Preservación y transformación parecen términos opuestos y, sin embargo, convergen en el territorio cuando se abordan desde la relocalización de los sistemas alimentarios. Una lectura profunda del patrimonio agrario tradicional nos lleva a explorar si es posible ligar su revalorización a la recuperación de modelos de abastecimiento de proximidad adaptados a los recursos locales. En el contexto actual, este objetivo se puede ver facilitado por diferentes propuestas internacionales que llevan tiempo trabajando en torno a la relocalización del sistema alimentario. Una de las más recientes, el Pacto de Políticas Alimentarias Urbanas de Milán, ha sido recogido por más de 210 ciudades de todo el mundo. Entre ellas se encuentra Madrid, que suscribió el Pacto en 2015 y en 2018 aprobó su Estrategia de Alimentación Saludable y Sostenible. La estrategia establece cinco ejes de actuación, con medidas en todos los eslabones de la cadena alimentaria, y un sexto eje, de gobernanza, para preparar un contexto favorable para una acción eficaz.
La compra pública del ayuntamiento de Madrid podría tener un impacto marginal en el conjunto del territorio productivo de la región, pero puede ser significativo si se dirigiera hacia el sector agroecológico. Sin embargo, actualmente, la producción ecológica local, por ejemplo, de frutales y legumbres, no es suficiente para abastecer a los comedores públicos. Los resultados muestran que es imprescindible trabajar en paralelo las políticas de compra pública con las de impulso de la producción ecológica y la ordenación territorial, protegiendo y gestionando activamente paisajes agrarios en marcos de cooperación intermunicipal y multi agente.
Preservation and transformation seem antonyms but they converge in the territory when considering the relocation of food systems. Through a detailed appraisal of traditional agrarian heritage, we explore opportunities to link the revaluation of this heritage to the recovery of nearby procurement of local food chains. Currently, different international proposals that work around the relocation of the food system can help to achieve this objective. One of the most recent ones, the Milan Urban Food Policy Pact, has been signed by more than 210 cities around the world. Madrid has done it in 2015 and in 2018 approved its Healthy and Sustainable Food Strategy. It establishes five strands of action that define initiatives to be developed through the different steps of the food supply chain. Governance is an additional axis, which aims to build a favourable environment for developing effective action.
Our analysis concludes that the public procurement of Madrid city council would have a marginal impact on the regional agricultural sector, but it could be significant if directed towards the agro-ecological sector. However, nowadays local organic production is not able to supply public canteens, for instance for fruits and dried legumes. It is essential to progress simultaneously on agro-ecological supply policies, public procurement and land use planning, through an active protection and management of agricultural landscapes in inter-municipal and multi-agent cooperation frameworks.
Preservación y transformación parecen términos opuestos y, sin embargo, convergen en el territorio cuando se abordan los espacios agrarios -que forman parte de nuestro patrimonio cultural- desde la relocalización de los sistemas alimentarios. Buena parte de los paisajes agrarios están en riesgo de desaparición, ya que son el resultado de prácticas y manejos que se han abandonado o que pueden desaparecer (
La gestación a nivel internacional del concepto de Paisaje Cultural provee una visión más holística del territorio agrario y su gestión, al reconocer el valor de los paisajes representativos de interacciones entre las comunidades humanas y el ambiente natural. Este concepto se incorporó a la Guía Operativa para la Implementación de la Convención del Patrimonio Mundial de la UNESCO en 1992. En un contexto más próximo, destaca el Convenio Europeo del Paisaje, aprobado en 2000 que, a pesar de ser un documento de carácter orientativo, no normativo, supuso un cambio cualitativo en la consideración del espacio agrario, al legitimar su protección. Se ha incorporado la consideración patrimonial de los paisajes agrarios tradicionales y hay instrumentos consolidados ligados a elementos identitarios, que pueden apoyar su preservación, como la certificación y los signos distintivos de calidad (
Una lectura profunda del patrimonio agrario tradicional nos lleva a explorar si es posible ligar su revalorización a la recuperación (al menos en parte) de modelos de abastecimiento de proximidad adaptados a los recursos locales. Es una lectura que implica transformación, por un lado, de las prácticas agrarias (e incluso de las estructuras agrarias), pues las tradicionales se han abandonado en buena medida, y, por otro lado, del propio sistema alimentario. Existe, en este sentido, toda una corriente de Sistemas Alimentarios Alternativos (
Las redes alternativas tienen entre sus objetivos reducir el número de intermediarios y dependencias y lograr un mayor control de los precios a través de la creación de relaciones directas y más igualitarias entre producción y consumo. Sin embargo, en la práctica, están considerablemente precarizadas y con frecuencia dan lugar a niveles importantes de autoexplotación.
