En este artículo se exponen los resultados de una investigación sobre la gobernanza de los sistemas agroalimentarios locales. Se estudian dos sistemas productivos: la zarzamora (
This article presents the results of a research on governance of local agro-food systems. Two production systems are studied: the blackberry (
La gobernanza territorial se ha adoptado por su potencial analítico de las formas de coordinación y de los acuerdos multinivel que establecen los actores locales. Una definición muy extendida hace referencia a los procesos sociales y políticos mediante los cuales se deciden los objetivos de convivencia en torno a temas de interés colectivo (
Torre y Traversac (
Este último tipo de gobernanza es pertinente para analizar los modelos de coordinación de los sistemas productivos de la zarzamora (
Es importante mencionar este marco general, porque en este período México se colocó en el quinto lugar en la producción mundial de frutillas, sólo después de China, los Estados Unidos de América (EUA), Rusia y Polonia (Fideicomisos Institucionales en Relación con la Agricultura
En este contexto, el cultivo de la zarzamora ha venido ganando importancia en México. En 2014, su producción representó el 23% del total de frutillas, sólo detrás de la fresa, que acumuló el 69% (
De acuerdo con la literatura, los factores que han favorecido el crecimiento de este cultivo en ese municipio son: 1) la creciente demanda en los EUA, Canadá, Europa y China, entre otros países; 2) las redes de comercialización generadas por las compañías agroexportadoras (
En cuanto al primer factor, es destacable que la zarzamora puede llegar al consumidor final gracias a cadenas de frío organizadas por las grandes empresas agroexportadoras y otros intermediarios, que han aprovechado la buena infraestructura de los centros productivos y su cercanía con la frontera norte. Esto ha permitido, de acuerdo con el
Respecto al segundo factor, la distribución está dominada por tres tipos de intermediarios: el primero corresponde a las empresas multinacionales como
El último factor, el cambio de las funciones del Estado en la agricultura y en las áreas rurales de América Latina, tiene su origen en profundos cambios institucionales que se dieron a finales del Siglo XX. En México, la reforma de 1992 del artículo 27 constitucional dio fin al reparto agrario, permitiendo la venta o renta de tierras ejidales. Esta reforma se realizó en la perspectiva de la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que entró en vigor en 1994. De acuerdo con Merchand (
En Colombia, la Constitución de 1991 redefinió los términos de acceso a la tierra para grupos indígenas y afro-colombianos reconociendo la tenencia colectiva, como lo había hecho la Constitución de 1917 en México (
En este marco, aunque el sistema productivo de la mora se ha caracterizado por su vinculación a unidades campesinas y a sistemas pluricultivo, desde hace años ha sido considerado como una oportunidad para incursionar en los mercados globales. Para lograr ese objetivo se formularon, en años pasados, programas públicos de apoyo, mediante la distribución de semillas y plántulas híbridas para impulsar una mayor productividad (
Con relación a todos estos antecedentes, este artículo busca responder a la pregunta sobre cuáles son los modelos de coordinación y gestión de la agroindustria de la zarzamora y la producción campesina de la mora, así como sus efectos en la organización de los actores socioterritoriales. La hipótesis de trabajo inicial es que la coordinación de estos sistemas responde al tipo de mercado y a la intervención institucional, que como agentes externos, organizan jerárquicamente el territorio, lo que influye en las características del proceso productivo, la comercialización y el medio ambiente. El objetivo que persigue esta contribución es aportar conocimiento sobre sistemas agroalimentarios con grandes diferencias de tipo productivo y organizativo, sus interacciones multinivel y sus modos de gobernanza, aspectos insuficientemente tratados en la literatura de los SIAL (
El artículo se estructura de la siguiente manera. En la sección 2 se abordan las fuentes y la metodología. Este apartado incluye la localización de los casos, los recursos bibliográficos y estadísticos consultados, la metodología, las entrevistas y talleres realizados en ambos territorios y las técnicas de recolección e interpretación de datos. En el tercer apartado, los resultados analizan tres dimensiones de la gobernanza construidas a partir de la investigación directa y de las informaciones aportadas por los actores: las características de los procesos productivos; las redes de comercialización y las tensiones ambientales. La sección 4 está dedicada a la discusión de los resultados y a las perspectivas del desarrollo en los casos estudiados. Se concluye con los desafíos que estos sistemas agroalimentarios locales enfrentan para construir formas de gobernanza distintas a la jerarquía impuesta por los agentes externos como alternativas al desarrollo territorial.
