciente dominio político (alcaldes, jueces municipales y notarios) que también lo fue en lo económico (comercialización de excedentes locales), en la línea de otros señoríos valencianos y catalanes (Romero, 1983 Romero, J. (1983). Propiedad agraria y sociedad rural en la España mediterránea. Madrid, España: Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. ; Pellicer, 2008 Pellicer, M. (2008). “Para que nadie pueda alegar ignorancia”: Els usos de la informació en el procés de tancament de terres: els bans al segle XVIII. En R. Congost (ed.). Dels capbreus al registre de la propietat. Drets, títols i usos socials de la informació a Catalunya (segles XIV-XX) (pp. 211-240) Girona, Espanya: Documenta Universitaria. Recuperado de http://hdl.handle.net/10256/18988 ; Gil Olcina, 2012Gil-Olcina, A (2012). Singularidades del régimen señorial valenciano: Expansión, declive y extinción de la señoría directa. Alicante, España: Universidad de Alicante.). Las políticas matrimoniales y una débil presencia del poder señorial (fueron administradores o arrendatarios de la baronía Joseph Cerdá hasta 1750 o Vicente Cerdá Puig a finales del XVIII o principios del XIX10AMVJ. Protocolos Notariales de Thomas Cerdá García. Agradecemos a Albert Rubio la información.), ayudaron a consolidar su poder político y permitieron extender las posesiones de estas familias, principales interesadas y beneficiarias de la desaparición del régimen señorial. Baste decir que los Cerdá acabarían adquiriendo el palacio señorial de Sella en 1875, por compra a los barones, propietarios del mismo desde el siglo XVI (Martínez, 1987Martínez, N. (1987). Sella, historia y costumbres. Alicante, España: Akra Leuka.).

Limitaciones

 

En este estudio se ha comprobado nuevamente la gran riqueza de la información contenida en los cabreves. Además, se ha podido demostrar que los grafos espaciales son una herramienta útil para la generación de conjeturas geohistóricas que aporten nuevas evidencias a la investigación de campos tradicionales de geografía histórica, como es el caso de la geografía agraria o la historia del paisaje. Sin embargo, existen limitaciones de orden historiográfico y técnico que conviene remarcar. Las primeras pasan por considerar la información del cabreve no solo como reflejo de la realidad social, sino por su papel “en el proceso de la construcción social de la propiedad” (Congost, 2008: 29Congost, R. (2008). Més o menys informats, més o menys propietaris: una mirada diferent a la història de les relacions socials. En R. Congost, R. (ed.). Dels capbreus al registre de la propietat. Drets, títols i usos socials de la informació a Catalunya (segles XIV-XX) (pp. 11-29). Girona, Espanya: Documenta Universitaria. Recuperado de http://hdl.handle.net/10256/18988 ), en la línea desarrollada por diferentes historiadores. La propia confección física del cabreve -con una declaración jurada de los enfiteutas ante un escribano de origen local-, la gestión de la información recopilada por parte de aquellos que debían salvaguardar los derechos de propiedad y conservar el dominio directo de una pequeña baronía con un señor exiliado en Viena, hace pensar en una elevada ocultación de datos, o en el uso interesado de los mismos por parte de las mencionadas élites locales.

En lo que respecta a las limitaciones técnicas, a pesar de las ventajas del grafo espacial, se trata de una técnica que presenta dificultades evidentes. Cabe señalar las dificultades interpretativas del grafo, que vienen al añadir la información del cabreve -en forma de nodos y arcos- de una manera desordenada (a partir de coordenadas aleatorias) para ir puliendo y mejorando la configuración del grafo iterativamente. Esta limitación se supera con la recopilación detallada de toponimia actual e histórica -que en el territorio valenciano cuenta con el valioso nomenclátor del Institut Cartogràfic Valencià- y el trabajo de campo exhaustivo, que incluye un conocimiento profundo de la historia local. En buena lógica, para grandes zonas de análisis o lugares que no queden tan bien delimitados como lo está el valle de Tagarina, los obstáculos se incrementan a la hora de conseguir resultados comparables.

En los grafos de partidas y heredades generados (Figura 3) hay múltiples relaciones ocultas, que no se llegan a visualizar hasta que se realiza el grafo de parcelas. Este mayor nivel de detalle del análisis permite encontrar relaciones con un menor peso en el análisis, que aquí hemos llamado relaciones indeterminadas o incompletas. La toma de decisiones sobre cuáles de estas relaciones había que mantener o no, ha consistido en un trabajo arduo de prueba-error. No obstante, este tipo de análisis podría ser automatizado a partir de las indicaciones mencionadas en este estudio, es decir, 1) evitando intersecciones entre arcos y 2) teniendo en cuenta las superficies y distancias representadas.