Esta situación podría mejorarse con una estructuración del tejido productivo, a través de su asociación y una mayor acción colectiva, “que redunde en mejorar su forma de gobernanza, en particular su capacidad de negociación con los demás actores de la fase de comercialización” (
Los objetivos de la Agenda Urbana difícilmente se lograrán sin abordar el tema de la alimentación. Los actuales sistemas alimentarios urbanos son vulnerables e incapaces de satisfacer adecuadamente las necesidades nutritivas de la población más vulnerable de las ciudades (
Las políticas urbanas alimentarias tienen el potencial de propiciar la transición hacia sistemas alimentarios más sostenibles, justos y participativos, brindando espacios de participación en los que las propuestas de agentes sociales puedan convertirse en actuaciones efectivas (
Dentro de estas políticas urbanas, la compra pública tiene un alto potencial de aunar la sostenibilidad alimentaria y la protección de la población más vulnerable, siempre que trabaje en el equilibrio entre producción y demanda (
Diversos factores (políticas de salud, de desarrollo sostenible, campañas de la sociedad civil o cambios en la opinión pública) han creado un clima favorable para la transición de los comedores escolares (
En cuanto a la vinculación entre soporte territorial y menús escolares, se ha analizado cómo los cambios en la dieta y en el sistema productivo que abastece a los comedores escolares puede mejorar el balance energético (
En este artículo presentamos los resultados de aplicar y evaluar posibles escenarios de compra pública y su contribución a la transición agroecológica, en un territorio concreto y con alta presión urbanizadora que amenaza los espacios agrarios. Se utiliza como caso de estudio la Comunidad de Madrid, pues en ella confluyen un sector agroecológico emergente y diversos municipios de referencia que han suscrito el Pacto de Milán. También cuenta con un movimiento social que demanda una transición agroecológica y que ha incluido expresamente entre sus reivindicaciones la recuperación de patrimonio agrario y la activación de recursos a través de políticas públicas. En la evaluación de escenarios, se toma como punto de partida el potencial de dinamización que encierra la Estrategia de Alimentación Saludable y Sostenible del Ayuntamiento de Madrid y se explora si es posible identificar áreas en las que sea más fácil materializar dicho potencial gracias a contar con un contexto municipal favorable a la agroecología y la cooperación.
Los resultados se valoran desde la necesaria articulación de políticas de compra pública, de medio ambiente y de agricultura, y de éstas con los agentes sociales y económicos locales, lo que lleva aparejado nuevos modelos de gobernanza territorial, un concepto recurrente en los distintos enfoques que abordan el problema, como la biorregión (
La ciudad de Madrid, con 3,1 millones de habitantes, aspira a consolidarse como ciudad global inserta en una región intensamente urbanizada (6,5 millones de habitantes), con un modelo alimentario dependiente por completo del exterior de la región (el 98% de los alimentos consumidos en 2010 procedían de fuera de la Comunidad). La región madrileña tiene un importante papel de economía de enclave y plataforma logística internacional, con una potente industria agroalimentaria. Mercamadrid es la mayor plataforma de distribución, comercialización y transformación de alimentos frescos del Estado, el mayor mercado europeo de alimentación perecedera y paradójicamente, el segundo mercado mundial de pescados.