El cultivo de zarzamora en México se encuentra altamente localizado en el municipio de Los Reyes y otros aledaños, como Tocumbo y Peribán. Según Sánchez (
En Colombia, el cultivo de la mora se realiza principalmente en Cundinamarca, Santanderes, Antioquía, Huila, Caldas, Quindío, Risaralda, Tolimá, Valle, Cauca y Nariño. En 2017, el cultivo de esta frutilla sobrepasó las 13000 ha y Nariño participó con un 7,7%. Por su parte, el municipio de Pasto tuvo 123 ha cosechadas. De acuerdo con el diagnóstico de Nariño, elaborado por el Consejo Nacional de la Política Económica y Social de la República de Colombia (
La metodología de esta investigación es de corte cualitativo. Se adopta el modelo de análisis de “casos críticos” (
En cuanto a las fuentes bibliográficas, se revisó la literatura nacional e internacional y se recuperaron tesis y documentos en las áreas de estudio, lo que permitió formular hipótesis iniciales. En el trabajo de campo se llevaron a cabo recorridos de observación en las localidades, se conversó con agentes involucrados en la producción, comercialización y consumo de frutillas y se establecieron contactos con actores considerados clave y a quienes se aplicaron entrevistas semi estructuradas.
En el caso de Michoacán, se realizaron recorridos de campo visitando las parcelas, empacadoras y empresas exportadoras. Asimismo, se llevaron a cabo numerosas conversaciones con funcionarios de los tres niveles de gobierno, académicos, trabajadores de las empresas y jornaleros que culminaron en un taller de análisis de Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas (FODA) en el mes de noviembre de 2017, en el cual participaron 26 personas: 6 productores de zarzamora; 1 funcionario público del gobierno estatal; 6 trabajadores de huertos, 12 alumnos de la Universidad de la Ciénega del Estado de Michoacán, así como una académica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien fungió como coordinadora.
En Colombia, se llevó a cabo un trabajo de campo en Pasto, consistente en la recopilación de material documental, tesis, programas de gobierno y estadísticas municipales, recorridos de campo y conversaciones informales, así como el levantamiento de 10 entrevistas (funcionarios, académicos de la Universidad de Nariño, productores y consultores) durante el mes de junio de ese mismo año.
Tanto el taller como las entrevistas dieron la pauta para caracterizar el proceso productivo local y la coordinación de los actores, la comercialización y las tensiones medio ambientales, así como el papel de la gestión pública. En el siguiente apartado damos a conocer los resultados más relevantes.
El sistema agroalimentario de la zarzamora en México tiene un alto grado de localización territorial y de aglomeración empresarial en Los Reyes y el centro-occidente mexicano, por lo cual ha sido considerado un
Durante el año 2017, el municipio de Los Reyes tuvo 5060 ha de superficie cosechada (40% de la superficie cosechada a nivel nacional). La producción, durante ese mismo año, fue de 131465 t (el 48,6% de la producción nacional) y la productividad fue 26 t/ha, contra 13 t/ha en promedio durante los años 2013-2015 (
Para los participantes en el taller FODA mencionado anteriormente, este crecimiento extraordinario de la productividad es una fortaleza del territorio. Otras fortalezas relativas identificadas fueron: a) la introducción de variedades híbridas que han mejorado el tamaño, sabor y resistencia de la fruta; b) la técnica de producción forzada; c ) la especialización de la mano de obra para la recolección y poscosecha del producto; y d) el amplio margen de utilidad por hectárea cosechada. Algunas de estas fortalezas son también consideradas como oportunidades y amenazas, como veremos más adelante.
En cuanto a la introducción de nuevas variedades, para muchos pequeños productores representa una oportunidad, cuando se puede acceder a ellas sin erogar los costos asociados al uso de las patentes. Por ejemplo, la primera variedad introducida en Los Reyes fue la Brazos y actualmente predomina la Tupy, la cual ha sido liberada por las agroexportadoras y cuya ventaja consiste en requerir menos horas de frío. Sin embargo, otras variedades como la Dasha, Vanesa, Catherine y BQ patentadas por Driscoll’s, son consideradas como una amenaza por la inversión que requieren y porque están desplazando a la Tupy de los mercados de exportación. Según Aguilar (
La técnica de la producción forzada, que los participantes consideran una aportación tecnológica de los productores de Los Reyes, consiste en la poda temprana de la planta (a los 5 meses), para detener su crecimiento e iniciar la maduración. Ésta se logra mediante la aplicación de productos químicos defoliantes. No obstante, esta técnica presenta amenazas ambientales porque los esquilmos son abandonados en los linderos de los huertos, con lo que se propicia la proliferación de plagas.