En cuanto a las herramientas utilizadas, cabe señalar que el uso de capas virtuales en QGIS es una solución aceptable para trabajar con grafos espaciales en un SIG, pero existen otras herramientas desarrolladas exclusivamente para el trabajo con grafos que cuentan con distintas ayudas para el investigador y que funcionan de una manera más fluida en un mismo ordenador. Por ejemplo, resulta de ayuda que al seleccionar un nodo se resalten los arcos adyacentes o que se pueda arrastrar uno o varios nodos de manera interactiva. En cambio, al utilizar las capas virtuales de QGIS hay que esperar un instante para ver el resultado, requiriendo más tiempo para cada iteración.

CONCLUSIONES Y TRABAJO FUTURO

 

El desarrollo de la indexación digital de los archivos y la minería de datos permite valorar la gran cantidad de fuentes disponibles que, aunque todavía no se encuentran mayoritariamente digitalizadas, suponen una renovada oportunidad para la explotación de fuentes geohistóricas. En este sentido, los cabreves se pueden considerar, en amplios territorios de España, como una de las principales fuentes de información precatastral existentes, dada su abundancia y su disponibilidad en numerosos archivos. La estructura de la información también resulta idónea para realizar análisis mediante grafos, desarrollando una novedosa vía de análisis sobre un clásico tema de geografía histórica y en el marco de los HGIS.

Los resultados obtenidos para el valle de Tagarina muestran que, con su debido tratamiento, la calidad de la información geográfica contenida en los cabreves permite aproximar la configuración espacial de las partidas, heredades y parcelas detalladas por los declarantes. Sin embargo, los resultados deben enmarcarse en su contexto histórico, atendiendo a la dimensión social de esa información y las posibles estrategias ocultas de los diferentes actores que la configuran. Para ello, resulta fundamental la posibilidad de disponer de una dimensión temporal amplia, más allá del propio cabreve. En este sentido los grafos espaciales elaborados han permitido analizar la continuidad espacial y temporal existente entre el cabreve y otras fuentes. Esto se ha materializado principalmente en el seguimiento de dos apellidos concretos, para los que se ha podido analizar el proceso que llevó a los descendientes de los primeros enfiteutas de 1613 a convertirse en propietarios de pleno derecho, en el marco de un progresivo acaparamiento de tierras y poder político y económico durante los siglos XVIII y XIX.

El desarrollo futuro de la investigación pasa por explorar las posibilidades de complementariedad de estas fuentes geohistóricas y los catastros actuales. En este sentido, una manera de obtener más evidencias de la continuidad histórica de parcelas y propietarios sería comprobar si se pueden emparejar espacialmente los parcelarios de las distintas fuentes. De este modo, también se podría aproximar una representación gráfica de las parcelas recogidas en el cabreve.

A partir de los resultados obtenidos sería interesante elaborar una única representación a escala de detalle en la que se visualicen las conjeturas y la información de apoyo en un mismo lugar. En un mapa de gran formato habría el espacio necesario para indicar el tipo de razonamiento y las evidencias que se han llevado a cabo para localizar una parcela o heredad en una localización concreta.

Finalmente, pensamos que haría falta configurar o crear una herramienta bien integrada en un SIG que permita visualizar de manera interactiva un grafo espacial. Este recurso podría facilitar el análisis de otros cabreves e incluso de zonas mucho más extensas y complejas que el valle de Tagarina.

NOTAS

 
1

Archivo Municipal de La Vila Joiosa (AMVJ). Protocolos notariales de Francisco Juan Llorca (1726).

2

Archivo Histórico Provincial de Alicante (AHPA). Hacienda HB 1700-1864, libro núm. 773.

3

Arxiu del Regne de València (ARV). Bailia, Letra PI, núm. 176.

4

La cifra es aproximativa, puesto que hay dudas con los nombres de tres enfiteutas.

5

Se ha trabajado con la equivalencia de 1 jornal = 0,4842 m2

6

Localizado y transcrito por el investigador Vicent Olcina en el Archivo Municipal de Ontinyent (Valencia), que prepara una edición comentada (Olcina, e.p.)

7

Archivo Municipal de Sella (AMS). Renta y Exacciones, caja 280, exp. 10: “Avance catastral de la riqueza rústica y pecuaria”.

8

Magistrado municipal, elegido posiblemente por el barón y una de las máximas representaciones municipales. Archivo Parroquial de Sella (APS). Quique Libri 1624-1696. Agradecemos a Albert Rubio la información.

9

Por ejemplo, en el Padrón de riqueza urbana (que también incluye masías) de 1893-1894, de los 28 propietarios registrados, 13 de ellos son Cerdá. AMS. Estadística: padrones y censos. Padrón de urbana. 1893-94.

10

AMVJ. Protocolos Notariales de Thomas Cerdá García. Agradecemos a Albert Rubio la información.

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