Por otro lado, la Comunidad de Madrid es el segundo mercado estatal de alimentos ecológicos, pero el peso de la producción local es muy reducido. Existe un sector emergente de producción agroecológica con vocación de establecer relaciones de proximidad (que incluye productores con certificación ecológica oficial por terceras partes o que, sin tenerla, realizan prácticas sostenibles). En 2007, el Comité de Agricultura Ecológica de Madrid registró 128 operadores certificados, que han aumentado a 274 en 2018 (
En octubre de 2015 Madrid firmó, como otro centenar de ciudades, el Pacto de Milán, sobre políticas de alimentación urbana sostenible. Madrid Agroecológico se apoyó en el Pacto, pidiendo al Ayuntamiento que fuera coherente con los compromisos que había adquirido con su firma, y presentó un documento de propuestas adaptado a la realidad de la capital. En enero de 2016 comenzó a funcionar una Mesa de seguimiento de dicho pacto, en la que desde el inicio participa Madrid Agroecológico junto a técnicos responsables de distintas áreas de gobierno del Ayuntamiento de Madrid. El 1 de marzo de 2018, el Pleno del Ayuntamiento aprobó la Estrategia de Alimentación Saludable y Sostenible de Madrid. Once de las treinta y siete medidas de la Estrategia Alimentaria hacen referencia expresa a la agroecología o a incorporar en la compra pública alimentos que cumplan criterios de producción ecológica y de proximidad: formación aplicada en producción y transformación alimentaria agroecológica; escuela municipal de agroecología urbana; asistencia técnica para proyectos productivos alimentarios agroecológicos; Central de compras para distribución de productos agroecológicos y de proximidad; alimentos ecológicos y de comercio justo en los comedores de la red municipal de escuelas infantiles; servicio de comida a domicilio para mayores incorporando criterios de ecología y proximidad en los menús; comedores sociales y centros de acogida a personas en riesgo de exclusión que incluyen sostenibilidad en el servicio de alimentos; compra y contratación pública alimentaria sostenible y socialmente responsable; mercados de venta directa (incluyen algunos agroecológicos); y Madrid Agrocomposta (con proyectos agroecológicos). La investigación se centra en la medida vinculada con la compra pública que se encuentra en un estado más avanzado de ejecución. Se explora cómo podría conducir a una expansión del sector agroecológico y su contribución a recuperar paisajes y territorios más resilientes. La compra pública alimentaria es sólo una parte menor del flujo de alimentos, pero cumple las condiciones para convertirse en motor de transformación y, con ella, las instituciones y, en concreto, los gobiernos locales, asumen un papel ejemplificador, mostrando que los cambios son posibles.
El trabajo tiene carácter exploratorio y comienza centrándose en un grupo representativo de alimentos, desarrollando un primer modelo de análisis que con posterioridad podrá ser aplicado al resto. En este apartado se explican los criterios de selección del grupo de alimentos a analizar, los supuestos considerados para cuantificar la potencial demanda asociada a las medidas de compra pública de la Estrategia de Alimentación Saludable y Sostenible del Ayuntamiento de Madrid, el procedimiento para localizar las áreas de potencial abastecimiento y los criterios con los que identificar espacios de oportunidad para la transición agroecológica con repercusión en el paisaje.
Según las estadísticas oficiales (
El número total de escuelas infantiles públicas en la ciudad de Madrid es de 196. De ellas, 127 son de gestión autonómica (
De acuerdo con la Memoria 2018 de la Estrategia de Alimentación Saludable y Sostenible y la información del Departamento de Educación Infantil del Área de Gobierno de Equidad, Derechos Sociales y Empleo, la incorporación de alimentos ecológicos en las escuelas infantiles municipales se realiza de manera progresiva. Destacan, por encima del resto, las legumbres ecológicas, que 32 Escuelas incorporaron en el curso 2017-2018 y 15 en el curso 2018-2019. El aceite también ha sido otro alimento de gran implantación en el programa, con 12 escuelas en 2017-18 y otras 10 en 2018-19. Huevos, lácteos, cereales y en menor medida pasta, arroz, verduras y frutas, también se han ido incorporando en algunas de las escuelas.