La existencia de una abundante mano de obra, sobre todo femenina, especializada en la
La demanda y el precio de la zarzamora, por otra parte, han tenido en los años recientes un crecimiento constante a nivel nacional. El precio medio rural de la tonelada en 2017 fue de 1800 US Dollars. Los productores de Los Reyes participaron con el 54% del valor de la producción a nivel nacional, que ascendió a más de 500 millones de US Dollars (
El alto margen de utilidad del cultivo ha generado impactos en la renta de tierras por la incorporación de nuevos inversionistas. En 2017, el 60% de los productores rentaba la tierra y habían sido atraídos recientemente por el negocio de la zarzamora, pues sólo tenían entre 1 y 3 años en él (Y. Morales, Universidad Michoacana de San Nicolás Hidalgo, comunicación personal, 27 de mayo, 2020). La razón es que “..en Michoacán una inversión inicial de 200 mil pesos (aprox. 10000 US Dollars) el primer y segundo año tienen un margen neto de utilidad cada uno de 400 mil pesos (20000 US Dollars) y el tercer año de 350 mil (17500 US Dollars)” (
Si bien la especulación es una amenaza para los pequeños inversionistas, no es así para los ejidatarios quienes definen estrategias para compensar los peligros, ofreciendo en renta parte de sus tierras para obtener un ingreso seguro (
Los riesgos generales que perciben los actores participantes en el taller para el sistema productivo de la zarzamora son también el monocultivo, la deforestación, la intermediación de las agroexportadoras y de otros canales de comercialización nacionales, así como la dependencia de un solo mercado, en este caso, de los EUA, aunque se está tratando de diversificar las exportaciones hacia Europa y China.
En el caso de Colombia, de acuerdo con el Ministerio de Agricultura, entre 2013 y 2017, el área cosechada de mora tuvo un crecimiento de 9,75% al pasar de 11998 ha a 13168 ha. La producción se incrementó un 17% , al pasar de 105000 t a 123000 t en términos redondos, en tanto que la productividad creció en el mismo periodo de 8,78 a 9,35 t/ha. Nariño participó con un 5,8% de la producción colombiana (
En cuanto a las variedades de la fruta, si bien predominan las semillas híbridas, no hay variedades dulces, como las que se cultivan en Los Reyes. Son frutillas cuya acidez es característica y se conocen con distintos nombres, como de Castilla, la “Sin Espinas”, Ranchona, Hartona, etcétera.
Una particularidad que resalta del cultivo de la mora en Pasto, es su asociación a la pequeña propiedad y a la tenencia colectiva de la tierra. El predio campesino promedio es menor a 5 ha que está muy por debajo de la Unidad Agrícola Familiar (UAF) en Nariño, que es de 14 ha. El cultivo de la mora también se realiza en los resguardos indígenas, bajo un régimen colectivo de propiedad. Todo lo anterior contrasta con la gran concentración de la propiedad agraria. El 86,5% de los predios tiene menos de 10 ha y representan apenas el 31%, mientras que el 0,7% concentran el 29% del área cultivable.
Otra característica, de acuerdo con las entrevistas realizadas en campo, ha sido el vacilante desempeño de la gestión pública. Los productores de mora tuvieron recursos gubernamentales significativos hasta 2014, dirigidos básicamente a la distribución de semillas e insumos. Pero, en 2017, dichos recursos habían descendido por la falta de apoyo para mejorar las condiciones de comercialización, manejo poscosecha y transformación agroindustrial del fruto.
Una característica más del sistema productivo de la mora en Pasto, como la de muchos otros productos tradicionales, es que se encuentra inmerso en sistemas que combinan diversos cultivos con la crianza de especies menores. En la unidad campesina familiar de pequeña extensión se intercalan los productos hortofrutícolas tradicionales de la zona (como la cebolla, la papa, la mora y las plantas medicinales, entre otros) con la crianza de cuyes y conejos. En este sentido, la mora responde no sólo a la dinámica de la ganancia, sino a estrategias de la unidad campesina enfocadas a su seguridad alimentaria y a la comercialización de excedentes que aportan ingresos permanentes.
