Esta obra constituye un estudio del contexto geográfico de los humedales estacionales y las salinas del Guadalquivir medio. Es un proyecto geográfico y ambiental que, gracias a un extenso estudio de campo y a una ardua investigación, ha arrojado un detallado inventario, una rica cartografía y una catalogación de estos elementos del paisaje, singulares por su fragilidad, por sus valores intrínsecos y por sus estrechas relaciones con la actividad humana como constructora de territorios y paisajes.

La elección del ámbito de estudio lo circunscribe a un espacioso territorio interior y central para el contexto de Andalucía, definido primordialmente por el curso del Guadalquivir y la cuenca drenante comprendida entre sus afluentes meridionales del Genil y el Guadalbullón, con una superficie desigual repartida entre las provincias de Córdoba, Jaén, Granada y Sevilla. Esta extensión, integrada por parte de la Depresión del Guadalquivir y comprendida entre las serranías Béticas y Sierra Morena, constituye buena parte del eje territorial y paisajístico de la Andalucía Bética, con unos noventa municipios y una importante representatividad demográfica, económica y paisajística.

Los caracteres naturales de tan amplio sector geográfico, así como el acumulado de la actividad humana a lo largo de siglos, han otorgado a dicho espacio de una profunda y evidente huella cultural, destacando la preponderancia de un paisaje de campiñas altas y bajas extensamente cultivadas, salpicadas por un poblamiento disperso acortijado y los núcleos de población compactos que suelen coronar las colinas y cerros más enhiestos. Es un paisaje históricamente manipulado y alterado por la presión humana, en el que alternan extensas áreas cultivadas de cereal, vid y olivar, acompañadas por vías de comunicación y una rica red de “pueblos fortaleza” que jalonan las antiguas defensas de la frontera histórica entre Castilla y Granada.

Una mirada geográfica más detallada de esa amplia superficie agraria campiñesa, poblada y humanizada hasta la casi extenuación natural, arroja, entre otras singularidades, la pervivencia de una nutrida red de humedales que, a pesar de haber sufrido siglos de agresión humana, aún sobrevive al paso del tiempo; a veces sólo temporalmente, o en calidad de espacios naturales protegidos; o como reliquias paisajísticas de una realidad histórica prácticamente extinguida o imperceptible ante la superposición de nuevos usos y la aparición de nuevos componentes paisajísticos.

La justificación ambiental de tales humedales, inscritos en la Depresión del Guadalquivir, se explica gracias a la conjunción de ciertos elementos climáticos, topográficos, geomorfológicos e hidrogeológicos, de cuyo resultado se nutren estas cuencas endorreicas o la existencia de manantiales salobres que han heredado las sales del antiguo Tetis. Charcas, charcones, lagunas, lagos, chilancos, chilancones, pozas y salinas, son algunas de las manifestaciones de este rico, aunque nunca bien ponderado y conocido, patrimonio eco-cultural. Es un patrimonio que atesora tanto bienes ambientales como culturales pasados y actuales, pues, a los presentes valores se suman las columnas sedimentarias de sus lechos, que constituyen un verdadero palimpsesto de la evolución del paisaje de los humedales o de las tensiones entre los procesos naturales y humanos en la construcción del territorio.

Identificado el territorio objetivo y las formaciones paisajísticas que nos incumben, conviene precisar que el autor sintetiza y organiza en esta monografía una exposición temática, cronológica y el estado actual de esos paisajes del agua inscritos en las campiñas andaluzas, concluyendo con una propuesta de gestión que unifique los enclaves ya protegidos con el nuevo catálogo que aporta. El propósito último es recuperar una información cartográfica y documental históricas y aportar la información proporcionada por la teledetección y el trabajo de campo, con el objeto de disponer de un inventario veraz y actual, capaz de instrumentalizar políticas y estrategias de revitalización y gestión capaces de integrar los valores eco-culturales de los paisajes del agua recopilados para el Guadalquivir medio.

Para ello, se utiliza una metodología integradora, con una perspectiva eminentemente cultural y ambiental de los humedales estacionales mediterráneos y de las salinas de interior, principiando con una clarificación sobre el concepto de humedal desde diferentes prismas (estratégico, científico y legal) y cómo este concepto ha ido variando a lo largo de la historia. Es una mutación conceptual que, entre otras circunstancias, ha ido cambiando las relaciones entre los humedales y la sociedad; o ha posibilitado la incorporación de nuevos valores en enclaves húmedos a los que inicialmente sólo se les reconocían valores ecológicos.

Se sintetizan y establecen diversos tipos de humedales estacionales (charcas, lagunas, criptohumedales, salinas continentales, etc.) y se aportan caracterizaciones concretas y sintetizables para cada uno de los tipos considerados, a lo que se suma un repaso del marco legal, las competencias y las políticas seguidas sobre los humedales a escala internacional, nacional y regional.

El desarrollo y los resultados de esta obra surgen de una metodología de gabinete, en la que se han consultado fuentes bibliográficas, cartográficas y de teledetección; a lo que se han sumado otras fuentes geográficas y un trabajo de campo ambicioso y riguroso. De todo ello deriva la catalogación de 222 humedales estacionales y 107 salinas. Son unas cifras absolutas que ponen de manifiesto la importancia de estos paisajes del agua en la Depresión del Guadalquivir, a la par que ponen de relieve su valía patrimonial eco-cultural en un paisaje eminentemente caracterizado por el predominio de lo agrario y la tendencia al monocultivo olivarero.

La presente publicación resulta novedosa en otro aspecto notable, ya que propone la existencia de seis complejos de humedales y de dos complejos salineros en el Guadalquivir medio; esto sirve para proponer un cambio en el paradigma de la protección y la gestión de los humedales, ya que podría favorecerse la declaración de zonas especiales de conservación en cada uno de estos complejos, lo cual sería más acorde con el espíritu y la finalidad de la Red ecológica europea Natura 2000.

Además de ello, se ofrece un sistema de ponderación para priorizar las acciones de protección y restauración, así como una serie de propuestas para conseguir que estos hábitats de interés sean tomados en cuenta como bienes patrimoniales a conservar. Por último, se concretan estas propuestas de gestión, de manera que se lleguen a materializar en planes integrales de gestión de los humedales.

En definitiva, el autor nos propone en esta obra un viaje por su experiencia investigadora, por sus vivencias profesionales y como doctorando en los últimos años, para recalar en una obra de síntesis que reconstruye la diversidad y riqueza de un patrimonio que, aunque muchas veces oculto, sigue persistiendo, necesitado de identificación y de protección.