A partir de estos datos, se seleccionan dos grupos de alimentos para evaluar la repercusión territorial que tendría su compra pública con criterios ecológicos y de proximidad. Atendiendo a los datos generales, se centra el estudio sobre las frutas, que suponían en 2004 el 12% del volumen y el 7% del gasto institucional en alimentos. Puesto que en la Comunidad de Madrid no se producen cítricos, los cálculos de demanda potencial no los tienen en cuenta. El segundo grupo de alimentos seleccionados son las legumbres; en este caso, la selección responde a su peso destacado en la transición ecológica de los comedores de las escuelas infantiles municipales.
La cuantificación de la demanda se realiza en dos niveles. Por un lado, se considera la compra pública alimentaria directa del Ayuntamiento de Madrid, para lo cual se parte de los datos de los presupuestos municipales de 2019. Por otro lado, se hace un análisis específico de la demanda potencial asociada a los comedores de las escuelas infantiles municipales, pues el programa de transición hacia comedores saludables, que incorpora criterios de alimentos ecológicos y de proximidad, ya está en marcha. En el caso de las escuelas infantiles, se toma como comensales el conjunto de menores inscritos y una estimación del personal que come en el centro. Aunque la alimentación varía por rango de edad, dado que no se dispone de volúmenes reales, se aplican valores medios de consumo de alimentos de acuerdo con las estadísticas públicas estatales del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (
A partir de los datos estadísticos y de escuelas infantiles, se plantean distintos escenarios:
Escuelas infantiles: i) escenario actual, según el número de escuelas (y comensales de cada una) que han introducido respectivamente fruta o legumbres; ii) escenario deseado para 2025, en el que todas las escuelas infantiles municipales habrán incorporado alimentos ecológicos y de proximidad.
Compra alimentaria directa municipal: la corporación trabaja en las instrucciones de compra con tres niveles de exigencia (20%, 50 y 80% de producto ecológico) y aplicamos un escenario para los grupos de alimentos considerados del 100% de suministro ecológico y de proximidad en 2025.
Las áreas potenciales de abastecimiento se localizan a través del mapa de Cultivos y Aprovechamientos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA). Del Anuario Estadístico (
Por último, se identifican aquellos municipios que cuentan con algún tipo de programa o política pública de impulso a la agroecología. También se tiene en cuenta la existencia de proyectos productivos agroecológicos en la zona, pues es un factor facilitador para el aprendizaje y aplicación de diseño agroecológico a nuevas fincas, según reclaman los proyectos y colectivos agroecológicos. Esta información se obtiene a partir de la búsqueda sistemática “agroecología” y “Comunidad de Madrid” y “política municipal” o “política pública”, de la consulta a las páginas de la Red Terrae, Madrid Agroecológico, La Garbancera Madrileña y el Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA). También se apoya en el conocimiento de las autoras, que participan en Grupos Operativos, en movimientos agroecológicos y en redes alimentarias alternativas.
La demanda actual y proyectada hacia 2025, en un escenario de consolidación de compra pública alimentaria, se recoge en la
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Fruta fresca (no cítricos) | 2 | 0,8 Ton | 27,9 Ton | 89 Ton |
Legumbres | 48 | 61,3 Ton | 66,7 Ton | Sin datos |
En cuanto a las legumbres, 48 de las escuelas infantiles han incorporado los criterios ecológicos en la compra de legumbres para los comedores, que suponen un total de 4.866 menores (sin contar el grupo de 0 a 6 meses), a los que se añaden unos 900 menús para personal. Considerando que el menú incluye legumbres dos días a la semana, con unas raciones de 15 gramos para menores (a partir de 6 meses) y 20-30 gramos en el caso de adultos, equivale a una demanda de 61,3 toneladas anuales de legumbres.