El empleo que genera el cultivo de la frutilla es muy importante para mantener la unidad agrícola familiar. Según el Ministerio de Agricultura (
La dispersión y heterogeneidad del cultivo, su atomización (como señala uno de los entrevistados), su carácter complementario para las familias campesinas y otros problemas señalados por los actores, como el escaso procesamiento, la falta de apoyo para las cadenas de frío y las dificultades del transporte, han determinado que la mora se comercialice con gran ventaja para los intermediarios.
Las políticas de apoyo no han superado estos problemas, pues se limitan a la distribución de semillas y plántulas entre los campesinos y en los resguardos indígenas (Enrique C., dirigente de Asociación Hortofrutícola de Colombia, ASOHOFRUCOL, comunicación personal, 21 de junio, 2017), sin ofrecer un seguimiento técnico ni generar propuestas para valorizar el producto, a pesar de que los diagnósticos de políticas insisten en la urgencia de implementar programas incluyentes que mejoren las condiciones de vida de esos grupos de la población (
La coordinación de los actores en los procesos de comercialización está determinada, en primer lugar, por las características físicas y sensoriales de las frutillas y, en segundo término, por la cercanía o lejanía institucional y geográfica de los centros de consumo. Las frutillas no soportan la exposición al sol después de su cosecha, se deshidratan rápidamente y son susceptibles, por su alto contenido en agua, al ataque de hongos. Por ello, la calidad e inocuidad demandadas por los mercados internacionales y nacionales, influyen en los procesos de coordinación territorial de los actores en diversas escalas.
En Los Reyes, las redes de comercialización (
Un poco más arriba de esta base social se encuentran los productores individuales y organizados en sociedades y asociaciones. Entre los productores, se encuentran quienes sólo cultivan 2,5 ha o menos y aquellos que pueden concentrar una mayor cantidad de tierra (20 o más ha) con mayor capital para invertir en las variedades más rentables y cumplir con los estrictos procesos de control de calidad.
Después, se encuentran los prestadores de servicios; las instituciones educativas; los proveedores de crédito; los productores y vendedores de plantas, insumos y maquinaria; las empacadoras y otros agentes.
Los prestadores de servicios profesionales generalmente son extensionistas o personal con algún conocimiento técnico, a menudo empleados por las compañías de insumos o agroexportadoras. Se les denomina “ingenieros asesores”. Son personajes clave para la venta de insumos ligados a los paquetes tecnológicos y para la gobernanza del sistema, pues como intermediarios vinculan a los productores con las agroexportadoras, las empresas de agroquímicos y las instituciones locales y federales.
Las instituciones de investigación y docencia, (universidades y escuelas tecnológicas regionales, así como las instituciones educativas nacionales con presencia en el estado de Michoacán), facilitan la formación de recursos humanos y la transmisión de conocimientos, pero su participación en los procesos de innovación es muy limitada, pues las grandes empresas como Driscoll´s tienen sus propios departamentos de desarrollo tecnológico y contratos con las universidades de los EUA para desarrollar sus propias variedades y sistemas de innovación.
Los prestamistas, que desempeñan funciones de intermediarios, se aprovechan de la escasa presencia de los servicios financieros institucionales, tanto de la banca pública como la privada. La presencia de este agente en el territorio es una debilidad advertida por los actores del sistema productivo local, pues crea desigualdades por la concentración de las utilidades en los intermediarios y propicia la dependencia de los productores.
Todos estos actores se encuentran coordinados, como ya se ha mencionado, por las empresas agroexportadoras que ordenan el territorio orientándolo hacia los mercados externos, pero también por las regulaciones de los gobiernos estatal y federal (
Las empresas agroexportadoras tienen la función de organizar el proceso productivo y asegurar la comercialización atendiendo a las exigencias de las buenas prácticas agrícolas, que van desde la producción, con instalaciones sanitarias dentro de los huertos, hasta el consumo, con la conservación del producto en frío y el buen manejo hasta su adquisición por el comprador final. Así, inmediatamente después del corte, la fruta se va colocando en empaques de PET (
Las agroexportadoras más importantes se agrupan en la Asociación Nacional de Exportadores de Berries (ANEBERRIES), un grupo de presión constituido para incidir en las políticas de inocuidad y calidad implementadas por los gobiernos de los EUA y de México. En general, las organizaciones locales están excluidas de las decisiones sobre la calidad. Entre ellas, pueden mencionarse el gobierno municipal, las autoridades ejidales, las organizaciones de pequeños productores (ejemplos: Asociación de Productores de Zarzamora del Valle de Los Reyes, Asociación de Productores Agropecuarios por la Calidad, Unión de Productores de Zarzamora Los Reyes) y las pequeñas empresas empacadoras y procesadoras. Otras organizaciones tienen reconocimiento oficial, pero encuentran muchas dificultades para expresar los intereses de sus agremiados, como el Comité Estatal del Sistema Producto de la Zarzamora.
El aumento y dominio territorial de las empresas agroexportadoras es indudable, como lo refiere un ingeniero asesor: “… ya en estas fechas tenemos 29 exportadoras, hace 15 años teníamos dos, estas exportadoras de alguna manera han generado todo un desarrollo de crecimiento del cultivo. Como unas 9 o 10 son nacionales, las demás son mezclas de capitales chilenos, mexicanos, estadounidense o de capitales compartidos Chile y Estados Unidos” (Gabriel, ingeniero y productor, comunicación personal, 22 de noviembre, 2017).
El proceso de certificación de la calidad e inocuidad impone la intervención de las oficinas gubernamentales de EUA y México. Las primeras, expiden los permisos de sanidad vegetal, libre de plagas, por medio de la
Las instituciones mexicanas que garantizan la vigilancia y regulación son la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación (SAGARPA, ahora Secretaría de Desarrollo Rural, SADER) y la Secretaría de Desarrollo Rural y Agroalimentario del estado de Michoacán. El Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA), dependiente de la SADER, atiende las medidas de certificación fitosanitaria para productos de exportación establecidos por las Organizaciones Nacionales de Protección Fitosanitaria (ONPF), por lo cual está autorizada para expedir la lista de huertos certificados con buenas prácticas para la exportación (
No obstante, en el control productivo y de propiedad intelectual que ejercen las agroexportadoras, destacan dos hechos que muestran un territorio en transformación: el aprovechamiento de canales nacionales, regionales y locales de comercialización, por un lado, y el surgimiento de agentes sociales innovadores.
Cuando la fruta fresca no reúne los requisitos de calidad exigidos por las exportadoras, por ejemplo, el color, tamaño, contenido de humedad o porcentaje de fruta dañada, emergen como protagonistas los canales de comercialización nacionales debido a una creciente demanda en los mercados locales, pero con desventajas para los productores y con merma de calidad para los consumidores. Entre la zarzamora de segunda que rechazan las agroexportadoras, se encuentran las variedades liberadas y de acceso libre, como la Tupy. La caja de 1,5 kg de esta variedad se comercializa de 3,5 a 6 US Dollars, contra las variedades patentadas, que alcanzan precios de 24 a 36 US Dollars en los mercados internacionales (
La fruta rechazada por las agroexportadoras se destina principalmente a las industrias de procesamiento para elaboración de yogures, jugos (zumos), licores, repostería y panadería. Otra porción se canaliza en fresco a los mercados y supermercados nacionales, mercados municipales, restaurantes y pequeñas industrias familiares, así como a las tiendas locales e incluso se vende a pie de carretera.
Por otra parte, es reconocido que en Los Reyes existen agentes innovadores territoriales que han difundido mejoras en los procesos. Son productores experimentados que han logrado reconocimiento por sus labores de difusión, investigación, mejoramiento de los productos o la comercialización. Morales y Cantillo (
Las políticas públicas también han desempeñado un papel importante en la innovación del sistema agroalimentario. El Plan de Desarrollo Integral del Estado de Michoacán 2015-2021, establece como una de sus prioridades “consolidar al sector agroalimentario de manera sustentable”. En esta perspectiva se creó el Centro de Innovación y Desarrollo Agroalimentario de Michoacán A.C. (CIDAM), el cual tiene como misión participar en las cadenas agroalimentarias para elevar su competitividad técnica y económica (
Todo lo anterior, permite observar dinámicas de aprendizaje, de apropiación, de circulación de conocimientos y de innovación social, no exentas de riesgos ambientales y económicos, que se manifiestan en nuevos usos de la zarzamora y que están abriendo nuevas posibilidades al sistema productivo local con una densidad de actores e instituciones que, de manera aún dispersa, empiezan a operar en el territorio debido a la diversificación de canales de comercialización y a una incipiente acción institucional.