Tomando esta cifra como línea base, se fijan dos escenarios de incremento de la demanda. El primero está ligado específicamente a la medida de la Estrategia que implica a las escuelas infantiles municipales, que sería aquél en el que todas ellas han incorporado la fruta fresca ecológica y de proximidad en el comedor, lo que llevaría a elevar la demanda hasta 27,9 toneladas al año. El segundo escenario corresponde al conjunto de la compra pública alimentaria, considerando que toda ella se abastece con fruta ecológica y de proximidad, lo que supondría 89 toneladas anuales.
En el caso de las legumbres, la cifra ascendería a 66,7 toneladas anuales en 2025, si el resto de las escuelas infantiles pasara también a servirlas ecológicas. No se puede, sin embargo, hacer ninguna estimación de lo que supondría el conjunto de la compra alimentaria directa por parte del Ayuntamiento, ya que, dentro de las estadísticas de compra alimentaria institucional, únicamente se incluyen los diez grupos de alimentos con mayor volumen en peso o en euros, entre los que no se encuentran las legumbres (lo cual no deja de ser significativo).
Ponemos en relación la producción local de fruta fresca con la demanda canalizada a través de la compra pública, en distintos escenarios. Como se recoge en la
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Según distribución de cultivos actual | ||||
Convencional 58,3ha (500 ton) | Ecológico 3,7 ha (24.6 ton) | > 100% | 88% | 27% |
10% de las tierras en municipios apoyo agroecología pasan a ecológico | ||||
Convencional 53,5 ha (458 ton) | Ecológico 8,5 ha (56.7 ton) | >100% | >100% | 32% |
24% del total de las tierras en convencional pasan a ecológico | ||||
Convencional 44,4 ha | Ecológico 17,6 ha (116,9 ton) | >100% | >100% | >100% |
30% de las tierras en municipios con apoyo a la agroecología pasan a ecológico | ||||
Convencional 43,8 ha | Ecológico 18,2 ha (120,8 ton) | >100% | >100% | >100% |
En la actualidad no existe producción certificada ecológica de legumbre, excepto una pequeña superficie de judías. Aplicando las productividades medias en convencional, las necesidades estimadas de las Escuelas Infantiles se podrían abastecer con entre 5 y 6 hectáreas.
Partiendo de las superficies actuales de producción, su rendimiento y la demanda estimada, es posible concluir que harían falta tan solo 0,5 hectáreas adicionales para cubrir las necesidades de fruta de las escuelas infantiles municipales, y 17,6 hectáreas para el conjunto de la compra pública alimentaria directa. Esta superficie adicional puede ser de nueva plantación o por transformación de 13,9 hectáreas de convencional a ecológico. El Ministerio de Agricultura establece un periodo de conversión para árboles frutales de tres años antes de la primera cosecha ecológica, compatible con el escenario de suministro en 2025.
Si el 10% de la superficie de frutales en municipios que participa en algún tipo de proyecto o programa de fomento de la agroecología se transformara en ecológico, se cubriría toda la demanda de escuelas infantiles y el 32% de la demanda total. Para cubrir ambas, sería necesario convertir a ecológico el 30% de las tierras de frutales (de los considerados en el estudio) en estos municipios o bien el 24% del conjunto de municipios con frutales. Los municipios que cumplen la condición de un peso relativo alto en la producción de fruta y además tienen una orientación agroecológica en alguna de sus políticas o proyectos son Perales de Tajuña y Rozas del Puerto Real, que suponen respectivamente el 58% y el 11% de la superficie que reúne estas condiciones (
Las fuentes de información espacial disponibles no son suficientes. El trabajo de campo en Perales de Tajuña y la superficie cartografiada como frutales en el Mapa de Cultivos y Aprovechamientos muestran que existen parcelas dispersas con este uso, pero de una extensión reducida. Sería necesario recuperarlos de frutales que hubo en el pasado y existen las condiciones para recuperarlos, en un proceso que se entiende de recuperación de patrimonio y paisaje.
En el caso de las legumbres, según las estadísticas de superficies y producciones anuales de cultivos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, había en 2018 5.134 hectáreas dedicadas a garbanzos, guisantes, lentejas y judías, que produjeron 6.769 toneladas, con un peso destacado de los garbanzos y una presencia casi testimonial de las lentejas. De ellas, únicamente 0,28 hectáreas estaban en ecológico, todas destinadas a judías. No se dispone, sin embargo, de información espacial georreferenciada de su localización, pues el Mapa de Cultivos y Aprovechamientos únicamente distingue entre cultivos anuales de secano y de regadío. Por ello, se recurre a otras fuentes indirectas para detectar cuáles serían las áreas en mejores condiciones para proveer la compra pública. Un estudio sobre legumbres en la Comunidad de Madrid (
Comparando los municipios potencialmente productores con aquéllos que tienen programas de promoción de la agroecología, dos de ellos sobresalen en la Sierra Norte: Torremocha del Jarama y Redueña, que cuentan con superficie suficiente para cubrir las necesidades estimadas y pertenecen a la Red TERRAE, que ha trabajado intensamente en la formación y apoyo al emprendimiento agroecológico con esquemas de kilómetro 0 (
En paisajes antropizados, como los agrarios, hay un considerable acuerdo sobre la importancia de vincular protección de paisaje con mantenimiento de las actividades a las que está ligado (
Más allá de los beneficios generales, frecuentemente esgrimidos en publicaciones académicas y documentos técnicos, el caso de estudio de Madrid nos permite contrastar qué efectos en el territorio y en el sector podrían tener las medidas de compra pública, que se encuentren en proceso de definición o que hayan sido ya aplicadas. Los resultados obtenidos relativizan el impacto cuantitativo que la compra pública municipal tendría en el sector primario en general. La fruta es uno de los grupos con mayor presencia en la compra alimentaria institucional; aun así, 3,2 hectáreas pueden suministrar la fruta necesaria (excluidos los cítricos) para el conjunto de escuelas infantiles municipales de la ciudad de Madrid. Incluso en un escenario de incorporación completa en la compra institucional de fruta de proximidad, ésta supone sólo el 17% del total del volumen total comercializado. Eso, a pesar de que estamos hablando del municipio de mayores dimensiones (Madrid) y de uno de los cultivos marginales en la Comunidad (la fruta). En el caso de las legumbres, el consumo en estas escuelas infantiles no llega al 0,01% de la producción de la región. Hay que tener en cuenta que las escuelas infantiles municipales son el 35% de las escuelas infantiles públicas activas en la ciudad de Madrid, pues el otro 65% las gestiona la Comunidad de Madrid. Si las políticas autonómicas integraran criterios de alimentación sostenible, el impacto en el
sector primario sería mayor. En cualquier caso, los resultados sobre el impacto marginal (o moderado en el caso de una transición de todas las escuelas infantiles) en la economía de las explotaciones coinciden con estudios más amplios realizados en Estados Unidos (
Si la compra pública incluyera además de criterios ecológicos (que incorporan las dimensiones de salud y medio ambiente) unos criterios de proximidad (que se relacionan con mantener paisajes agrarios de la región), entonces nos encontramos con insuficiente capacidad de suministro para los cultivos considerados. Este resultado hace patente que además de recuperar cultivos frutales, es necesaria una transición hacia la producción ecológica en leguminosas.