El sistema agroalimentario de la mora en Colombia se caracteriza por la integración jerárquica que desde las políticas públicas se pretende implementar para consolidar su cadena de valor. De acuerdo a los objetivos de crecer hacia el mercado internacional, el Ministerio de Agricultura promueve las moras colombianas en los mercados de exportación y tiene convenios con organismos internacionales, como el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), para impulsar la productividad y la calidad de la frutilla.
Hay que señalar que en la base de esta cadena se encuentra la unidad agrícola familiar y su limitada producción. En un ámbito intermedio, se ubican los proveedores de insumos y servicios (
A diferencia de Los Reyes, donde los intermediarios pueden asesorar al productor o proporcionarle crédito, en Pasto no intervienen en el proceso productivo, pues se limitan a la compra y venta del producto. Además del intermediarismo, las dificultades que enfrentan los productores de Pasto son semejantes a las existentes a nivel nacional: las deficiencias en el transporte (
Como actor interesado en el impulso de este sistema agroalimentario y la consolidación de redes de comercialización nacional e internacional, se distingue el gobierno nacional, acompañado del gobierno departamental e incluso del municipal. La política pública pretende apoyarse en las asociaciones de productores porque podrían ser un actor clave en la generación de valor agregado. Desde 2017, ASOHOFRUCOL se encuentra explorando la posibilidad de “exportar mora congelada, debido a que la organización ya ha enviado muestras de su producto a otros países como Panamá y Estados Unidos” (
Pero al ser un producto tradicional identificado con la agricultura familiar y con dificultades para su conservación en anaquel, más allá de explorar el mercado de la mora congelada, las asociaciones de fruticultores, relacionadas con los grandes propietarios, no muestran un especial interés en esta fruta. Los gobiernos central y departamental, por el contrario, se han empeñado en desarrollar la cadena territorial de la mora no sólo por el interés de construir cadenas nacionales e internacionales de valor, sino por la creación de empleos en las áreas rurales; la generación de ingresos permanentes para las familias campesinas; la reconversión de los cultivos ilícitos y, por último, para implementar políticas de inclusión.
Por estas circunstancias, se ha dado énfasis a las políticas participativas en cuyo marco general se busca la consolidación del sistema agroalimentario local de la mora. Los gobiernos departamental y municipal vienen realizando esfuerzos para impulsar el desarrollo territorial, aprovechando la capacidad histórica de esta región para impulsar “la planeación y el presupuesto participativo, los planes de vida comunitarios, las políticas públicas de género y juventud, la erradicación voluntaria de cultivos de uso ilícito, entre otras” (
Sin embargo, a pesar de estos propósitos declarativos, existe la percepción, entre algunos actores, que la consolidación del sistema productivo de la mora y el desarrollo de redes de comercialización enfrentan graves dificultades, entre las cuales cabe mencionar: 1) las características mismas de la frutilla; 2) el intermediarismo; y 3) el cambio en las políticas públicas, que a partir de 2015 ha limitado los apoyos para su desarrollo.
En cuanto a la primera cuestión, resalta la rápida senescencia del fruto. La mora debe recolectarse en la tarde y venderse al intermediario a primeras horas de la mañana siguiente para ser trasladada a los mercados. De otra manera, la fruta se deshidrata y pierde valor.
Según las informaciones de los entrevistados, un predio promedio de 2000 m2, contiene aproximadamente 400 matas de mora, de las cuales cosechan entre 18 y 25 canastas semanales. A pie de finca, el productor vende a 3 US Dollars la canasta en promedio, pero el intermediario la revende en 5 US Dollars. Por esta razón, algunos productores organizados como los de “Agromoro” de Santa Clara, plantean potenciar las características del territorio, diversificando la oferta de productos territoriales. Para lograr su objetivo, demandan apoyos para la transformación de la frutilla, la promoción turística y la vinculación la mora con la oferta gastronómica. Como se puede notar, esta acción colectiva, dirigida por políticas públicas adecuadas, responde a la necesidad de construir sistemas agroalimentarios locales con una oferta diversificada, en la cual la mora es parte de una canasta de bienes y servicios territoriales, de acuerdo al concepto explorado por Pecqueur (
Con relación al cambio en las políticas de apoyo, los productores entrevistados coincidieron en señalar que en el 2012 recibieron asistencia técnica y ayudas en especie, como semillas e insumos para incrementar la producción de mora, con lo que creció el área sembrada y cosechada. Sin embargo, el precio cayó y, por ende, la ganancia. El incremento finalmente fue sólo temporal debido a que, si bien el cultivo de mora es permanente, su mantenimiento demanda inversión constante de tiempo e insumos. Asimismo, señalaron que se les ofreció asistencia técnica, pero no se dio seguimiento. Algunos actores acusan, además, que los escasos apoyos se han canalizado a otros municipios por criterios políticos (Enrique C., dirigente de ASOHOFRUCOL, Comunicación personal, 21 de junio, 2017).
La
En Los Reyes, el paisaje que aún hace veinte años estaba dominado por los cultivos de caña de azúcar, ahora se ha transformado por el monocultivo de la zarzamora (
El plástico es utilizado en prácticamente todo el proceso productivo, pero es particularmente visible en el acolchado del suelo, la construcción de macrotúneles y sistemas de riego por goteo. El acolchado se utiliza con el objetivo de retener humedad y controlar las plagas; los macrotúneles para proteger la planta y el equipo de conducción del sistema de riego por goteo para racionalizar el uso del agua. Para los asistentes al taller FODA, además de los plásticos, los esquilmos de las plantas tampoco tienen una adecuada disposición, pues son colocados en los límites de las parcelas, convirtiéndose en hospederos de la
En Los Reyes, el agua es un recurso abundante y de buena calidad que fluye de manantiales, pero en su recorrido por barrancas y ríos se contamina al mezclarse con las aguas residuales de los centros urbanos y de campos agrícolas (
En el municipio de Pasto, los riesgos ambientales derivan de la creciente contaminación del agua, debido a las descargas residuales y a la proliferación de lanchas motorizadas para el transporte de personas y mercancías. Según uno de los informantes, se necesita un reordenamiento de las quebradas (arroyos de poco caudal), pues se encuentran contaminadas por el aceite de las lanchas, lo cual afecta al río principal y al lago (Sr. Bolívar, dirigente de Agromoro, comunicación personal, 23 de junio, 2017). Otros riesgos derivan de la pérdida de rentabilidad de los cultivos tradicionales, entre ellos, la mora, por lo cual mucha gente “se ha ido al carbón” (productor de mora de Castilla, comunicación personal, 24 de junio, 2017). Los carboneros se encuentran constituidos en una asociación que ha tenido conflictos con la Corporación Autónoma Regional de Integración de Nariño y Putumayo (CORPONARIÑO), la instancia encargada de ordenar el recurso hídrico en el territorio e impulsar las cadenas productivas en el departamento.
Otra de las debilidades ambientales expresadas por varios entrevistados (funcionarios, un líder de productores y académicos) es que, a pesar de ser un cultivo tradicional, la mora necesita un alto uso de insumos por su vulnerabilidad ante las plagas, así como la ausencia de buenas prácticas para garantizar la calidad e inocuidad (Enrique C., dirigente de ASOHOFRUCOL, comunicación personal, 21 de junio, 2017). Los insumos químicos han afectado la variedad nativa de la zona (mora de Castilla), razón por la cual ha sido sustituida por variedades híbridas como la fresa mora, que si bien tienen mayor productividad, demandan una mayor inversión.
Las fumigaciones aéreas con glifosato, utilizado para la erradicación de los cultivos ilícitos en el vecino departamento de Putumayo, han contaminado y afectado los cultivos en Pasto. De acuerdo a un productor, cuando se esparcía el herbicida, perjudicaba la raíz de la planta que “se empezaba a
En esta contribución se han descrito y analizado dos modelos de gobernanza construidos a partir de la demanda global de
Según González
En el esquema de la gobernanza jerárquica, la gestión pública subordina a los productores mediante controles fitosanitarios y regulaciones estrictas que garantizan los derechos de propiedad de obtentores vegetales para las grandes corporaciones, como en el caso de Los Reyes, o a través de la distribución de plántulas y semillas híbridas, como en el caso de Pasto.