Canalizar la demanda hacia proyectos agroecológicos implicaría un impacto que sí sería significativo, favoreciendo su incursión en estos cultivos, aportando una estabilidad necesaria (
En otros contextos donde ya se han desarrollado medidas para impulsar nuevos proyectos agroecológicos que permitan cubrir las necesidades de la compra pública, éstas tienen en cuenta que es importante no generar dependencias, y destacan la importancia de mantener diversidad de canales de venta y no limitarse al suministro a la compra pública. Esta práctica de diversificación es habitual entre los proyectos agroecológicos (
Nos encontramos en una región donde apenas hay ejemplos de compra pública alimentaria, con gran presión urbana que tiene un efecto de abandono de actividad agraria, que pone en riesgo la pervivencia de los paisajes tradicionales (
Explorar la articulación de políticas y cooperación intermunicipal e interescalar (municipios y gobierno regional), lleva a pensar en un proyecto del territorio, en este caso, del territorio agrourbano y en cómo facilitar un proceso de transición agroecológica global. La metodología aplicada al estudio de caso de la Comunidad de Madrid permite acotar el objeto de dicho proyecto, identificando espacios que reúnen las características para integrarse en sistemas alimentarios sostenibles (
La cooperación intermunicipal es compleja. En el caso de Francia, se estableció la obligación de crear órganos supramunicipales (comunidades de aglomeración) en los entornos de las ciudades; el periodo de conformación de estas agrupaciones coincidió con la creación de asociaciones territoriales, que luego han sido parte activa en la definición del proyecto agrourbano (
Para el mantenimiento de paisajes y actividad agraria, se ha de contar con el cambio en modos de abastecimiento de la población en general, donde ya hay redes alimentarias alternativas. Cabría preguntarse por qué recurrir a la compra pública y más aún a un nicho tan reducido como las escuelas infantiles municipales de Madrid, que ni siquiera llegan al 0,01% del total del gasto alimentario de la región. Aun así, la importancia de las escuelas y de la compra pública estriba en su potencial para favorecer la coordinación entre políticas y, más importante aún, en su potencial para apoyar elementos identitarios (
En este sentido, otros estudios muestran que, incluso con unos beneficios económicos relativamente bajos, el sector primario sigue motivado con aportar su producción a los comedores escolares, pues lo entienden como una contribución a conseguir una alimentación más saludable de la población infantil (
Por último, la compra pública alimentaria abastecida a través de proyectos agroecológicos además tendría un impacto positivo en la preservación del paisaje tradicional (
El creciente interés de la sociedad hacia los sistemas alimentarios sostenibles llevó al Ayuntamiento de Madrid a aprobar en 2018 una Estrategia de Alimentación Saludable y Sostenible, que incluye un eje estratégico de compra pública alimentaria con criterios ecológicos y de proximidad. Sin embargo, en la actualidad no existe suficiente producción que reúna estas cualidades dentro de la Comunidad de Madrid. Vincular la mejora de la capacidad productiva a políticas municipales de promoción de la actividad y a agentes sociales del territorio, permite hacer una lectura en términos de gobernanza y valorar el grado de viabilidad de las medidas y los factores clave que dificultan su aplicación o que la podrían facilitar. En esa línea, destaca en la Comunidad un elenco de proyectos y políticas públicas que impulsan la agroecología, que permite no sólo satisfacer demanda productiva, sino regenerar paisajes y preservar el patrimonio agrario hoy en riesgo de abandono.
La evaluación de dos grupos de alimentos, fruta fresca y legumbres, permite constatar que el objetivo de cubrir la potencial demanda asociada a las escuelas infantiles municipales y, eventualmente, al conjunto de la compra alimentaria directa, es viable en un plazo de cinco años, Las superficies afectadas suponen menos del 1% de la superficie ocupada por cultivos leguminosos y en torno al 25% de la de frutales. En la Estrategia Alimentaria de Madrid se incluye una referencia al establecimiento de acuerdos con municipios próximos. En lugar de plantear en genérico la recomendable conversión en ecológico y el apoyo a proyectos locales agroecológicos, el estudio ha permitido acotar y valorar en qué áreas trabajar esas alianzas, que contribuyen al mantenimiento del paisaje y estructuras agrarias, favoreciendo una agricultura con múltiples beneficios ambientales y ecológicos y mejorando la viabilidad de los proyectos agroecológicos, dándoles estabilidad y perspectiva. Sería posible satisfacer la demanda de fruta a través de un acuerdo con dos municipios o incluso con uno, como Perales de Tajuña, que cuenta además con un Agrolab (laboratorio de agricultura abierta) y una sólida red de productores agroecológicos habituados a la venta directa y a una relación directa con grupos de consumo. Sería necesario establecer mecanismos de gobernanza adecuados para facilitar el proceso.
Manzanas: 9,8 kg/persona año; peras: 5,08; cerezas: 1,27; ciruelas 1,26; total: 17,41 kg