Los efectos ambientales y sociales de esta forma de gobernanza son diversos: en el caso de Los Reyes, se pueden observar cambios drásticos en el paisaje como producto de la reconversión agrícola, la formación de empresas de producción, transformación y servicios aglomeradas en torno a las grandes empresas agroexportadoras, a la manera de un
En el caso de Pasto, la gestión pública de los tres niveles de gobierno intentó, hasta 2015, impulsar la cadena de valor de la mora con base en estímulos a la economía campesina, cuyo resultado fue la comercialización del producto para obtener un ingreso complementario, pero mermado por el elevado uso de productos químicos y el intermediarismo.
Con respecto a los efectos ambientales, Sandoval y Ospina (
Ambos casos de estudio demuestran el funcionamiento de la agricultura y de las áreas rurales en América Latina con la formación de una economía empresarial agroexportadora, por un lado, y el funcionamiento de la unidad campesina, por el otro. Desde este punto de vista, ambas formas de economía parecen irreductibles. En los casos estudiados, la intervención jerárquica en el territorio de los agentes privados o públicos pareciera dejar poco margen para pensar en alternativas de desarrollo. No obstante, como hemos visto aquí, en la medida que se desarrolla el sistema productivo, las reglas del juego se matizan o resignifican entre los actores locales por medio de procesos de negociación y adaptación ante la intervención de los agentes externos.
En el caso de los Reyes, cabe señalar la existencia de actores cuyo dinamismo los enmarca en un sistema productivo local en desarrollo: la difusión de las variedades que han sido liberadas por las agroexportadoras, como la Tupy; el aprendizaje del proceso productivo y de la transformación del producto para elaborar vinos, mermeladas, panes o postres; la difusión de cadenas de frío y el aprovechamiento de los canales incipientes de comercialización para el mercado interno, aunado a un impulso institucional y social de la innovación.
En Pasto, la inconsistencia de la acción pública y el intermediarismo han llevado a conservar la mora en el sistema de policultivo como una estrategia de seguridad alimentaria y de venta para generar ingresos permanentes. Para otros agricultores, las dificultades les han llevado a elaborar una oferta incipiente de servicios a la población urbana, en la cual la mora se integra en otras actividades como el turismo, la gastronomía y otros bienes ambientales, lo que marca la pauta para la elaboración de una canasta de bienes y servicios territoriales (
Frente a las fallas del mercado y de la gestión pública para generar un sistema de reglas equitativo, vale la pena señalar que las transformaciones en los sistemas de gobernanza jerárquicos abren tendencialmente el camino a formas descentralizadas o relacionales de coordinación y a formas híbridas con la participación de la gestión pública, las empresas y asociaciones de productores. Con la investigación en su estado actual, aún no está claro si estas formas de coordinación podrán consolidarse en un futuro cercano, pero sí es posible afirmar que se presentan tendencias que llevan al desarrollo de los SIAL, las cuales se manifiestan de múltiples maneras: el aprovechamiento de semillas y plantas que han dejado de ser aptas para la exportación, el trabajo para abrir canales de comercialización o las estrategias de promoción del territorio.
En este sentido, el estudio de las formas de gobernanza en diferentes contextos es útil para el conocimiento de los actores y las posibilidades de desarrollo. Tobasura y Ospina (
En suma, el conocimiento de los modelos de gobernanza es de interés para la definición de la agenda y el diseño de políticas públicas dirigidas a la formación de SIAL, con la cooperación de los actores sociales e institucionales, con modelos de gobernanza descentralizada y oferta de servicios territoriales. En sus propias trayectorias de desarrollo, la interacción social, dentro de los sistemas productivos analizados, busca valorarizar el producto de acuerdo a las características particulares de cada uno de los territorios.
Este artículo es resultado del proyecto UNAM-PAPIIT IN303117. Nuestro agradecimiento a los productores, jornaleros, funcionarios y académicos quienes nos han proporcionado las facilidades para realizar este trabajo. A Anahí Campos Tenango, Mariana Huerta Vázquez y a Yunuen Guadalupe Guerra Villa por su participación en el trabajo de campo, así como a José Norwin por su apoyo técnico.
En lo sucesivo, nos referimos a la
Los nombres de los informantes fueron cambiados en la mayoría de los casos, pues así nos lo solicitaron los entrevistados, sobre todo en Michoacán.
El US Dollar tenía una equivalencia de 20 pesos mexicanos en promedio y de 3000 pesos colombianos en el momento de la realización del estudio.